Vintage

La plaza de la Gavidida, muy bien para la cerveza y la tapa, pero siempre me crea dudas a la hora del café. El Sanedrín, vale, pero no me convence. ¿Y el Vintage? Vamos a probar.
El local estrechito pero agradable, con unas cuantas mesas distribuidas como bien se puede. Allí, un par de chicas con un carrito de bebé, en la barrados o tres chicos, ahí un grupo de amigos con la copa y el cuenquito de frutos secos. Todo normal. Pero qué ambiente, señores. Su patillita, su jersele, su niño chico berreón. Quizás no era el día, simplemente, pero no me sentí muy acogida en aquel sitio. Me sentía fuera de lugar, no sé si me seguís.
De hecho, el café fue rápido y no pedimos más ni nos pareció lugar para la conversación. Hay días en que, simplemente, no toca un cierto sitio. y quizás fue lo que nos pasó con el Vintage. Todo estaba bien (decoración pasable, café bueno, precios normales), menos el ambiente. Así que probaré de nuevo en un tiempo, a ver si se repite la sensación o no.

Jesús fue el primero del grupo de amigos que se independizó a un piso en la calle Baños, y durante ese tiempo, su piso se convirtió en el piso de todos. Que alguno de nosotros estaba en el centro sin saber muy bien que hacer, y sin darse cuenta, pues terminaba en casa de Jesús. Que alguno de nosotros estaba en su casa sin saber muy bien que hacer, y terminaba igual en casa de Jesús. Que alguno de nosotros sencillamente, no sabía muy bien que hacer, y seguro que terminaba en casa de Jesús. Entre unos y otros, estábamos muchos y mucho tiempo en casa de Jesús. Allí pasábamos la tarde, y cuando se terciaba salíamos a la plaza de la Gavidia, para tomarnos algo en el bar Vintage. Ahora, a pesar de que Jesús terminó por mudarse, y los demás por independizarnos, caemos de vez en cuando por el mismo bar.
Al frente del bar Vintage estaba y sigue estando Tomás, amigo de Manu, por lo que siempre la elección de ir a tomar una cerveza allí o en otro lugar, estaba clara. Por supuesto, éramos fijos en los días que había fútbol televisado, y con fútbol me refiero, a fútbol del Sevilla, esos días los futboleros se iban dentro y los menos se quedaban fuera en la terraza con las copas.
Los días de buen tiempo, no había nada como irse a la terraza del vintage, y disfrutar de su wifi gratuita con una buena cerveza.