Sal Gorda

Very good restaurant. I put only 4 stars for the lack of vegetarian dishes. But 5 stars for those who eats everything.

Por fin probamos!!! Siempre que pasamos está completo y teníamos muchas ganas de ir. Tienen mesas fuera y dentro, pero nada más que abren ya hay gente, así que tienes que ir con tiempo, paciencia o, tener suerte como nosotros hoy.
Unas cervecitas Alhambra bien fresquitas y varios platos.
Papas bravas (muy muy ricas), lomo de retinto al punto más (muy buen sabor), rissoto de boletus con langostino (muy rico también) y mi perdición, gazpacho de fresas y pistacho (una locura!!!)
Creo que puedo declarar mi amor por este tipo de gazpachos. Ya nada más que por eso, mereció la pena ir. Y por lo visto siempre tienen algo fuera de carta y van variando.
El resto de platos también tenían buena pinta, así que vaya, tendremos que volver jajaja
Gracias por hacer que comer sea un placer :)

Delicious! Great flavours, excellently cooked, friendly staff. Located in a quiet street, this place is perfect for an impromptu meal when you need something delicious without any fuss.

3ª vez que voy a Sal Gorda y las que quedan.
Atención más que buena, local pequeñito pero chulo y una carta con precios razonables en la que todo esta bueno o muy bueno.
Fuimos dos y pedimos tartar ibérico, ensaladilla, patatas bravas, croquetas y chocos con ali oli de bacon. Todo estaba de muerte, lo único que no recomiendo son los chocos no por su sabor que es buenísimo, sino porque la cantidad es bastante escasa. Esto mas el pan, un refresco y 3 cañas fueron 24 €, nada caro para todo lo que pedimos.
Psdt: aunque esta vez no lo pedí tenéis que probar el rissoto, esta de muerte.
¡Sin duda seguiré yendo!

Really loved the meal he had here. The service was some of the best we had on our stay in Seville. Their beer selection was quiet nice. But the tapas were what made the place special.

Descubrí este sitio gracias a los Unilocalers y siempre que me pilla por la zona intento ir a tomar algo. El único problema, desde mi humilde punto de vista, es que el sitio es muy pequeño (al menos la planta baja y la primera planta). Siempre he tenido la sensación de que no tenía espacio para moverme.
El sitio, en general es muy chulo, la decoración está cuidada y aunque no tiene ascensor, el personal se mueve bastante rápido de una planta a otra para atender las mesas.
Mejor para ir de tapas y probar varias cosas, me sorprendió mucho el salmorejo de cereza, nunca lo había probado y el sabor era muy diferente a lo que me esperaba. Si eres fan de los arroces, no dudes en pedirte el risotto de boletus, muy bueno de textura y sabor.
Además de lo buena que está la comida, se agradecen las presentaciones cuidadas y algunos platos un poco diferentes a lo que puedes encontrar en otros lugares del centro de la ciudad. Los postres están en la línea del resto de platos, buenísimos.
Otro factor a tener en cuenta es que cuentan con una zona arriba, el problema es que (hasta donde yo sé) solo la ceden para eventos o reservas de grupos. Pero oye, si tienes un plan y quieres probar un sitio interesante por la Alfalfa, el Sal Gorda es una muy buena opción.

Qué bien había oído hablar de este sitio y cuánto me alegro de haberlo probado por fin. Hacía mucho que no ponía 5 estrellas, y creedme, Sal Gorda se las merece.
Situado en la zona de la Alfalfa, este local cuenta con terraza y varias alturas en su interior, la más alta reservada para grupos con reserva. Lo adornan cristaleras y muebles de madera, y soy fan de este tipo de decoración.
Pedimos varias tapas para almorzar (a cada cual mejor), acompañadas por cervezas artesanas (de nuevo, a cada cual mejor). Me es muy complicado destacar alguna tapa por encima de las demás, pero diré que el salmorejo de aguacate no tiene desperdicio, que el steak tartar es un must. La carta tiene muchos platos muy interesantes, así que también pienso que hace falta ir varias veces para disfrutar al completo de Sal Gorda.
Tanto para la comida como para la bebida déjate aconsejar, allí saben lo que hacen y de lo que hablan, y cuando te tratan con una sonrisa da gusto escuchar. El precio me pareció justo para la calidad que suponen, aunque no es barato. A mí me invitaron, todo sea dicho, y qué genial que existan personas que me inviten a estos sitios.
Cada bocado de comida te hace cerrar los ojos y suspirar… Y creo que cuando eso te pasa en un sitio, ya está claro que merece la pena venir, y por supuesto volver. Totalmente in love.

amazing menu food and service
the lady explained the full menu for us in English
and was super helpful
best meat and tapas we had in Spain

Really good restaurant, cheap, good food, and the team is really cool ! I recommend this place !

Siempre está bastante lleno de gente y es difícil conseguir mesa, yo misma he tenido varios intentos hasta que por fin he podido conseguirlo.
El lugar es muy cuqui, tiene una decoración bastante sobria y moderna, algunas mesitas fuera y más dentro, en la planta baja se comparten las mesas con la barra donde se sirven las bebidas y está el trajín de los camareros, de la planta de arriba no puedo hablar porque no la he visto.
Pedimos varios platos para compartir y poder probar diferentes cosas, entre ellos los elegidos fueron: ajoarriero con huevo poché y setas, carrillera ibérica con patata trufada, tataki de atún con gazpachuelo malagueño y croquetas del puchero. Lo primero que tengo que decir respecto a la comida es que iba con las expectativas bastante altas por comentarios que había leído, no se si sería porque pillé el día malo o por qué realmente no es para tanto como lo pintan. La comida en sí no estaba mala, pero no era para nada espectacular, más bien normalita tirando a regulera. Tanto el ajoarriero como la carrillera ibérica vienen como en una especie de crema, supongo que son platos que deben servirse calientes y en nuestro caso estaban más bien fríos; el tataki de atún viene servido con una cama de hojas de espinaca y por encima se le echa un poquito del gazpachuelo, el atún no estaba demasiado fresco puesto que no se deshacía en la boca; por último las croquetas probablemente fue de lo que más nos gustó, pero sabía excesivamente a hierbabuena por la mayonesa que llevaban. Las raciones de los platos que pedimos me parecieron bastante pequeñas, no creo que sirvan mucho para compartir.
Mención aparte merece la atención, los camareros eran agradables pero la verdad es que el servicio nos resultó bastante lento, no se si porque son pocos para la gente que tienen en el local o qué, en más de una ocasión tuvimos que repetir que nos trajeran pan y que nos pusieran otra bebida.
Supongo que quizás vaya a probar otro día para darle una segunda oportunidad, pero de momento no me ha dejado un buen sabor de boca.

De casualidad conoci el gastrobar Sal Gorda, ya que me encontraba por los alrededores. Debido a la hora que era decidi entrar para picotear algo. La conclusion que he sacado es la siguiente. Referente a las tapas decir que no estan mal con una calidad aceptable. El precio quizas algo excesivo por la cantidad que te ponen. El personal correcto aunque el servicio un poco lento. El local no esta nada mal con una buena decoracion. Lo recomiendo por conocerlo aunque podemos tener otras opciones que quizas nos pueda interesar mas.

Maravilla!!!
Me encanta este sitio, tan coqueto y tan cerquita de casa :)) El local en sí tiene poquitas mesas, planta baja y alta, y también unas mesitas fuera bastante tranquilas.
La carta es muy variada y todo está muy bueno. Hay que decir que las tapas son pequeñitas, pero lo compensa de sobra lo exquisito que están todos y cada uno de los platos. El risotto está impresionante, pero sin duda mi plato favorito es el steak tartar. Está increíble y es algo que tienen muy muy poquitos bares.
La carta de vinos también es muy buena!
El servicio, excepcional. Las chicas son estupendas y Jesús es genial
Ojo, si os animáis, se puede reservar mesa por teléfono! No es para nada una mala idea.

Conocí Sal Gorda hace unos meses gracias a un evento al cuál fui con varios Unilocalers.
Al verlo, te da la impresión desde fuera que pufff no encuentras sitio ni para atrás, pues la estancia de dentro te parece demasiado pequeña, y te llevas una sorpresa cuando un jueves a eso de las 22h preguntas para un grupo de 8 personas sin reserva y te dicen muy muy amablemente y con una sonrisa ¡Por supuesto, ahora mismo os habilito una mesa para 8 en la planta superior! Gran sorpresa, ¡tiene dos plantas! La zona superior por cierto para mi gusto mucho más tranquila, pues no tienes la puerta al lado, lo cuál recomiendo.
En su carta encontramos variedad de tapas aunque no muy extensa, Me aconsejaron la «burger» del Sal Gorda y no defraudó en absoluto. Eso sí, ve con tiempo pues nos avisaron que iban a tardar un poquito pues la elaboran especialmente. Realizada en carne de vacuno en salsa está espectacular, merece la pena.
Como iba a tardar pedí unas croquetas, no soy gran amante de las croquetas aunque decir que estaban riquísimas, suaves y carnosas, sin mucho sabor a bechamel que realmente es lo que me «echa para atrás» al pedirlas fuera de mi casa claro :)
La carta además tiene variedad de cerveza artesana, que se ha puesto mucho en voga en la gastronomía sevillana. Se agradece.
Y el trato del servicio a mí me pareció maravilloso. Es algo que siempre agradezco al irme, y lo cuál les comuniqué personalmente. Que te sirvan con cortesía, alegría, templanza, y dándote consejos… hace que la velada sea muchísimo mejor de lo que habías imaginado al entrar.
Sin duda una experiencia muy muy grata que seguramente volveré a repetir con amigas.

Vine aquí alentada por las buenas reseñas de los Unilocalers, pero esta vez no puedo suscribir tan alta puntuación.
Como habréis leído en otras reseñas se trata de un pequeño Gastrobar muy cerca de la Plaza de la Alfalfa, con algunas mesas dentro y otras cuantas fuera. Suele estar lleno de turistas ya que es una zona muy turística.
Para empezar diré que si, que el bar estaba lleno pero que eso no justifica que tardaran tanto en servirnos las tapas. La verdad es que tienen una buena selección de vinos, me gustó bastante el que pedí pero no recuerdo el nombre.
Las tapas es verdad que están ricas pero me parecen excesivamente pequeñas, ya no solo por la relación calidad-​precio, que me parece elevada sino porque por ejemplo el risotto me pareció algo meramente anecdótico, es mejor que no vayas con mucha hambre.
En definitiva, creo que hay sitios mejores en Sevilla para tomar una tapa «creativa» y con un servicio más eficiente.

Just as good as the first time! I’ll definitely miss this place and it’s unique flavors!

Llegué a Sal Gorda por casualidad, sorpresa y guiada a ciegas por amigos y fue toda una experiencia. Dejando a un lado la compañía que fue maravillosa, el trato por parte del servicio, el lugar y la comida fueron de 10.
Tuvimos la suerte de cenar en el reservado que tienen en la planta superior, un espacio pequeño pero muy agradable y con una terraza donde poder salir a tomar el aire, charlar entre plato y plato y fumar (esto para los fumadores).
El resto de Sal Gorda tiene muy buena pinta, varias plantas con mesas bonitas y una decoración acorde con el concepto de cocina.
El menú fueron unos 10 platos distintos a compartir entre todos. Empezamos con brevas rellenas de paté, probamos navajas, risotto, las croquetas de la conchita (si no recuerdo mal el nombre de la señora que las hace), papas bravas, ensaladilla, y varios más que ya no recuerdo qué fueron pero que sí recuerdo lo ricos que estaban.
Me encanta este lugar para alguna celebración especial, tanto si se va en grupo como en pareja. Es perfecto.

Great food. Ate tapas here with the missus and everything was awesome. We had the pork cheek and truffled potato cream, the tuna tartare with passion fruit, and the risotto with shrimp. All were delicious. Also had a nice (but small) craft beer selection. Wait staff was nice with better English than my Spanish. Would go again if we weren’t leaving tomorrow night!

Últimamente ya no me guío por mi instinto para conocer nuevos locales. Directamente voy tras leer al resto de mis compañeros Unilocalers. Gracias a vosotros he conocido este sitio y debido a vuestras reseñas sentí la necesidad de ir.
Este mediodía he comido allí. El local es muy coqueto, tal y como entras lo primero que piensas es que demasiado pequeño. Pero una vez que te sientas, no te sientes nada incómodo. Dispone de un par de plantas con una capacidad de unos veinte comensales aproximadamente. Además, tienen varias mesas en una terracita improvisada en la calle empecinado.
El personal es tan agradable, que no parece que te sirva un camarero, sino un colega. Es una genialidad, son amables, pero sin perder un ápice de profesionalidad. Chapeau por Julia, gracias de verdad, por habernos hecho sentir tan cómodos.
Ahora vamos a lo bueno y a lo que todos nos interesa, la comida. Pedimos cuatro tapas para compartir. Comenzamos con la ensaladilla con boquerones, tremenda combinación, no os la podéis perder. Después nos trajeron unas fabes con cigalitas… no sé cómo expresaros lo delicioso que estaba el caldo y las fabes, bueno, la cigalita también. Las fabes, son fabes, fabes, de las de verdad. Seguimos con unas gambas al ajillo, quizás lo que menos me agradó de todo, ojo, me encantaron, pero si tengo que ponerlo en una escala, estaría en la cuarta posición. Eso, sí, la salsa chipotle estaba deliciosa. Por último, nos comimos una carrillera con crema de patatas trufadas, la carne bien, pero la crema mejor.
Como conclusión, os recomiendo encarecidamente que vayáis. No os lo podéis perder. El precio de las tapas es alto, pero la calidad de los productos hace que al final esté ajustado.
Buon Appetito.
Bonus Track: Como anécdota estaba comiendo a nuestro lado el actor José Corbacho, que no paró de loar todo lo que le pusieron por delante.

Hoy he comido en Sal Gorda, me ha encantado tanto que he llegado a casa con las pilas cargadas para escribir una reseña dedicada a este local.
Un lugar agradable que no decepciona por su decoración y comodidad, sobre todo teniendo en cuenta su compleja distribución en diferentes plantas ya que se dispone en lo que parece una antigua casa en pleno centro de Sevilla.
Lo más destacable es su oferta culinaria (es de lo que se trata). No precisamente porque sea un paradigma de creatividad, con platos de imposibles y largos nombres con apellidos dobles que obligan a los trabajadores a dar «cincuenta explicaciones»; siempre las mismas, a cada mesa y comensal. Esa es una de las virtudes del establecimiento; ofrecen principalmente tapas, a precio medio, las cuales ya todos conocemos de sobra, al menos sus títulos. Pero ahí está el logro, cosas habituales y fáciles pero muy muy buenas. Productos ricos, recetas bien elaboradas y excelente sabor.
Hemos tomado (y recomiendo), Bacalao Ajoarriero, lingote de Foie (del de verdad), Chuletitas de cordero lechal (era tapa del día), Carrillera estofada con una suave crema de patata y trufa (aparentemente nada original pero estaba exquisita), el inevitable Risotto y por último un más que excelente Steak tartar. No sabría decir cual de las tapas ha sido la que más buena estaba, y eso no suele ser habitual, al menos bajo mi criterio. Ah! y cómo no! Todo ello acompañado de varias cervezas artesanales y un buen vino de Jumilla (uno de mis favoritos).
Sin duda un nuevo referente del tapeo en la capital del tapeo.
Enhorabuena Sal Gorda! Seguid así y mucha suerte!

A veces encuentras sitios que merecen la pena como por sorpresa. Otras veces te los enseñan. Y esto es lo que me pasó a mí en Sal Gorda.
Tras visitar el Ayuntamiento de Sevilla y unas cervecitas en el Salvador, el grupo con el que íbamos propuso ir a Sal Gorda, y allí que fuimos.
¡¡Qué delicia de sitio! Empezando por el local, que es una pasada en varias plantas, muy bien ambientado y organizado para el poquito espacio del que dispone. No llega a agobiar aunque la falta de aire se nota.
El trato de los camareros con los clientes es muy bueno, aunque igual echo un poco de más esa intención de que «todo vaya bien, chicos» que en dos o tres ocasiones nos preguntaron.
La carta, reducida pero espectacular, tapas originales, con buenas cantidades y a un precio asequible, por diez euros casi te vas cenado con dos tapas y una caña. Además tienen cervezas artesanas, que tampoco está nada mal.
Por poner la puntilla, me sumo a lo que Sara P comenta en su reseña. Tardan un poco en salir los platos.
Por todo lo demás un sitio que igual se acaba convirtiendo en lugar de peregrinaje en Sevilla.

Uno de los últimos locales que ha llegado para dar un aire fresco al mundo del tapeo en Sevilla es Sal Gorda. La primera vez que entré a probarlo me pareció un lugar pequeñito pero acogedor. Ilusa yo que no había visto la escalera del final del local que conduce a una planta más con varias mesas. La cocina se sitúa en la tercera planta (es enorme aunque no visible para todo el mundo) y en la cuarta planta un comedor privado con una mesa alargada para unas 10 personas y una pequeña terraza con vistas a las callejuelas de la Alfalfa. Éste último espacio suele ser con reservas y menú concertado.
He pasado ya por aquí tres veces desde esa primera experiencia y la verdad es que ya puedo sacar algunas conclusiones de mi visita. Por un lado, la carta me parece bastante interesante. No se sale de lo que podemos encontrar en otros lugares de tapeo moderno (steak tartar, tataki, minihamburguesa, etc) pero le dan un toque original a todo. Por ejemplo, el steak tartar lleva bolitas de mostaza antigua y la minihamburguesa está hecha con pan de cruasán. También te sorprenderán algunos platos menos habituales y la variedad es adecuada para no aburrirte.
Todavía tienen que mejorar un poco en la variedad de cervezas artesanas (algunas se le acaban o no las tienen frías), pero ya es un paso lo que tienen. También me sorprende la apuesta por vinos andaluces, algo que sólo he visto en la Tasca del Pintor, aunque cada vez se va imponiendo más y más en la ciudad.
La cocina es bastante buena por lo general y es acorde al precio que ofrecen. La única pega es quizá la lentitud en el servicio. Aunque te advierten de lo platos que van a tardar más, si que son por ahora un poco despistados cuando pides alguna bebida. Sin embargo, estoy convencida de que es una carencia que sabrán solventar con el tiempo.
En defintiva, es un local que tiene toda la pinta de convertirse en uno de mis habituales en el centro.

Conocí Sal Gorda hace unos días, y desde entonces no lo he dejado de recomendar. Un estupendo local en pleno centro, coqueto, moderno, y con una carta diferente, atrevida y muy muy muy rica.
Si quieres un buen vino, lo tienen; si quieres una cerveza artesana, también.
Varias recetas tradicionales, como las riquísimas croquetas de Conchi o el lomo de Ávila, y otras nuevas recetas que apuestan por la fusión y la innovación, como el salmorejo de cereza y anchoa, los chipirones con salsa de bacon y alioli, el risotto de calabaza o la hamburguesa de carne de puchero servida en un croissant.
Por cierto, el tataki de atún, es uno de los mejores que he probado últimamente.
El personal nos trató de maravilla y el local está reluciente.
Sin duda es un sitio al que volveré y que seguiré recomendando porque la experiencia fue estupenda.

Muy contento con la experiencia en Sal Gorda. Tras leer por aquí que el sitio era más que recomendable, allí que fuimos a comer mi pareja y yo y, la verdad, salimos encantados con la comida, el trato, el sitio, el precio y todo lo que rodea a este nuevo negocio.
De primeras da la sensación de ser un local muy pequeño, pero la vista engaña puesto que tienen un salón en la planta superior. Abajo te puedes sentar casi directamente en las cristaleras y ver la pequeña barra donde te atiende una estupenda y amable camarera, que no duda en recomendarte antes un plato que otro si ve que te puede gustar más.
La carta, afortunadamente, no es kilométrica, sino que ofrecen un repertorio de tapas muy seleccionadas, variadas y a precios que oscilan entre los 3,5 y los 5 euros, si no recuerdo mal. Nosotros nos tomamos cinco tapas variadas, las cuales ordeno por gusto: me fliparon mucho las alitas kimchi, la hamburguesa de carrilada en un croasán y las croquetas de Conchi; estaba también muy bueno el choco con salsa bacon; pero el lingote de turrón me dejó algo extrañado. Todo estaba delicioso, la verdad :)
Además, disponen de un gran repertorio de cervezas artesanas de toda España, algo que es la mar de bueno, además de tener Alhambra de tirador. También cuentan con muchos vinos en carta, de los cuales bastante son andaluces, algo que me atrae especialmente.
Sin duda, como diría aquel… «Volveré»

He entrado por casualidad y me he llevado una grata sorpresa. Buena decoración, una carta de vinos amplia. Con vinos diferentes y posibilidad de copear diferentes vinos.
Las tapas estaban todas muy buenas. Al principio, antes de probarlas pensé que eran algo caras, pero después de probarlas he podido comprobar que tanto la calidad del género como la originalidad de las tapas lo compensaban.
El salmorejo de cereza con anchoa todo un descubrimiento, y las alitas de pollo puede ser las mejores que he probado en mucho tiempo.
Por poner algunos peros… Al steak tartar le ha faltado tostas o regañá para acompañarlo. Y el ambiente entre los empleados parecía algo tenso.
Tiene una oferta de cervezas artesanas muy amplia, no he probado ninguna de las que tiene en carta, así que ya tengo una excusa para volver.

Bueno parece que soy la primera en comentar este local y le doy 5 estrellazas!
Este es el nuevo negocio de los chicos de la Mia Tana y está situado muy cerca del anterior, en la Calle Alcaicería. AUnque al principio parece muy pequeño no lo es tanto ya que al fondo tiene una escalera que lleva hasta otra planta donde disponen de mas mesas. Está decorado en un estilo moderno mas bien minimalista con alguno detalles muy chulos como el alicatado de azulejos estilo antiguo en la pared de detras de la barra o la mima zona de la barra.
Su carta, aunque no muy extensa, ofrece tapas realmente sugerentes y apetecibles de entre 3,50 y 4,50 euros. Un precio bastante razonable para lo que ofrecen. Tras la dificil tarea de la elección, yo comencé con unas croquetitas de puchero, que eran caseras y estaban buenísmas! Venian coronadas de un poco de salsa alioli y «pegadas» al plato con un suave hummus. Después probé la carrillera con salsa de manteca colorá y migas que visto así, puede sonar algo grasiento y pesado pero no es el caso. La carne, que estaba muy jugosa venia acompañada de una sabrosa salsa con mantecá colorá que acompañaba perfectamente y las migas daban un toque crujiente muy interesante. También pude probar la burguer de guiso de ternera. Para mi, sin duda, el TRIUNFO, de este bar. Al pedirla, esperaba la tipica hamburguesita pequeña en el minipan de hamburguesa pero estaba muy equivocada! La hamburguesa es de guiso de ternera (carrillera) y literalmente se deshace en la boca (1º acierto) y el pan no existe, ya que lo han susituido por un pequeño croissant calentito (2º acierto). Además viene acompañada de un poco de salsa de carne y unas patatitas fritas caseras. Teneis que probarla. En la siguiente ronda de tapas nos decidimos por el lingote de turrón y foie, en el que se podían apreciar todos los matices de los distintos sabores y que viene acompañado con un pan-​bizcocho especial, y por los cartuchitos de camarones con salsa, otra de las genialidades de este bar, una estupenda reinvención de las clásicas tortillitas de camarones.
Para terminar y como colofón a la comida, probé un postre llamado chocolatísmo que combina diferentes tipos de chocolate en tres texturas diferentes (bizcochito, whopie pie y mousse) y que puso el broche final a la comida.
Este ha sido, sin duda, uno de los grandes hallazgos de 2015 y será uno de los sitios a los que sin duda, volveré pronto!