Taj Mahal

Hoy hemos vuelto a ir a cenar con unos amigos. Una maravilla tanto el trato de Vicky (el gerente), como el asesoramiento y la comida. Espectacular! Dejaros aconsejar porque os va a sorprender muy gratamente. Los platos cuando los traen parecen pequeños, pero aunque estaban buenisimos no hemos conseguido terminárnoslos todos. Repetiremos sin duda.

Cuando vas a un restaurante indio y hay varias mesas de indios comiendo eso significa que es bueno. Y es que la verdad es que la calidad se siente en el sabor.
Yo tomé cordero con una salsa que tenía espinacas que estaba muy rico, lo mejor fué una carne con verduras que se distingue porque lo ponen en una ollita como una paellera mini sobre un soporte de metal, como para poner una vela dentro, pero sin vela –lo siento pero aún no manejo las decenas de nombres, pero te van a entender y es un plato increible-​. El tikka masala estaba rico, pero cualquier cosa ahí es mejor. Si como yo eres un adicto al pollo al tandoori lo tienes que reservar, si no nada.
Para beber el lassi de coco mejor que el de mango y la cerveza cobra la verdad es que no me parece nada especial.
La verdad es que aunque no es caro, pero se sale del rango de precios al que estoy acostumbrado en Sevilla y por ese precio espero algo más que una comida muy rica, quizás un chupito, quizás un aperitivo gentileza de la casa mientras esperas la comida, quizás una toallita caliente para limpiar las manos después de comer, un bote de salsa picante en la mesa, no se, cualquier cosa que se haga en la india.

La comida está muy sabrosa y los platos son abundantes. Vale la pena para salir de la monotonía gastronómica. Los sabores son diferentes pero adecuados al paladar europeo. El lugar está correcto. El precio un poco alto.

Food was good with just the right amount of spice. We had the Chana Masala, Balti Paneer, and mixed Vegetables. Great for vegetarians, but the service was a little slow. We may have been the only diners when we arrived so the kitchen was just starting up.

Pedido realizado a domicilio y tres horas después primero me dicen que ya ha sido entregado y después que se ha «traspapelado». Nada más que decir.

En primer lugar, es de agradecer que se apueste por restaurantes de comida extranjera en Sevilla, donde no hay demasiados.
Aún pudiendo ser mejor, la comida en este sitio no está mala y a unos precios aceptables. Es cierto que amigas de origen hindú que lo han probado lo han calificado como normalito, y yo he probado mejores en otras ciudades.
Siempre pido el lamb korma y el lassy de mango, muy buenos ambos.

Por lo que he visto los restaurantes de cocina hindú no son muy comunes en Sevilla, así que es muy de agradecer que uno de los pocos que hay, como lo es Taj Mahal, prepare buena comida.

El restaurante se encuentra apenas a unos 5 minutos andando desde la estación de Santa Justa y a unos pocos más de muchas paradas de autobús. La fachada no parece para nada la de un restaurante hindú, es muy sobria y elegante, decorada en tonos negros. Sin embargo el interior es más «típico», el pequeño local en forma de «L» está cubierto por numerosos cuadros hindúes, así como otros elementos típicos del país y de su religión, como la estatua del dios Ganesha. La atmósfera hindú la termina de completar la música de fondo.
El servicio de camareros, tan hindú como su cocina, es rápido y atento con el cliente (quizás gracias a que la afluencia de clientes no es muy alta), aunque la cocina se hace de rogar a la hora de entrega de platos.
En el ámbito gastronómico, la carta de Taj Mahal es considerablemente amplia: abarca desde numerosos entrantes, hasta el famoso pollo al curry, pasando por muchos tipos de pan Nan, especialidades al horno Tandoori… y muchas cosas más, todo ello disponible para llevar a domicilio. Por recomendación probé el pollo Tikka Masala y el Nan dulce y con queso. Todo lo que probé estaba bastante bueno, había mucho sabor en la comida y mucho contraste, y todo ello a precios asequibles.
En definitiva, Taj Mahal es una buena opción para probar una comida diferente a la que estamos acostumbrados, cargada de aromas y nuevos sabores. Espero volver para probar más de este gran descubrimiento que ha sido la cocina hindú.

Sólo he ido a este restaurante una vez y me pareció correcto.
La comida estaba muy buena, sin duda repetiré.

Me gusta mucho el cordero y las especias así que después de pasar un millón de veces por la puerta de este indio, decidimos ir a cenar una noche.
Llegamos a una hora normal para cenar (es verdad que era verano) y no había mucha gente, pero al rato de llegar se llenó. También es verdad que el local no es muy grande, pero nos sorprendió la verdad.
Los entrantes fueron verduras rebozadas con harina de garbanzo que a mi si me gustaron pero a mi chico no le gustaron nada. El arroz con cordero y curry nos encantó a los dos.
No es barato, pero no tiene precios desorbitados. Creo que nos costó alrededor de 30 euros cenar a los 2 (un día es un día).
Cuidado cuando os traigan la cuenta, porque lo hacen en un cofre con un montón de bolitas de colores pequeñas, de las cuales me comí de golpe un puñado y resulto ser granos de comino recubiertos de caramelo, para mi gusto, nada recomendables.

Hay que ver como está el barrio de cosmopolita. Tenemos jordanos, griegos… y hasta un indio¡ A mi chica le gustan las comidas con especias y picantes, y no tardamos en acudir a la llamada cuando lo abrieron. La apariencia del local por fuera no me gusta, parece una funeraria con tanto granito oscuro mas que un restaurante.
La comida está muy buena, y sus precios no son altos. Pedimos una especie de cazuelita de metal con carne, no recuerdo el nombre, que estaba realmente deliciosa, y eso que yo tampoco soy mucho de sabores fuertes. Tuvimos un problemilla con la cuenta pues al pagar falló la conexión a internet y no pudimos pagar con tarjeta. No tiene mesas fuera, pero el interior suele estar tranquilo al no haber demasiada gente.
No tardaremos en volver.

Es increíble que este restaurante sea del mismo dueño que el que está al lado del campo de fútbol del Sevilla.
Como ya comenté en otra reseña, el otro sitio no nos gustó nada, pero nos quedamos gratamente sorprendidos con este.
Quedamos a cenar con unos amigos que viven al lado porque como saben que nos encanta la comida india, nos querían llevar a un restaurante nuevo que habían abierto detrás de su casa.
Nos encantó todo. Los nombres de los platos no los sé, porque como la experta total es mi mujer, siempre le dejo a ella la responsabilidad de pedir. Lo que sí sé es que pedimos carnes con sabores diferentes (cordero y pollo, dulce, salado y picante) y pan indio con mantequilla, bueníiiiiiiisimo. Yo creo que el ambiente tiene mucho que ver y en este restaurante para mí está muy cuidado en general.