Trombón

De entrada tengo que decir que no estuve mucho rato en este local, pero me pareció un lugar muy agradable para tomar algo entre amigos. Luego me di cuenta de que este es uno de esos lugares de culto en los que muchos han pasado la mayor parte de su juventud. Yo simplemente desconocía su existencia…
Llama la atención que es un local bastante diáfano donde es fácil localizar a la gente. No había overbooking el día que fui así que no es nada agobiante. Oira cosa que llama la atención es su futbolín. Yo no juego nunca, pero me gusta ver las partidas y los piques estre la gente. A mí me sirve para hacer fotos chorras y luego subirlas a Instagram.
Es un local apto para poder charlar con los amigos; y además tomarse algo es bastante económico.

Fue sede extraoficial del partido de Cannabis que hace unos años irrumpió en las elecciones y que casi saca representación en la urnas, sacó un gran puñado de votos. Con eso lo digo todo de este sitio.
Ahora ya no es lo que fue, pero pocos sitios quedan que sigan siendo lo que fue, el ZAS, las ley antitabaco, los vecinos del Carmen protestando, Rita la Cantaora llamando la atención, las fiestas centralizadas en las fallas, el alcohol de garrafón, la desintegración de la vida social nocturna del Carmen, la huída de la gente hacia otras zonas, hacia otros barrios… Son motivos por los que las cosas cambian, se modifican, e inexorablemente evolucionan hacia otras lindes.
Ya no se trata de un pub trasgresor como lo fue en su época, ahora la normalidad estándar se va apoderando de las peculiaridades y genialidades de los sitios. Borran su alma, y les otorga otra despersonalizada, neutra, como todas. Antes podías ir al Trombón y por un tercio salir completamente colocado, de jugar al futbolín, claro…
Y ahora, pues ahora, ha convertido a los fumadores en alcohólicos en potencia. De algo tiene que vivir estos sitios, que al reinventarse perdieron su sello… Ojo, no digo que la gente que bebe esté alcoholizada, sólo digo, que ahora sus beneficios se centran en emborrachar al personal. Como todos los sitios nocturnos…
Si se estudia fríamente, así es en todos los pubs y discotecas… tristeza me da.
Para mí, su único valor actual, se centra en su futbolín, soy de una generación que supedita los futbolines a la play station, ¡qué le vamos a hacer!

Otro de los garitos del Carmen con el síndrome Immortal, más fiesta en la puerta que dentro. Es lo que tiene sumar dos factores: local pequeño + plaza con ambientazo. Y como ya no dejan sacar los tercios, no deja otra alternativa que convertirse en un suministro incansable de chupitos. Por 1’50 el viaje, te vas calentando el gaznate entre conversación y conversación con el gentío de la plaza. Dentro, normalmente permanecen algunos grupos de redskins, sólo molestados a cada gol que les mete el equipo rival en el futbolín, porque ahora ya no se puede ni entrar a mear si no estás consumiendo.
A pesar de todo esto, aconsejo pasar aunque sea un par de veces si te encuentras por las callejuelas aledañas y pedir un TGV. Sólo te digo que es un chupito y que el nombre se debe a las tres iniciales de sus tres componentes. Pista: ninguno de ellos es cero grados. Y menos de 40, tampoco.