Nunca había estado aquí, ni había comprado nunca aquí, pero en ocasiones se emergencia como hoy vale la pena. Ahora en el trabajo tengo un turno de tarde y empiezo por a las14h y no me habia preparado nada para comer porque estaba perezosa y como pasaba por la puerta he entrado y he comprado una barra de pan de pueblo y me hecho un bocata en casa y la verdad es que el pan no estaba mal, pero prefería las panaderías de barrio antiguas que te hacían el pan en el mismo local ese que pasabas por las mañanas y te venía ese olorcilllo caliente a pan, lo tengo grabado en la mente, echo de menos las auténticas panaderías y no las franquicias que surgido, que todo o casi todo es precocinado. Atención al cliente buena y local muy limpio y muy cuco.