El Tranvía

Lo tenemos al lado de casa, solemos salir por Benimaclet a cenar… pero nunca habíamos parado en El Tranvía. Tal vez porque su aspecto no es el mejor. Desde fuera parece un bar mas bien viejete, y como bien sabemos que la primera impresión es lo que cuenta no me había decidido a entrar, hasta que me lo recomendó una amiga.
La verdad es que este bar me sorprendió gratamente. Es un bar para picotear algo, pero no mucho, ya que su punto fuerte son los bocadillos. La mayoría, a excepción de uno, se sirven en pan de chapata. No sé si el pan estaba acabado de hacer, o es que era de buena calidad, pero estaba buenísimo. Los ingredientes son frescos y se nota muchísimo, nada de productos envasados (el bacon, por ejemplo, se notaba que era de carnicería y no el típico de Mercadona).
El camarero, además, es un tipo muy amable que siempre está de buen humor. Y así da gusto.
Lo único malo, si acaso, es que dentro tiene poco espacio, pero como la mayoría de bares de la zona tiene una buena terracita ideal para cuando empiece a hacer calor.
Ah! Y tercios de Carlsberg a 1 €!

Hacía mucho tiempo que no iba a este bar. Hace unos años era un punto de encuentro con amigos pero poco a poco dejamos de ir. Pero justamente el otro día revivimos tiempos cenando de nuevo en este mítico bar de Benimaclet.
Si hay algo que caracteriza a este sitio, sin duda son sus hamburguesas, y ya no porque el tamaño sea muy animal, sino porque siempre me ha parecido increíble que entre dos panes puedan caber tantas cosas, ya que la hamburguesa en si prácticamente pasa desapercibida entre el huevo frito, el lomo, el jamón York y otras cosas que ni se ven pero hacen bulto.
Incluso la otra noche llamaba la atención que en la mesa de al lado había un grupo de unas cuatro cincuentonas a golpe de hamburguesa, una imagen que por lo menos yo no estoy muy acostumbrada a ver.
Nosotros básicamente pedimos hamburguesas, algún bocadillo y bravas al centro, de trozos enormes, pero igualmente buenas, todo acompañado con jarras de cerveza y sangría, que por cierto estaba buenísima, con sus trocitos de limón y todo.
Los camareros no son la alegría de la huerta, pero el trato es bueno y rápido. Nosotros éramos bastante gente y nos atendieron fenomenal. Incluso se nos hizo un poco tarde y al final quedamos solos en el bar, y ya se les notaba a los camareros cara de querer bajar la persiana, pero aguantaron el tirón y no metieron ninguna prisa.
Y el precio, pues como siempre ha sido, muy normalito. Todo como lo recordaba.

Bar de tapas y bocatas que te saca de un apuro si no sabes donde picar algo rápido y barato en Benimaclet. Tienen una terraza en la que se está bastante cómodo por la anchura de la acera. En mi única experiencia en este local pedimos bravas y dos clásicos chivitos (lomo, lechuga, tomate, huevo, queso y mayonesa) bastante buenos. A las bravas, por el contrario, para mi gusto les faltaba un poco más de tiempo de freidora y algo de condimento, nos quedamos sin ajoaceite enseguida. Lo mejor del sitio es el precio, la cena suele salir por menos de 10 euros por persona.

El Tranvía te ofrece entre otras cosas las mejores hamburguesas que he probado en el barrio de Benimaclet, no defraudan por su tamaño y sabor, acompañadas de una jarra de cerveza, lo hacen el sitio perfecto para cenar un día espontáneo entre semana y en fin de semana también.
También tiene una lista variada de bocadillos a muy buenos precios. El local no es muy grande pero tiene una terraza que cubren en invierno, además de farolas calefactoras para no pasar frío.

Para ir a cenar al Barrio de Benimaclet, me parece el mejor todos los sitios posibles. De hecho, suelo ir todos los viernes a cenar, y si hago esto es porque es un sitio barato, limpio, con un excelente servicio de camareros y cocineros, y sobre todo, no me vaya a olvidar, por su excelente comida, entre las que se incluyen, posiblemente las mejores patatas bravas de toda Valencia.
Tampoco me puedo olvidar de sus inclasificables hambuergesas gigantes, o de su extensa lista de bocadillos a cada cual mejor preparado y mejor degustado. Pero aquí no acaba todo, tienen unos deliciosos postres caseros, entre ellos, la tarta de chocolate es exquista y la tarta de queso con galleta y arándanos todavía es mejor, sublime, un deleite de sabor y textura que se deshace suavemente en el interior de tu boca.
Para mí hablar de «El Tranvía» es hablar de una extensión más de mi propio cuerpo en la ciudad de Valencia. Me gusta todo de este sitio, su ubicación frente a la propia línea del tranvía, del cual recibe su nombre, su extensa acera donde colocan la terraza con sus convenientes estufas para el invierno, su camerero principal, un máquina de tío que si vas dos veces ya recuerda tu nombre y los gustos de tus elecciones en los bocadillos y en las bebidas.
En fin, si te decides por Benimaclet, El Tranvía en mi humilde opinión, es un sitio perfecto para cenar. Te aseguro que no te quedarás con hambre. Por cierto también tiene clóchinas con denominación de origen valenciano.