Sabores de Durban

Cenamos allí un par de veces, la primera vez con reserva, celebrando el cumple de una amiga y la segunda porque nos pilló la hora de la cena por la zona. Bueno, en lo referente al trato y la rapidez, ambas experiencias malas, tardaron mogollón en tomarnos nota, servir bebidas, tapas, platos etc. Tuve que acercarme a la barra varias veces.
La comida no está mal, buenas tapas, buenas hamburguesas y buena carne. Lastima que no sean más atentos y más rápidos.

Hace tiempo que venimos a Sabores de Durban. La atención con la que te atienden las chicas es de agradecer, porque le ponen mucho empeño y simpatía. Siempre tienen un momento para atenderte.
La comida es buena, casera; por lo que siempre puedes encontrar algo que te guste.

Cuando me propusieron comer aquí me sorprendió un poco. Me puse a buscar la ubicación y a leer los comentarios en Unilocal y dos de las personas en las que confío, no lo puntuaban muy bien, pero una de ellas rectificó su opinión y me dijo que sí, que de menú estaba muy bien pero que para cañas, mejor buscara otro sitio.
Fuimos al bar a la hora de la comida y la verdad es que estaba a tope. A tope de obreros, electricistas, etc. en definitiva gente de menú diario. Siempre que veo bares repletos de obreros pienso que deben dar de comer muy bien allí y además barato.
El servicio dejó un poco que desear. Tardarón un montón en limpiar la mesa y tomarnos nota. A la chica parecía que le habían metido una palo por salva sea la parte porque no puso una sonrisa ni un gesto amable en la casi hora y media que estuvimos allí. Le pedí pan y tuve que pedírselo a su compañera, porque tras dos veces, no lo había pedido ni a la cocina. La compañera nos atendió con una sonrisa.
La verdad es que el sitio está bien, la comida está buena, muy buena diría yo y el precio está muy bien, pero claro, no les haría daño darle un toque de atención a la camarera para que al menos se sacara el palito cuando tiene tanto trabajo.

Con este lugar tengo una relación ambigüa.
La primera vez, tras haber tenido la primera disputa acerca de lo que es un doble (estafa de jarrita de 0,25 cl, y además más cara que el tercio), pensé que no volverían a verme el pelo. Pero tras acercanos un día a probar el menú, no pude menos que reconocer que si bien para tomar algo es un timo, para comer no está tan mal.
El menú hasta el momento es de lo mejorcito que he probado por la zona. Buena relación calidad precio y una sensación de haber comido decentemente.
Si bien es cierto que no puedo hablar igual de bien de la atención, que no siempre ha sido descortés, pero en general es más bien algo lenta y destartalada. Así que después de haber ido en varias ocasiones, he hecho una media y le doy tres estrellas.
A comer es posible que vaya, pero para tomar cerveza (que aunque su eslogan lo diga no es la más fría de Valencia), no me verán por allí ni de casualidad.

El horror en producto y servicio. Pides una cerveza y, sin preguntar, te encasquetan lo que ellos llaman «doble»: una jarrita de 25 cl que cuesta 1,30 € (10 cent más que un tercio, que lleva más). No sólo se anuncian a bombo en un enorme cartel como «la cerveza más fría de Valencia» (que es Amstel aguachirri de tirador) sino que además deberían añadir «con la camarera más impresentable», porque al cobrarnos le hemos comentado el tema de las cantidades y ha negado todo, sonriente, encogiéndose de hombros, para (cuando ya le habíamos dado el dinero, eso sí) terminar mascullando del mal que nos teníamos que morir. Muy triste. Hasta nunca.

Bar cafetería donde poder picar, comer o cenar de tapeo y bocadillo. Se come bien, pero sin grandes remilgos. Por las noches (ya llevan así meses) realizan oferta de 2×1: pides 2 tapas, bocadillos, hamburguesas, etc, aunque sean diferentes, y pagas solo una (no se aplica a la bebida), por lo que al final cenas sin realizar un gran desembolso económico. Suelen poner los partidos de La Liga y Champions, así que es ideal para quedar con los amigos para picar y ver el partido.