Pavelló Font de San Lluís

La primera vez que fui a La Fonteta fue, nada más y nada menos que a ver Magic Johnson y a Epi, en un acto de una conocida marca de embutidos. Yo era muy pequeño, así que supongo que mi padre, gran apasionado del Basket, lo disfrutaría más que yo.
La Font de Sant Lluís es un sitio donde la afición es muy respetuosa (incluso para protestar decisiones arbitrales) y que anima con mucho calor a su equipo. Es el típico pabellón donde te puedes sentar en la grada con la camiseta del equipo rival (Unicaja, CAI Zaragoza, Obradoiro…) y disfrutar con ellos pase lo que pase. Por supuesto, no todo es basket, hasta hace poco creo que el equipo de fútbol sala de la ciudad jugaba aquí (el de balonmano lo hacía en el pabellón universitario).
Eso sí, ahora que la ULEB va a ponerse dura con las exigencias respecto a los pabellones, creo que a algunos como el Palau Blaugrana (Barcelona) o la propia Font de Sant Lluís, les van a tener que hacer más de un lavado de cara para poder cumplir las insaciables y no siempre comprensibles necesidades del organismo.

Como dice el forofo narrador de la televisión pública valenciana: «Benvinguts a la fàbrica dels somnis». Lo que viene a decir «la fábrica de los sueños». Tradicionalmente a este pabellón polideportivo de la ciudad de Valencia, que toma el nombre del barrio de la Fuente San Luis, se le conoce popularmente como la Fonteta.
Es una instalación que cuenta con una sala de musculación, otra de judo y alguna más, pero principalmente es conocido por la sede donde juega los partidos como local el club de baloncesto Valencia Basket. Además, he tenido la oportunidad de disfrutar allí de competiciones tan importantes como la Copa de la Reina de Baloncesto femenino, así como la Copa del Rey de fútbol-​sala cuando jugaba el Vijusa Valencia. Por otra parte, he visto algún mitin político y conciertos (hace años que no se celebran).
Pero sin duda que se asocia este pabellón a ba-​lon-​ces-​to, como diría aquel entrenador. Con la afición que hay en esta ciudad por este deporte, lo cierto es que el pabellón se queda muchas veces pequeño. Suele presentar llenos totales (casi 9.000 espectadores) y desde todas las localidades se ve perfectamente la cancha de juego. Suele haber ambientazo en las grandes ocasiones con la afición vibrando en cada jugada.
Imprescindible si te gusta el deporte y más aún el basket. Como dice el lema: Tots de taronja!!!

La Fonteta es mi segunda casa. Es como un hijo para mi. Le veo todos los defectos pero no puedo evitar estar orgulloso de este pabellón de barrio y centro deportivo municipal que tantas tardes de gloria le ha brindado al deporte valenciano.
Al margen de los centenares de partidos que he podido ver aquí, ya sean de baloncesto o de fútbol sala, me quedo con los que he jugado yo. Durante una época los amigos alquilábamos la pista para poder disfrutar de la magia del basket con calidad. Si bien es cierto que jugar al baloncesto en la calle tiene un embrujo especial, hacerlo en la pista donde días antes han saltado Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Jose Manuel Calderón es algo más que orgásmico.
Una experiencia extraordinaria pero que es muy complicada de realizar debido a los limitados horarios, copados por las actividades municipales y los entrenamientos de los equipos profesionales. SIempre quedan las canastas de fuera del pabellón. Pero no es lo mismo.