Este restaurante es uno de mis preferidos en verano. ¿Por qué? Porque al encontrarse en una calle peatonal con árboles y un parque, la tranquilidad es total. Se dice de este bar que tiene las mejores bravas de Valencia, no sé si esto es cierto pero puedo asegurar que están muy, muy buenas. Si acompañas las bravas con una cerveza bien fría servida en una garra helada y ocupas la terraza para deleitarte… el momento se vuelve idílico. La Espiga no es solo una cervecería, es un restaurante que se presta a cenas de empresa, grupo, cumpleaños, etc. Organizan banquetes para bodas, bautizos y comuniones. Una oferta muy amplia y trabajada; la carta se mantiene al nivel del evento al que acudes. Se come bien y, por lo tanto, siempre se repite. Que el cliente se salga del restaurante con satisfecho en pocos sitios se logra.