Esta es otra magnífica cala de la Costa Brava y se encuentra en la carretera que va de Lloret a Tossa. Si vas a ir en coche, puedes guiarte por el Camping Cala Llevadó ya que se encuentra a escasos metros de la cala. Una de las cosas que más me gusta es que es de arena gruesa, por lo que no se pega tanto a la piel ni se te mete por todas partes. Hay alguna zona incluso con piedrecitas. Me encanta notar la energía de la naturaleza, así como ver el contraste del agua con las paredes rocosas y los verdes pinos, que prácticamente tocan el mar. Además, tienes un «Beach Club» por si quieres comer o beber algo, donde hacen conciertillos en verano, y también una escuela que imparte actividades acuáticas. Lo mejor es ir pronto para poder coger sitio en el parking de arena que hay antes de bajar la cuesta que baja a la cala, y sobretodo para coger un buen sitio cerca del agua, tan fresca y limpia, ¡y es que como enamora la Costa Brava!