Baviera

Great selection of wine. It also had a good selection of liquor and beer. There was a sweet older lady that helped me and tolerated me butchering the Spanish language.

Dicen que no hay mejor maridaje que el del vino y la música. En este caso nos encontramos con un espacio que rezuma ambas, con un bodeguero que no sólo ama la música y entiende del producto que ofrece en su bodega, sino que ha inculcado la pasión y el oficio a sus hijos.
Esta es mi bodega de confianza. Me conquistó el lugar, cargado hasta el último rincón de botellines, carteles, instrumentos… todo trofeos de rastro. Sin embargo, no se trata de uno de estos lugares en los que el espacio está al servicio de la decoración. No hay postureo. El fin de Bodegas Baviera es ofrecer los mejores vinos, cavas, licores, cervezas… Y por «mejor» no me refiero a «caro», no necesariamente. La tienda parece exprimida al milímetro para exponer un amplio abanico de género de todos los precios y calidades, por lo que si preguntas a Vicente o a su hija Cuca qué es lo que andas buscando (una cervecita fría para tomar ya mismo, porque es domingo y toca un homenaje low-​cost con tu pareja en casa; un oporto para guardar en la recámara por si hay invitados; una botella de un vino especial para regalar…) no te cortes: dile cuánto quieres gastar y qué es lo que te gusta. Serán sinceros, no intentarán endorsarte algo que haga que no vuelvas a confiar en ellos.
El hilo musical, siempre de clásica, es también el hilo del que tirar para llegar a la trastienda. Literalmente. Porque no hace falta entrar en el local para ver, a través del cristal de uno de los escaparates, parte de la colección de instrumentos que ha ido acumulando. Pero tampoco cuesta demasiado conseguir una visita guiada al interior, al rincón donde una vez se reunieron virtuosos músicos a interpretar en directo piezas de concierto, al túnel de botellines, al pasillo en el que reposan la corneta tradicional, sin pistones, instrumentos de otros países, botellas exclusivas y licores que ya no se elaboran, saxofones de todo tipo –todos funcionan, porque Vicente es saxofonista y los ha probado– y tantos detalles que sería absurdo ponerme a hacer la lista. Eso sí, hay que estar atento, porque es mucha información y puede pasar desapercibida.
Pero como también son innumerables los vinos, licores, cavas, las cervezas y demás espirituosos que podemos descubrir en la bodega, la solución es sencilla: basta con dosificar la información y convertirse en visitantes asiduos. Vale la pena. Si tuviera que resumir el atractivo del local en una frase diría que Bodegas Baviera es para amantes de los lugares que reúnen buen género y buena gente, y que además de tener historia, evocan historias.

En las Bodegas Baviera el vino empapa la boca y el espíritu:
TIENDA. Botellas y más botellas en estantes de madera antigua. Muchos vinos y muchos licores; lo mismo que se encontraba quien entrara en este local a finales del siglo XIX. Los actuales dueños llevan décadas perfilando esta oferta, así que déjate aconsejar: conocen los mejores vinos al mejor precio. Y pilla algún licorcito digestivo, ya que estás.
TRASTIENDA. Cae en Baviera en el momento adecuado y el bodeguero, Vicente, tendrá a bien conducirte a la tremenda trastienda que, desde el mostrador, apenas se intuye. Aquí tiene sus colecciones: la de instrumentos musicales raros y antiguos, la de vetustos botellines y barriles. Tú abre los ojos, abre los oídos, y deja que esta excursión única a través de la historia te empape.

Seguramente responsable (y ancestralmente) de que los vecinos del barrio del Carmen prefiramos armar nuestras cenas y expansiones sociales en casa, prescindiendo de la oferta de bares y terrazas de la zona, optando por acercarnos a esta bodega tan bien surtida a fin de proveernos de un par de botellas con que acudir a algún compromiso entre amigos o que acompañen bien nuestras tentativas de cocinillas.
Tienen absolutamente de todo, con una oferta de precios imposible de rehuir, de tal modo que lo primero que te preguntan es cuánto quieres gastar y, a continuación, solícitamente, aparecen en el mostrador de madera cuatro o cinco opciones bien explicadas, probablemente de otras tantas denominaciones de origen. Atiende a veces Vicente, el propio bodeguero, que trajina con variedades y matices con amplio conocimiento de causa y nombrando ésta o aquélla característica del vino como si se tratara de fisonomías o rasgos que habrían de serte familiares. Te ofrece novedades y te asesora muy convenientemente. Hay licores y también la famosa Agua de Valencia embotellada.
Si te interesan los vinos blancos o los espumosos, tienes la opción de interesarte por lo que ya tienen refrigerado: una buena opción si llegas demasiado justo a esa cita o compromiso y no va a dar tiempo de enfriar la botella convenientemente.