Edificio Veles e Vents

Aunque le da al puerto una imagen cosmopolita, lo veo poco útil. En los últimos meses se está aprovechando para hacer ferias de tapeo, pero creo que ya que está ahí, podrían utilizarlo para otro tipo de actividad, porque su situación es privilegiada y creo que sería viable para otros usos.
Eso sí, que refuercen primero las barandillas que están super flojas. En la feria de la tapa avisaron varias veces por altavo que la gente no se apoyara. Bastante penoso el tema, la verdad.

¿El edificio es bonito? sí, ¿el edificio es caro? sí, ¿el edificio es necesario? eh… hombre, para la gente rica, pues sí, para la gente normal, pues normal, ni sí ni no, y más bien todo lo contrario, ¿y para la gente pobre?, es completamente innecesario… Ya, ¿entonces?
Se dice que Valencia siempre ha vivido de espaldas al mar, y es cierto, de hecho, a Valencia se la conoce como la capital del río Turia, significativo ¿no? De hecho, hoy la cosa va de hechos consumados, la playa, de las Arenas y la Malavarrosa, pertenecían antiguamente a un pueblecito, hoy en día convertido en barrio, y mañana Dios dirá, El Cabanyal…
Así pues, esto había que cambiarlo, y una alcaldesa muy popular se trajo a Valencia, una copa americana, con el fin de revalorizar su proyecto más personal, como es destruir un trozo antiguo de la ciudad y prolongar la Avenida Blasco Ibáñez hasta el mar. Valiente excusa para desterrar a cientos y miles de personas que llevan viviendo años y décadas en esta malquerida (ahora) zona de Valencia.
Sí, el edificio es bonito, hasta el año pasado no me acerqué a verlo, he estado fuera, y quedé impresionado con sus vistas, y con su brisa del mar, y con sus amplios espacios, y sus posibilidades para poder pasear… el emplazamiento para ver in situ la Fórmula 1 también es maravilloso… ver a las balas plateadas de MClaren o a los Red Bull o a los Ferrari… ¡bien, bravo, magnífico estupendo! démonos una palmadita en la espalda, hemos construido un edificio futurista donde antes había un puerto viejo, donde antes había ratas, donde antes nadie disfrutaba, donde antes no existía un antes.
El edifico es blanco, alto, para mí tiene forma de barco, mi pregunta o mejor dicho mi sugerencia es la siguiente, acudir una noche con pico y pala, picar alrededor de él, para ver si lo puedo expulsar de Valencia y sale a navegar por el mar. Ya que es tan chulo, y tan ibizenco, y tan tan tan tan tan tan tan maravilloso, a lo mejor flota y no se hunde…
Sólo destruyendo nuestra historia terminaremos por destruirnos a nosotros mismos, algo, que por lo visto ya está sucediendo.

El espacio forma parte de aquel conjunto de edificios lineales, construídos alrededor de las dársenas del puerto para alojar a los espectadores y las actividades de los visitantes y participantes de aquella América’s Cup que tuvo lugar en Valencia en 2007. La primera en celebrarse en Europa después de 150 años.
El acondicionamiento que se llevó a cabo para la competición, cambió completamente la linea del antiguo puerto. Lo hizo más visible y paseable. Tiempo después, este edificio y las bases de operaciones de los equipos, se han quedado y han cambiado la estética y la vista del conjunto. En mi caso no me han dejado ni el recuerdo.
La mayor parte de la zona se acondicionó para que las regatas fueran vistas desde las terrazas por los visitantes. También este edificio, que además era el «centro de operaciones».
Se construyó en un tiempo récord; once meses. Yo, personalmente creía que aguantaría de pie el mismo tiempo. Pero no.
En mi memoria de grillo no está ya la imagen de cómo era todo antes. Después de la Copa, he ido allí varias veces. A los grupos de turistas les encantaba, sobre todo cuando venían de una ciudad que no tenía mar.
La estética de este espacio en concreto, buscaba esa linea mediterránea ibicenca. Las terrazas de abajo, con sus locales de ocio, y las cafeterías con esas tumbonas blancas que miran a la dársena. Sólo faltaba el hombre martini.
El resto del conjunto, además de para paseo de turistas, se utiliza para ver las carreras del circuito de Fórmula 1 y más regularmente para la celebración de eventos.
La verdad es que el edificio se queda extrañamente sólo, recortado en la linea del horizonte. Parece que no tenga amigos. Pero no sé si es el estilo mediterráneo, el martini o Ibiza, si consigues olvidar todo lo que puede molestarte de que esté allí, te das cuenta de que es bonito, de que invita a pasear y, lo mejor de todo, tienes la playa a un paso.
Un lugar con nombre de poema.

El edificio Veles e Vents es una de las insignias del venido a más Puerto de Valencia, en cuya remodelación para la Copa del América se llevó a cabo una enorme inversión económica.
Sólo para apreciar el diseño de su construcción ya merece la pena visitarlo. Aparte de su valor arquitectónico, su emplazamiento es magnífico, en el área renovada del puerto, que, además, tras acoger la America’s Cup y presenciar en primera línea las carreras de Fórmula 1, ha incrementado considerablemente su valor como lugar distinguido en el que dar un paseo.
Yo acudí a este sitio, particularmente, al bar de copas y pub que se instaló en su primera planta –con mucho acierto desde un punto de vista comercial-​. Su más destacable atractivo, por descontado, es poder gozar del ambiente de cualquier otro club de corte más elegante a la brisa del mar, frente a las aguas portuarias y junto a la playa.
Como ocurre con cualquier otra atracción turística de todo aquel recinto erigido al lado de las Arenas, el desplazamiento es un engorro. La alternativa más sencilla es el coche, y, entonces, cabe buscar aparcamiento. Por ello, si te tomas la molestia –como yo haría ocasionalmente-​, una buena idea es posiblemente prolongar la fiesta en Ánimas del Puerto, la discoteca que hay a doscientos metros del Veles e Vents.