Por fin una taquería auténtica en Zaragoza. Lleva abierta poco más de un mes, es un lugar pequeño, es una taquería y no un restaurante, por lo que es mejor comer rápido o llegar pronto. Las especialidades son todas completamente auténticas y con ingredientes de la gastronomía mexicana. El taco de cochinita pibil está cojonudo, así como los totopos con frijoles y demás. Ya tengo ganas de volver a probar otros platillos como los chilaquiles o las enmoladas. Sirven comida sencilla, real, y sin pretensiones, al estilo de las taquerías que hay en México, si bien esta cuenta con algún tópico en la decoración. Es económico y el trato tanto de la mesera como del cocinero(que es mexicano) es excelente.