Taberna Cordero

Nos atendió un señor que parecía ser el dueño o encargado, déspota y arrogante con pantalón corto y polo blanco con manchas… nada profesional y más bien con pintas de matón.
Pedimos menús del día, el arroz con carrillada incluía literalmente un trozo pequeño de carne por plato, sabor avinagrado de no estar fresco. lo dejamos entero.
Las croquetas supuestamente de pringa para la peque sabían más bien a alquitrán, realmente asqueroso.
Y después no quiso disculparse por nada. No lo recomiendo. Al llegar a casa me tuve que hacer un bocadillo después de pagar 9.95 € por menú.

‘De casta le viene al galgo’ el cocinar tan bien.
Este restaurante con aspecto medieval, fruto de su antecesor con dicho nombre, fue traspasado a Juan Cordero, que le puso su apellido. Hijo de cocineros, pasó mucho tiempo entre los fogones de Yebra, quizás el primer bar de tapas creativas e innovadoras en Sevilla. Y como toda persona emprendedora, le puso ilusión y trabajo a este proyecto, exitoso desde su comienzo.
Entre sus tapas más pedidas, las croquetas al baileys, salmorejo con calamares del campo o solomillos a la mayonesa de pringá o sobrasada.
Buenos productos y buenos precios.
¡Larga vida!

¿Que si es tan bueno como dicen? Cada vez que voy descubro una tapa nueva que incluir como favoritos. Lo que más me gusta, en realidad, es que tienen tapas totalmente distintas a las que encuentras en cualquier otro bar de la ciudad, con combinaciones originales: buey con mayonesa de pringá, solomillo con mostaza crujiente, arroz negro con alioli, croquetas de todo tipo (recién incorporadas en la oferta de la carta) e incluso tapas temporales, más que atractivas.
La atención es correcta, con personal amable, si bien es cierto que hemos podido disfrutar del sitio con poca gente. Si te pilla por la zona, en un sitio de parada obligatoria, con una cerveza helada en vaso ancho.

No suelo ser de los que dan cinco estrellas a la primera de cambio. Para dar la máxima puntuación tiene que ser un sitio que realmente merezca la pena y aporte una experiencia enriquecedora a quien visita el lugar. Desde luego, la taberna Cordero, lo consigue.
Se trata de un local con ambientación medieval, no excesivamente grande, que ofrece una carta muy variada, rica y a precios muy competentes. Todos los platos que he podido probar han estado siempre deliciosos, bien servidos y en su punto exacto.
Además, cuentan con un gran repertorio de platos fuera de carta, normalmente anunciados en pizarras en el exterior o dentro del local, que suelen estar incluso mejores que los del repertorio habitual. Que ya es decir…
Aquí he podido probar delicias como salmorejo con calamares de campo, lomo de buey gratinado con mayonesa de pringá, arroz negro con alioli, champiñones rellenos, etc…
Uno de los mejores locales para comer si estamos por la zona de Barqueta, Alamillo, Macarena o incluso Alameda, si nos damos un paseo.

Mola el rollo medieval de la decoración interior y de la fachada. Sólo pude echarle una ojeada camino del cuarto de baño ya que decidimos cenar en la terraza y la falta de autoservicio hacía que no tuvieses que entrar para nada.
Mi amiga Ángela vino de Argentina y estaba una semana de vuelta a Sevilla antes de terminar su beca en Italia. Ella y sus dos amigas escogieron el sitio para vernos. Mientras tanto mi novia y yo nos mareamos mientras encontrábamos un aparcamiento. Después de quince minutos dando vueltas y 100 wassup decidimos dejarlo en doble fila.
Tardamos en pedir, pero al final lo hicimos. Una de las chicas no cenó nada, era vegetariana, y yo que había decidido pedir pastel de berengena…; para nada porque como llevaba huevo, pues no podía. Además de eso pedimos para comer entre todos solomillo al roquefort, patatas bravas y otra cosa que no recuerdo. Estaba todo de diez y el servicio en mesa era muy rápido y constante, trayendo todo poco a poco.

Restaurante con decoración medieval, cuenta con escudos, armaduras colgados en paredes de piedra en el interior. Tienen vidrieras azules con motivos del medievo en las ventanas como si de un castillo se tratara. Las ventanas están enrejadas con un estilo muy retro. Los platos son de barro cocido. Las mesas son rectangulares de color negro y las sillas son de respaldar alto.
Las iluminación la consiguen mediante apliques en forma de antorchas qe cuelgan en las paredes. La puerta es quizás más bonita. Es una estructura cuadrada de forja con caldos en forma de bolutas.
Tienen rica comida andaluza, especialidad en carnes como el entrecot de buey y el secreto ibérico. También preparan muy bien la cazuela de salmorejo cordobés y los panes de la casa, ensaladilla rusa, arroz verde o alicantino con alioli, entrecot de buey o solomillo de ternera a la piedra. .Como postre curioso tieen las croquetas de chocolate que están muy buenas. El vino que tienen Viña Pomal está muy rico.
No tienen menús muy elaborados, se basan en platos sencillos que gusten a su público.Los platos que prepran son bastante abundantes. El precio medio por persona son de 25 €
Tienen dos puertas una a la avenida Concejal Jiménez Becerril, y otra a la calle Avicena, También tienen una terraza con veladores en la avenida, en los que se está muy a gusto las noches de veranito.
Está comprobado que han echo un local con mucho ingenio y se han gastado bastante dinero en la decoración medieval. A parte de ésto, la comida es muy buena y la preparan en horno de leña que hace que esté más jugosa. Es un buen sitio para ir y para repetir.