Ruzanuvol

Comida y cerveza artesa italiana que casan a la perfección. Si crees que te gusta la mozzarella, espera a probar su ensalada. Es otro nivel.

Si te gusta la cerveza y sentirte como en casa (aunque escuches conversaciones italianas de fondo) este es tu sitio. Acogedor y tranquilo, la dueña te hará sentirte como en casa y eso da gusto. Nada más entrar pides una cervaza (porque la pides sí o sí, el sitio invita a ello) y encima la dueña te explica las diferentes cervezas que tienen y te dan ganas de probarlas todas. Con cada cerveza te sacan algo de picoteo.
Todavía no he venido a comer/​cenar aquí, pero lo tengo pendiente porque la carta con platos italianos y tapas diferentes y apetitosas invitan a quedarse a comer algo. Además los precios me parecen más que ajustados. Vendremos a comer y ponerle las 5 estrellitas (espero).

Extra de hops para mí, por favor :)
Fui en el segundo #TuitBirras y me hubiera gustado poder quedarme más rato pero estaba tan KO que me recogí prontito. Pero volveré. Volveré por el trato amable, por la cerveza extra amarga y porque saben dejarla reposar al tirarla. Sí, tiran la caña con arte y salero y además, te añaden una preciosa florecita de lúpulo, sí, esas tan ideales que parecen mini alcachofitas.
La próxima vez paladearé más cervezas y llevaré amigas italianas a ver si dan el visto bueno ^^

Hemos entrado de rebote, tras no conseguir mesa en el local de al lado… ¡pero vaya rebote! ¡Ni Pau Gasol!
El local está bien estéticamente, una bancada muy original y sin muchas estridencias.
A destacar el buen trato por parte del personal, un chico italiano bastante atento que nos ha explicado las características de las cervezas de las que disponía.
Como no teníamos muy claro qué pedir, nos hemos decantado por el menú.
Hemos empezado con un muffin relleno de no sé qué (lo siento, me lo explicaron pero no me quedé con la copla), creo que llevaba patata, aunque no estoy seguro, con una especie de salsa de pimiento. De sabor estaba bueno, lo que no me acabó de convencer era que la salsa de pimiento estaba muy fría mientras que el plato era caliente. Ese contraste no me acabó de gustar, pero no deja de ser una pijería mía.
Después vino la quiche de jamón, patata y calabacín. Otra vez, de sabor no estaba nada mal, pero creo que esa quiche se les quemó un pelín por arriba, o al menos me dio esa impresión, pero es algo que no afectó al sabor.
Acto seguido trajeron el plato principal, a elegir entre pizza margarita o pasta. Nos decantamos por la pasta. Una especie de macarrones gordotes (como veis, mi conocimiento de la cocina italiana es entre escaso y nulo) que estaban exquisitos.
El camarero nos preguntó cómo queríamos la pasta, si muy hecha, poco hecha… cosa que se agradece. La trajeron justo como a mí me gusta, casi casi al punto.
De postre con el menú entraba tiramisú casero. Lo sirven en un vaso ancho. Tenía buen sabor y la textura era casi tirando a mousse.
De bebida entraba una caña de una de las 4 cervezas artesanas que tenía disponible, que elegías tras la debida explicación de cada una de ellas.
Si ves los platos por separado piensas que te puedes quedar con hambre, pero yo, que soy bastante glotón, he de decir que me he quedado bien. Podría haber comido más, pero ya sería gula XD.
El precio, pues muy barato para la calidad del producto y el trato recibido. El menú sale a 12 € p/​p, algo que no suelo ver muy a menudo.
Total, que hemos entrado casi sin querer, pero es un sitio donde apetece volver, ya sea para comer algo o para tomar unas birras. Seguramente repetiré.

Genial, muy buen servicio con gente que no tiene ningún problema en explicarte acerca del mundo cervecero y satisfacer tu hambre de conocimiento. Muy ricas cervezas artesanas de barril a un buen precio, hay gente que dirá caro, pero sinceramente a mi pagar 2 € por una caña de este calibre + el buffet que tienes gratuito de cosas para picar, a mi me parece una ganga! Todo esto en un sitio muy acogedor y que te llama a una de esas tardes de birras y largas conversaciones entre colegas, brutal!

Ruzanuvol es un restaurante pequeño y muy acogedor. A destacar sus cervezas artesanales, de trigo, cebada, más suaves o con más cuerpo. Ideales para degustarlas con el menú o en cualquier momento solas o con una tapita.
Si la bebida es buena, la comida no se queda atrás y el trato es impecable.
Para cenar tienen un menú de 16 € que incluye 5 platos, unos individuales y otros a compartir, y 1 postre. El menú va cambiando, por si eres habitual del sitio.
El dueño, que es italiano, te explicará rápidamente todos los platos del menú por si te apetece probarlo. Te habla de los ingredientes que lleva cada plato, algunos directamente traídos de Italia, y como están elaborados. Todo está riquísimo y da la sensación de que estén cocinando especialmente para ti.
Yo siempre he elegido el menú y ha sido todo un acierto.
Me encanta Ruzanuvol.

Este pequeño restaurante está regentado por dos italianos muy simpáticos!
El producto es de calidad, traído directamente de Italia, y se nota.
Se puede pedir a la carta o probar el menú degustacion, que va variando cada semana.
Yo las dos veces que he ido, ya me he decidido por el menú! Tienen varias cervezas artesanas de varios tipos, riquísimas todas.
Yo probé una de trigo, suavecita, muy buena.
El menú consiste en 6 platos, con raciones individuales y en esta ocasión fueron:
— una especie de hummus hecho de berenjena con piadina frita. de rechupete
— ensalada caprese con mozarella recién llegada de Italia. Mmmmmm que mozarella!!!
— montadito de brandada de bacalao con tapenade de aceitunas negras.
— Porchetta con hierbas aromatizadas.
— Croquetas.
— Saquitos de no me acuerdo que, el creo que setas. El estaban de rechupete!
Y de postre un crujiente de manzana con helado de vainilla para chuparse los dedos. Se me quedó pequeño :)
Todo esto con una cerveza cada uno y dos botellitas de tinto. 23 euros por cabeza.
El menú creo que son 16 mas la bebida aparte.
En fin todo muy bueno y el dueño encantador!
Además hacen aperitivo milanes de lunes a jueves de 19 a 21. Que aun no lo he probado, el pero no tardaré…

Muevo aquí el comentario que hice en otra ficha duplicada. Que cabeza la mia…
…
Cervecerías en Valencia hay muchas pero que tengan 4 grifos de cervezas artesanas italianas, y traen de vez en cuando novedades, yo solo conozco Ruzanuvol.
Aparte de poder beber deliciosa cervezas puedes comer tapas y tablas de embutidos y quesos italianos. A destacar el «aperitivi» que entre las 19 y las 21 ofrecen una barra de picoteo gratuito pagando solo la bebida.
El local es chulo, moderno y acogedor donde puedes pasarte un largo rato conversando frente a una cerveza o refresco (que alguno habrá que no beba…), tomando el aperitivi mientras lees o cenando con amigos. Yo de hecho he probado cada una de esas opciones que propongo y más
El servicio es muy cercano y cordial, atienden los dueños mismo (Giovanni y Barbara) y son majísimos. No te cortes en consultarles sobre las cervezas y/​o las tapas, especialmente si tienen alguna cerveza nueva.
Ah, un apunte, si pides una cerveza y tarda un poco más que en otros sitios no es porque se hayan olvidado de ti es que ahí las tiran como toca en 2 veces, ó incluso 3, dejándolas asentarse entre medias. Un gustazo, ciertamente. Y si ya quieres redondear el momento pídete una tabla de quesos, entran de miedo.
Sobre el precio… pues como se ve en una foto lar cervezas de barril están a 2 — 3’5 — 5 € (caña, ½ pinta y pinta). Si bien hay sitios algo más baratos yo opino que estos productos y este trato lo vale.

Si había ido, hacía tanto que casi ni me acordaba. Esta vez, llegamos a media tarde y tres tiradores de cerveza de barril nos recibían diciendo: pídeme a litros. Y así lo hicimos (o casi). El chico, más italiano que la mozarella, nos explicó que tienen varias clases de cerveza artesana italiana y que hay dos que siempre tienen y una que va variando, según la temporada.
Yo me decidí por una Ale (soy muy fan) y mi chico por una de trigo, ambas espectaculares, de verdad. Tanto fue así, que nos duraron cero coma y ya queríamos pedir otra, menos mal que nuestro hijo nos salvó del pecado y empezó a pedir su cena en lengua propia, así que acabamos los culos de los vasos y nos fuimos con ganas de volver, por supuesto.
El local es muy acogedor y está decorado con amor. Además, por las tardes tienen aperitivo, que siempre viene bien. No es que sea una cosa muy elaborada: papas, cacaos, cortezas de cerdo, picos, aceitunas y encurtidos. Pero ya es mucho más que lo que muchos bares del universo ofrecen: nada.
A mí el chico me cayó muy bien, su cerveza a mi estómago mejor, y ahora me he quedado con las ganas de probar algo de su cocina, ¡que tenía buenísima pinta lo que leí en sus pizarras! Os contaré…

Lo mio ayer fue amor a primera vista… Bien es verdad que gracias a los comentarios de Unilocal sabia que este pequeño local y yo nos íbamos a llevar bien. Es lo que tiene ofrecer mi debilidad, me caes bien de buenas a primeras. :)
Pero lo que nos ofrecen aquí no solo se queda en unas ‘simples’ cervezas. Este local se diferencia por tener cerveza de barril artesanal, totalmente diferente a la que podemos encontrar en otros lugares. Gracias a la explicación del dueño, me decidí por una cerveza roja, pero he de reconocer que terminé probando 3 de las 5 que tienen :-p :-p. Nos ofrecen desde una cerveza de trigo oscura a una rubia flojita pero que por su sabor nubla los sentidos :).
Respecto al local han conseguido un efecto acogedor gracias al uso de la madera. El trato del personal es muy cercano y familiar, deleitandote con la explicación de lo que ofrecen y preguntando tu opinión cuando terminas. Con cada ronda te dan la posibilidad de acercarte a la barra y surtirte de papas, cacaos y aceitunas, un detalle que sienta de lujo cuando tomas una caña. Vamos que te sientes como en casa.
Por lo que pude ver también tienen menú de tapas. Lastima no poder probarlas ayer pero que me dejan una perfecta excusa para dejarme caer por aquí en los próximos días sin parecer una loca de la cerveza… :-p :-p

Amantes y fanáticos de la cerveza… tenéis una cita en este local. Imprescindible si os gusta, os apasiona, os vuelve locos la cerveza.
Si Homer fuese un personaje real estoy segura que se acercaría hasta aquí para probar toda la retahíla de cervezas que tienen aqui. Italianas y artesanales, para más señas. Mmm… creo que es la primera cervecería de estas características que se abre en la ciudad. Y en Ruzafa. Ya está todo dicho.
Yo de ti, no me lo pensaba. Date una vuelta por el barrio, cotillea y descubre un sinfín de locales nuevos. Cuando te canses de patear y te entre una sed lo-​ca verás el Ruzanuvol y se te hará la luz.

Para un lupuloinómano como yo, este tipo de sitios son casi orgásmicos. Creo que es la primera cervecería artesanal en la ciudad del Turia. Situada entre el barrio de Russafa y el Ensanche, el local lo llevan una pareja de italianos muy simpáticos que han apostado por las birras artesanales de su país.
Tienen cuatro grifos fijos desde los que se tira cerveza artesanal natural y un quinto grifo que rota cada tiempo. Para los catadores de birra deciros que dispensan en barril la Bibock y la Tipopils de Birrificio Italiano y la Montestella y la Sant’Ambroeus, de Birrificio Lambrate. Siempre tirada con caída, como mandan los cánones.
Los amantes de la cerveza pueden disfrutar de la mejor cerveza artesanal de barril totalmente natural, ni filtrada, ni pasteurizada y hecha con ingredientes de alta calidad sin utilización de ningún conservante. Como tiene que ser, las cervezas las sirven con una tapa. Además, se pueden acompañar con deliciosas ensaladas, bocatas y tablas de embutido al más puro estilo italiano.
Ruzanuvol es un sencillo local, excesivamente iluminado a mi gusto, para poder degustar la mejor cerveza artesanal de Italia. Una recomendación, en el local de al lado sirven una comida, también italiana, excepcional. Lo ideal es combinar ambos sitios.

En Europa cada cual tiene su papel: Francia produce champán, Suiza chocolate, Alemania cerveza e Italia helado. Pero ¿y si damos un puñetazo en los Alpes y hacemos que las fichas salten por los aires?
No sé cómo será el helado alemán (listillos, si estáis pensando en Häagen Dazs
os equivocáis: es estadounidense y su nombre, un idioma inventado) pero sí que he podido conocer la birra italiana gracias a Ruzanuvol, un garito dedicado precisamente a este producto.
Las cervezas de Ruzanuvol son artesanales: sin conservantes, refinamientos ni artificios. Lo más sorprendente es que las tienen en grifo: ver los tiradores con nombres como Montestella, Tipopils o Bibock y beber de un vaso en el que pone Birrificio Lambrate ya es muy seductor (y encima puedes llevarte el logo a casa, que te sirven la caña con el posavasos correspondiente).
Desde luego, estas cervezas están ricas. Aunque no tenga yo (y mira que soy cervecero) el paladar muy cultivado en estas lides, la artesanía se nota en sabores intensos y diferenciados. Ojo que varias son de alta graduación, y si la tapa con la que te obsequian no frena la embriaguez igual te conviene pedir uno de sus panini. Aunque algún día yo he preferido dejar que el alcohol surtiera efecto y acabar canturreando a Adriano Celentano por la calle… pero esa es otra historia.