Ummmmmm!!! Que buenos almuerzos, bocata de calamares, bravas y variedad de tapas. Lo llevan con cariño y cercanía los hijos del fundador. El Sr. Batiste
Cristina M.
Classificação do local: 4 Quatre Carrers, Valencia
Llevo almorzando aquí desde principios de año. Y he de decir que me encanta! Sobre todo las tortillas! Puedes encontrar desde la clásica tortilla de patatas, de ajos tiernos, tortilla de alcachofas o sobrasada. Ideales para un buen almuerzo a precios populares. Sólo abren por las mañana.
María P.
Classificação do local: 3 Valencia
Un bar en el que te sientas en la terraza porque hacerlo dentro tira para atrás un poco. Decoración basada en dos pilares: toros y fútbol. Pero también elementos aleatorios como una camiseta autografiada por dios-sabe-quién, una vitrina con una enorme colección de cajetillas antiguas de tabaco y una foto en blanco y negro de un joven con tupé coronando la puerta de acceso a la cocina. Aún no he logrado desencriptar si se trata de una lámina de James Dean o de la foto del baile de graduación de Batiste. Toda esta parafernalia, unida a los atemporales siete abuelos acodados a la barra con sus respectivos carajillos, no puede sino hacerte entender que este bar no es el garito de moda precisamente. Sin embargo, todo empieza a cambiar cuando quien sale a atenderte no es un señor grasiento, sucio y viejo, palillo en labio, sino que es un chico muy simpático, vestido con ropa de calle y no con la eterna camisa blanca de manga corta. Y lo que te trae es aún mejor, un enorme pincho de tortilla de patata, gruesa y calentita –menos mal que es recalentada y con el frío que corre en la terraza no tarda en volver a estar fresquita, como a mí me gusta la tortilla– con pan y una caña. A las horas que son, el público va llegando y ocupando sus –seguramente– sitios de siempre. La mayoría siguen siendo jubilados, tanto hombres como mujeres, pero los menús y bocatas que empiezan a servirles no dan otra cosa que envidia. Si es que más sabe el diablo por viejo…
Salvador M.
Classificação do local: 5 Almàssera, Valencia
Uno de los secretos mejor guardados de la ciudad. Bar pequeñito y anodino con una terraza de apenas 4 mesas metálicas sin ningún encanto, en Batiste se almuerza mejor que en ningún otro sitio de Valencia que un servidor conozca. Hay otros, pero la estrella del local es el bocadillo de calamares. Siempre con buena materia prima, fritos a la perfección y envueltos en un pan tierno, este sandwich de cefalópodos, por extraño que pueda resultar, ya justifica por si mismo la visita al local. Si además te acoges a la fórmula del almuerzo popular, te dan eso, cacaos, olivas, una cerveza Alhambra y un carajillo por ¡4.50 €! Y si vas con un grupo de amigos y te fundes la botella de coñac, ¡te cobran 5 €! Imprescindible.