Sagrado Corazón

Recién llegada a Sevilla desde Gandía con 17 años recorrí varias residencias con mi madre: Santa Ana, Los Bermejales y alguna otra, y tenía clarísimo que entraría en una mixta.
Al ver el Sagrado Corazón, hace ahora 14 años, recién inaugurada, nos enamoramos de ella. Dudo que haya otra igual de confortable.
Las habitaciones son enormes, ojalá hubiera tenido una en mi vida, y muy bien decoradas: colores azul, alvero y acero. Entra mucha luz, y los baños también amplios. Además era todo nuevo: el colchón, pupitres de varios metros… Más no podía pedir, y para colmo la más económica de Sevilla. Imagino que la ubicación influía, pero yo estudiaba en Reina Maercedes y podía ir caminando a clase, además de que el SADUS para hacer deporte estaba pegado a la Facultad.
La comida excelente, las zonas comunes muy amplias, gimnasio en la planta baja, y las compañeras lo mejor de todo. Se creaban piñas según la Carrera Profesional, como suele ser habitual en las residencias. Eso sí, era un Colegio Mayor femenino, la única pega.
Pega, lo que se diría pega… Si los padres firmaban un papel a principio de curso tenías vía libre para regresar a las 07h cuando quisieras, así que muchas dificultades para salir y ligar con el género opuesto no tuve.
Eso sí, las monjas estrictas con el horario, pues alguna vez volví algo tajaílla a las 04.30h y no me abrían ni aporreando la puerta, me decían que las 3h era el máximo y que acatara con las consecuencias. Si me ponía pesada, acababan cediendo, aunque al día siguiente tenía bronca por hacer lo que me daba la gana y saltarme las reglas, pero bueno… me parece normal. He sido siempre persona de mucha calle y en mi casa me caían las mismas broncas, así que en ningun momento me sentí agobiada por las monjas, más bien al contrario, se portaban muy bien con nosotras y acababan dándonos todo lo que les pedíamos, tenían gran corazón.
Si tuviera que elegir de nuevo, y pensando que la residenca sigue igual que antaño, no dudaría en volver al Sagrado Corazón. Sólo tengo que deciros que a pesar de que el segundo, tercer y cuarto curso de Comunicación Audiovisual estaba en Gonzalo de Bilbao, seguí en la Residencia al menos el segundo, pues estaba más que agusto en lo que consideraba mi hogar.

Esta residencia femenina, más bien colegio mayor, es muy recomendable para aquellos padres que no han tenido todavía suficiente lucidez y desean que sus amadas y virginales hijas continúen por el camino que Dios nos marca para llegar a la gloria eterna, mientras lo pasas putas en la vida terrena.
La verdadera educación reside en el corazón de caritativas monjas que no conocen o no deben conocer partes esenciales de la formación de la vida de un ser humano. Ellas tienen la verdad y la llave para arrancar el motor de las buenas conductas en el espíritu de las jovencitas de España.
Si no se han quedado satisfechos con una primaria encauzada en la buena dirección, en la que no intervengan agentes de distracción como la diversidad de género, raza o clase social. Si no les parece suficiente una educación secundaria en la que no se tocan temas triviales como la sexualidad, la libertad y pluralidad de ideas o los anticonceptivos.
Ruego, envíen a sus hermosas hijas a este excelente colegio mayor. Serán conscientes de como sus hijas llegan a la mayoría de edad sin que ustedes las hayan visto volver con una copa de más o nunca hayan encontrado un preservativo en casa.
Los ojos del alma solo ven la gloria de Dios Padre. En los de la cara, debe ponerse gafas.
Mi hermana la mayor estuvo en este colegio mayor.