Café Montaditos Bogar

Buen sitio para almorzar,o tomar unas tapas por la noche en la terraza

Sabes cuando un bar ofrece todo lo que promete. El café montaditos Bogar ofrece exactamente lo que dice, café, montaditos, y bar de barrio de toda la vida. Está por las noches bastante lleno y es que tiene unos precios muy buenos. Ofrece tapitas con las cervezas, tienen mucho espacio, tanto dentro como fuera en su terraza. Si estás por Benimaclet y quieres algo típico, este bar te lo da.
El servicio es algo lento. Si vas a desayunar, en ocasiones, la tostada llega bastante después de que hayas terminado tu café. No es mi opción preferida por Beni, pero he de reconocer que ni por aspecto, ni por precio, engaña a nadie. Un bar para lo que es, tomarte una cerveza con una tapita o un café con un trozo de pan tostado.

Little place right at the corner of two streets.
Beer (0,286l) and a small snack cost 1 €! Pretty fair!

Es una cervecería-​bar de tapas que responde correctamente a las expectativas que puedes hacerte de un local así.
Tiene una amplia carta de tapas, ninguna de ellas sorprendente, pero con una abundante variedad. Las que probé, bien cocinadas. Cuenta también con sartenes, bocatas y, la única novedad, quesadillas, algo infrecuente en este tipo de negocios.
Tiene una buena terraza. El interior es algo desangelado, aunque razonablemente limpio. El servicio un pelín lento (hay poca gente) pero sin desesperar.
Si lo que quieres es tomarte una caña y unas tapas de las de toda la vida, o un buen bocata, este es un buen lugar para hacerlo.

Este es uno de mis cafés predilectos cuando el sitio que está más cerca de casa está cerrado. Lo maravilloso de este local es que abre, inclusive, en días festivos como el día de la Constitución o en puentes, por lo que esto hace que no me quede nunca sin mi café mañanero.
Además del café y otros brebajes calientes, son famosos sus bocadillos y tapas que los preparan con todo tipo de ingredientes como la sepia con mayonesa, bacalao, chorizo con huevo, etc…
Otra ventaja que tiene es que, pese a que se encuentra en una calle de mucho tránsito peatonal, no te sintes aturdido por la gente porque cuenta con una gran terraza al frente, con una carpa que te protégé del frío y el calor.
A veces, cuando está lleno, que por lo regular sucede cuando están cerrados los cafés de alrededor, el servicio se vuelve un poco más lento de lo normal, porque tienen a un solo camarero atendiendo las mesas de la terraza.
Otra cosa que me llamó la atención es que no te cobran nada extra cuando te sientas en la terraza, algo que normalmente suele suceder en otros sitios.

Es un sitio al que apetece entrar, pero que es fácil que cuando estés dentro ya te hayas arrepentido de tu decisión. Todo depende de gustos. Es un bar de tapas normal en el que también sirven bocadillos, quesadillas (novedad, novedad) y, como su nombre indica, montaditos. Los precios no están mal, aunque he estado en sitios donde me han servido mejor comida, más barata y con mayor atención por parte de los camareros. De todas formas, no deja de ser una buena opción si quieres saciar tu antojo de bocadillo de calamares con mayonesa.
Decía que apetece entrar al Bogar porque dentro siempre hay gente, lo que nunca me cansaré de repetir que es una buena señal para/​con un negocio. Si hay gente comiendo, es por algo. Creo que es un sitio que está bien para cenas de pequeños grupos, el local es grande y tienen menús que no son una mala opción cuando el bolsillo nos aprieta. A mi lo que más me gusta es su terraza, vale que da al tranvía y vale que está muy transitada, pero si eres de los que te gusta sentarte con una cerveza y unas bravas a ver pasar gente es un sitio perfecto. Encima por las mañanas da el sol, ¿se puede pedir más?.

Dado que le he puesto una valoración baja, quisiera empezar la reseña admitiendo que el Café Bogart suele estar lleno a todas horas y que quizá sea yo el que está equivocado. Eso sí, la filosofía de Unilocal se centra en contar nuestras experiencias en los sitios y la mía rozó lo trágico.
Fui a cenar con un amigo y comentamos que había mucha gente fuera y que entenderíamos si no nos podían atender, no había problema, podíamos irnos a otro sito. Uno de los trabajadores nos dijo que no habría problema, que nos podíamos quedar allí. Esa fue la génesis de la, en palabras de Lemony Snicket, «serie de castróficas desdichas».
Para empezar nos pusieron al lado de, no recuerdo exactamente si era un contenedor o una papelera… pero era verano (ya sabéis que quiero decir). Luego tardaron una eternidad en servirnos y cuando se dignaron a hacerlo se justificaron diciendo que habían perdido nuestra nota (al parecer había salido volando con una corriente de aire en la cocina). Si esto no fue suficiente, luego nos sacaron platos que no habíamos pedido. En concreto fue uno de calamares y al sacarlo nos dijeron «sentimos el retraso». Esto nos condujo a un error, creimos que era una manera de compensar por su tardanza… y, sí, como os estáis imaginando nos los pusieron en la cuenta. Tras una discusión educada y pacífica (no es ironía, fue así) decidimos pagar e irnos.
En fin, repito, para mí se merecería 1 estrella, pero el ver que siempre está lleno de clientes me hace pensar que quizá fue un error puntual, no se…