Room Zero

Llevaba un tiempo queriendo acercarme a comer aquí y por fin lo conseguí el finde pasado! Room Zero se encuentra en el interior del hotel Casa Romana en plena calle Trajano entre el Duque y la Alameda, sitio inmejorable por tanto!
La zona destinada al restaurante no es muy amplia pero está coqueta y agradable. La carta es curiosa, te entregan como una especie de pergamino doblado en tres en el que encuentras sus platos detallados (un poco escasa la descripción, pero suficiente). Los precios no son demasiado caros, no es para ir todos los días a comer, pero acordes a lo que te ponen. Entre semana tienes la opción de menú del día por 13,5 € (entrante, plato principal, postre y bebida).
En mi experiencia personal optamos por los huevos camperos magníficos, las costillas que se deshacían en el plato, el san jacobo crujiente de presa. Todo magnífico. Sin duda repetiré en otra ocasión :)

Habrá que volver para corroborar esta puntuación, pero ya se sabe que la primera impresión es la que cuenta, y mi primera impresión con Room Zero no pudo ser mejor.
Gracias a varios comentarios Unilocaleros me había picado la curiosidad por conocer este espacio ubicado en el hotel Casa Romana, en la calle Trajano. Hacía tiempo que conocía su terraza, un precioso espacio con inmejorables vistas, todo un oasis en el centro de la ciudad, así que una nueva incorporación a la propuesta gastronómica de este hotel era visita ineludible.
Y no decepciona en absoluto. El restaurante ocupa dos salones en la planta baja del hotel y, según nos dijo el encargado, también mesas en la terraza. La carta no es demasiado extensa, y se aleja del concepto tapa, que tanto nos gusta en Sevilla. Room Zero ofrece cocina de platos, y platos abundantes, además.
Todo tiene una pinta insuperable, y en esta primera ocasión nos decantamos por tres platos contundentes y a cuál más exquisito: croquetas de cola de toro, costilla de ternera y san jacobo de presa. Como postre, cremoso de chocolate con torta de aceite y sal, sorprendente y buenísimo.
Como comprenderéis, tras este festín casi salimos rodando, pero su carta guarda aún todo tipo de especialidades por descubrir: entrantes, carnes y pescados, además de un surtido de postres que si estaban tan ricos como el cremoso son un éxito asegurado.
Según nos explicó el encargado, tienen además unos interesantes menús para los días entre semana.
El rango de precios, adecuado para la cantidad y calidad de lo que sirven. Repetiré, sin duda ;)

A la calle Trajano lo mismo le quitan el mítico cartel de la Sala X para construir pisos que le ponen un restaurante de lujo a los bajos del hotel Casa Romana y se convierte, tras la primera visita, en uno de tus favoritos.
Maravilloso el restaurante del chef Dani Torres. Tanto en decoración como en atención, pasando por localización y, obviamente, por la cocina de la que disponen. No es un lugar barato, aunque tampoco es excesivamente caro para la calidad y cantidad que se come en el lugar. Sí, calidad y cantidad van juntos en este caso, y no separados. Y a buenos precios. Una deliciosa ensaladilla de gambones vale unos 10 euros, pero es que alguien con poco apetito come perfectamente con ese plato.
Yo tuve la oportunidad de venir a cenar con mi pareja aprovechando que somos socios de Restaurant 50 y la experiencia no pudo ser más positiva. Además de la susodicha ensaladilla, nos tomamos un enorme barco de salmón marinado que estaba espectacular y un San Jacobo en forma de torre con una salsa de calabaza y otra de mojo que estaba para llorarle, pero no podíamos con todos. Además, la cerveza (Alhambra) está bien servida en copa a 2 euros cada una.
El camarero que nos atendió fue simpático, amable y atento. Pudimos pagar con tarjeta perfectamente. El ambiente era de lo más agradable, con un clima cálido y calmado la mar de agradecido y, en general, muy tranquilo.
Volveré, además muy pronto, a seguir disfrutando del resto de la carta porque la pinta que tenían el resto de platos bien merece la pena una segunda incursión.

Soy muy fan de las calles Trajano y Amor de Dios, sobre todo frente al barullo que se aglomera en Tetuán y Sierpes. En uno de mis paseos habituales por Trajano, camino de la Alameda, descubrí la terraza del Hotel Casa Romana y… Qué sorpresa la mía, cuando vi que habían abierto un restaurante en la planta baja.
Como en los hoteles no suele ser económico comer, no me había parado a ver la carta, hasta que se anunciaron dentro de los restaurantes de Restaurant50. ¡Éste era mi oportunidad!
Leí la carta en la web y era muy sugerente, pero es que cuando lo visité me enamoró. La decoración es muy «cuqui» y elegante, al igual que sus asiduos. Sin embargo, los precios son muy económicos, en comparación a la calidad, variedad e innovación de los platos.
Pedimos para picar el plato destacado de la casa: ensaladilla de gambones. Nunca una ensaladilla me había flipado tanto. A continuación, pedimos el salmón marinado y el San Jacobo de presa. Ambos estaban de vicio, pero para mí destacó el San Jacobo por encima del salmón, por si elaboración e innovación.
El trato agradable, muy atentos y dispuestos.
Aunque en mi caso pagué con Restaurant50, no me importaría pagar su precio normal en una ocasión especial, ¡merece la pena!