Red House

No le puedo poner las cinco estrellas porque no he venido aquí a comer así que no puedo opinar. Sin embargo, sí he venido a beber té, café y tomar unos smoothies que tienen en verano que están impresionantes. Recomiendo que vayáis por el ambiente, rompe completamente con el típico ambiente sevillano que me tiene tan cansadita. Este sitio es otro rollo, su gente, su decoración, su música, sus camareros… Puedes ir incluso con tu ordenador y tus trabajos a sentarte ahí tranquilamente a trabajar o estudiar con un café; o bien ir con amigos y tomarte unas copas sentados en ese ambiente con tanto rollo. Lo recomiendo para todo.

Really cool place with a super friendly staff. They have a good variety of drinks (alcoholic and non alcoholic), bagel sandwiches, and desserts. We had the bagel sandwich filled with fresh tomatoes, avocado, and spinach — a nice break from all the heavy tapas we’ve been eating!
Staff was also very helpful and understanding of our not so great Spanish.
Cool artsy vibe with shared tables. Give it a try!

Un lugar agradable, aunque siempre está lleno merece la pena esperar para tomarse un mojito o una de sus tartas. Hace ya más de 3 años que lo descubrí justo cuando estaban de apertura y m atrajo desde el primer instante. Recuerdo que me pareció diferente a lo que en Sevilla estábamos acostumbrados. Ha pasado tiempo y se ha consolidado como lugar de culto al que ir a pasar un rato agradable y charlar con los amigos.
Otro detalle es que tienen zumos naturales con fruta de temporada y lo pueden hacer con leche d soja o leche sin lactosa para los que son intolerantes. Lo único que mejoraría es la ventilación ya que los olores cuando entras de la calle se perciben concentrados.
En resumen recomendado ;)

My favourite spot to study /​read/​write in Sevilla. But there’s no wifi!

Es un lugar ideal para quien busca algo más alternativo, distinto, además con una decoración original, muy bonita. El ambiente es agradable y para comer perfecto, al igual que para un café o tomar unas copas

A mi personalmente no me gustó mucho el sitio, no añadiré nada sobre la descripción del lugar porque por reseñas anteriores queda muy bien descrito y aunque hace poco parece que estuvo cerrado por reforma yo fui después de la misma y creo que no ha variado mucho, lo describiría como un lugar peculiar. Según las fotos que he visto puede ser que me equivocara en la hora, fui para tomar una copa y si vuelvo a ir creó que será a la hora del café porque si he visto las tartas y pasteles con una pinta tremenda, no se ya como están de precio, yo pillé la oferta de dos mojitos 7 € y el mojito con el sabor más raro que he probado en mi vida y para colmo me encontré un plástico de los cubitos esos que se hacen en bolsitas.

Probaría algo nuevo antes que repetir.
El local podría definirse como «vintage» o como «piso de estudiantes con demasiado mobiliario reciclado de la basura» (o tienes la suerte de coger uno de sus pocos sillones, o te toca sentarte –con suerte– encima de una caja de madera con un conjincito minúsculo –sin suerte no tienes cojín-​) muy cuco todo pero poco práctico e incómodo (alguna regleta colgando suelta por la pared no da tampoco mucha confianza)
De precio según: 2.50 € por un capuccino normalillo no renta, pero 3 € por un crêpe con mucha nutella si. Se echa en falta no tener una carta de «dulces» (solo tenían para lo «salado») no sólo por saber precios sin tener que preguntar, sino porque no ayuda que te la diga un camarero hablando bajito cuando tienen la música alta, y claro, todo el local habla mas alto para poder mantener una mínima conversación…Que no te enteras vaya.
Quitando eso, que tuve que hablar a gritos con mi acompañante, y que me pusieron el cuchillo (que tuve que pedir que me cambiaran) mas guarro que les quedaba… Por mucho que los camareros al despedirme me desearan un «buen fin de semana» no repetiría
Para un desavío, muy apurado (y eso con la suerte de encontrártelo abierto, porque sus horarios son muy irregulares) te da el apaño: Mesas amplias (podrías ir con el portátil, y a currar un poco… Si trabajas bien con muchísimo ruido de fondo) y una decoración bonita (mucho verde, muchos cactus, y mucha mugre en los muebles, vintage auténtico).
Ve por curiosidad, a tomarte una copa (de vez en cuando hacen 2×7 € y alguna oferta) o probar porque el sitio tiene su nosequé…Pero no creo que quieras repetir (al menos a mi me han quitado las ganas).

No te esperas que existan lugares así hasta que no aterrizas en ellos. Red House es una mezcla de mil cosas bonitas. Es galería de arte, es lugar de encuentro, es cafetería, es buen rollo, es imaginación y creatividad, es inspiración… Me encanta este lugar, y estoy convencida de que no podría decir nada que no hayan dicho ya.
Cuando llegues aquí te encontrarás un amplio salón, en el que ninguna mesa ni silla son iguales, pero aún así todas son igualmente cómodas. Hay mesas altas y bajas, pequeñas y grandes, idóneas para trabajar cualquier proyecto en grupo. Las paredes están llenas de ilustraciones y pinturas que te dejarán boquiabierto, y seguro que son la inspiración de cualquier buena idea.
Situado en la calle Amor de Dios, está en una zona muy céntrica, y muy fácil para llegar. Aunque aparcar… ¡imposible! Tienes que llegar hasta aquí dando un paseo o en transporte público, la calle es súper estrecha, y ya de por sí el aparcamiento en el centro de Sevilla es muy complicado.
Puedes desayunar, tomar un café, una cerveza con amigos o bien una pieza de fruta. Y qué decir de la atención. Si el local es tan magnífico, la atención es igual.
Actualmente tienen un problemilla con la wi-​fi pero están pendientes de arreglarlo cuanto antes. Yo soy fan, así que ¡súper recomendable!

El típico local de inspiración industrial berlinesa que nos hacía un montón de gracia por su originalidad hace unos años y que ahora nos sigue gustando bastante pero ya no nos impacta como antaño. Sus sillones resultan muy cómodos para tomarse el café e incluso inducen a la siesta en una tarde de calor, y el personal es muy educado y funcionan bastante bien.
Ahora bien, pedimos un capuchino normal y uno descafeinado, pero vinieron los dos normales y la espuma no era la esperada (me leo diciendo esto y me dan ganas de hacerme el seppuku) porque más bien era una leche con mucho aire que una consistencia cremosa. También pedimos una galleta de chocolate con trozos de chocolate blanco, pero no estaba demasiado buena.
Sin embargo, lo más impactante en su estética vintage de nave industrial reconvertida era el no tener claro qué partes correspondían a la decoración y cuáles a otras actividades humanas, como una piel de plátano en evidente estado de dejadez que estaba en un plato en nuestra mesa y que en ningún momento retiraron a pesar de estar más cerca del compost que de otra cosa. A mí estas cosas se me escapan muchas veces de las manos, ¡jamás volveré a ser joven!

Tras 42 reseñas, decir algo nuevo o impactante es complicado. Pero bueno, lo que importa es reseñar para que el que no conozca el negocio se pueda hacer una idea lo más exacta posible de lo que se va a encontrar.
Lo primero y más impactante que va a ver todo aquel que entre, es su explosiva decoración. Parece que estás en el taller de un charolista, o bien en una cafetería digna del mismo Tacheles. No verás dos mesas iguales en tamaño o diseño. Además, el espacio se usa también como galería artística improvisada, con todas las paredes llenas de obras pictóricas de diversos autores.
Creo recordar que se hizo una lista hace poco de sitios idóneos para usar a modo de «oficina efímera» y como no, salió este local. Es perfecto para este cometido. Incluso como sala de reunión improvisada. Disponen de wifi gratuito, elemento a tener en cuenta.
En cuanto a lo que sirven, tienen la cocina abierta todo el día. Te servirá para desayuna, hacer el Bruch, almorzar, merendar e incluso cenar. Vamos, para todas las comidas. No tienen una carta muy variada, únicamente he comido allí en una ocasión y no estuvo mal. Aunque tampoco es para tirar cohetes.
Eso sí, para tomar café/​tés es fabuloso. Café, café, tomo muy poco, pero de infusiones soy capaz de ahogarme. Aquí siempre tomo un rooibos de lichi y cardamomo que está tremendo. Por supuesto como bar de copas también sirve, tienen varias cervezas artesanas y todo tipo de bebidas.
Como nota simpática, no dejéis de ir al baño. Podréis ser autodidactas dejando vuestra impronta. Ojo, impronta artística, que os veo venir.
Un saludo.

This place has a Los Angeles, Silverlake, California vibe. Super hipster but great atmosphere and food’

Sitio cuanto menos curioso mezcla de muebles de distintos estilos, con objetos y cachivaches sin sentido, y vajilla de color verde botella estilo años 60… Pero eso si, tartas para quitarse el sombrero: chocolate y plátano, zanahoria, queso y mermelada de frambuesa y, la estrella de la casa, ¡¡tarta de cerveza Guinness!
Ambiente tranquilo y buen servicio, muy buen sitio para ir en grupos o formarlos allí mismo compartiendo mesa. Calidad/​precio adecuada.

Este último año he frecuentado más que nunca toda esta zona y no han sido pocas las veces que he pasado frente a Red House y pensado que tenía que entrar a probarlo. Por fin pude ir, y quedé cuánto menos satisfecha.
El local es en apariencia y en lo que a comida se refiere como mínimo curioso y original. La disposición de mesas, sillones, sillas y sofás te hace creer que estás en el salón de la casa de alguien… De no ser porque no suele haber casas con salones tan grandes. No es raro encontrar a dos o incluso tres grupos de personas distintos compartiendo mesa, y eso me parece ideal.
La decoración, que cambia con el tiempo pues la mayor parte está a la venta o son exposiciones es como para no dejar de mirarla… Muy original, vintage, hipster (pero de verdad, no de gafa-​pasta y réflex en modo automático)… En fin, que me encantó. Tiene una «work zone» con enchufes y flexos, por si quieres trabajar con un buen café…
Y pasando a la comida… La verdad es que fui a merendar aunque sé que ofrecen todo tipo de comida, pero me sigue pareciendo más una cafetería que otra cosa. De todas formas, intentaré pasarme para probar algo salado, que si está tan bueno como lo dulce… Una tarta de plátano y chocolate que no se acababa (ojalá…), un capuccino muy rico, aunque algo pequeño, un batido de pera natural y una galleta de chocolate blanco fue todo lo que pude probar. No me pareció caro sabiendo que lo hacen ellos todo y cuando lo probé, mucho menos.
Lo único que no me gustó fue el no saber si vienen a la mesa a preguntarte qué vas a tomar, si tienen carta más allá de la escrita en la pared de pizarra, si tienes que ir tú a pedir, cuánto esperar… Todo derivó en yo yendo al mostrador para ver qué pedir y el camarero casi extrañado de verme allí preguntando si podía ayudarme… Por lo demás, genial, y está claro que volveré.

Buenísimo ambiente, una atención exelente.
A mi me gusta ir por la mañana, está bastante tranquilo, y el ambiente es ideal para leer, escribir o hacer esas tareas pendientes, que siempre dan pereza hacer… ese mail, ese reporte, etc.
La música está genial, la decoración muy sugerente. Hoy hay superhéroes en la pared!!!
Yo suele pedir rooibos, los cuales están muy ricos. Y las tartas son expectaculares…

La primera vez que entré en Red House me pareció una obra de arte en su conjunto. No te desvelo su decoración o estilo pero vas a encontrar de todo: muebles modernos-​antiguos o vintage, sillas, sillones, sofás, butacas, taburetes… y todo se vende.
Red House es uno de mis cafés preferidos en el centro. Primero por ubicación. Le hacía falta a esta zona un café diferente, donde poder leer, charlar, escuchar música o mantener una reunión informal. Así descubrí este lugar mientras mantenía una una productiva tarde de trabajo. Puedes ir con tu ordenador o tablet porque el wifi es gratis pero a partir de las 18h si vas con portátil tienes que ponerte en las mesas altas que hay junto a las cristaleras.
En segundo porque es uno esos lugares donde sientes cómo te llama su decoración y te envuelve hasta que formas parte de él.
El sitio es algo diferente y casi único en Sevilla, aunque comienzan a aparecer otros lugares con ese aire tan moderno y alternativo.

Me encanta. Soy asidua al red, y tanto los tes, los batidos y zumos como las tartas exquisitas. También he probado algo de cocina (aunque no tienen sirven platos preparados que calientan alli) y todo riquisimo.
El ambiente estupendo, muy alternativo y mola que siempre haya exposiciones que van cambiando. Al igual que el mobiliario y la decoración, es un sitio en el que se está muy a gusto.
La única pega que le pongo es que siempre están cambiado de personal, y muchas veces te atienden regular, lento.

A primera vista llama la atención el sitio con cada mueble de su padre y su madre, creo que no había dos iguales, cosa que me parece original y que ya se empieza a ver en muchas otras cafeterías del estilo. Hay que decir que algunos muebles se notaba que no estaban restaurados y daban la sensación de dejadez.
Una cosa que me llamó la atención es que para ser Sevilla no tenían un aire acondicionado o no lo encendían, había unos cuantos ventiladores que intentaban (sin éxito) bajar la temperatura.
En sí, ni el café ni las galletas me llamaron la atención además le pedimos agua y estaba tibia, entre el calor que hacía y eso, pues no me gustó demasiado el sitio.

Empiezo contando mi primera eperiencia en este local. No pasé de la puerta. Era fin de semana, estaba lleno y un señor de forma desagradable nos impisió pasar. Sin medias tintas. Mucho que desear en cuanto al trato al cliente.
Mi segunda incursión fue algo más positiva ya que conseguí entrar. Bien. Si os digo la verdad no me parece nada del otro mundo lo que pasa es que es un especimen raro en la fauna de bares sevillano.
Mucho trasto viejo. Mucho moderno. Mucha parafernalia. La verdad es que a mí como cliente no me ofreció nada que no me puedan ofrecer otros sitios. Además aun sitio de modernos se le presuponen ciertas características como enchufes o wifi, cosas de las que también carecía. ¡¡¡¿¿¿Qué hacemos con nuestras tablets y nuestros MACs!!! WTF.
Además me pareció que el café a 1,30 y la caña (cañita) a 1,20 era algo totalmente desorbitado. Pero bueno, es solo mi opinión.

Teniamos muchas ganas de venir a este sitio, al final el hype pudo con el…
Decoración espectacular, todo desde los cuadros hasta las sillas se vende, buen ambiente y camareros simpaticos, hay quedo todo…
Solo hay dos camareros para un local abarrotado, aunque no nos importo esperar para lo que parecia un smoothy y frappé bien presentado el sabor como que no acompañaba… todo muy insipido
La limonada si estaba bien aunque el precio es muy caro 7
No sabemos si tenia wifi porque no lo encontramos…

En Red House puedes pasar una tranquila mañana trabajando, una tarde de reunión intensa o una velada tranquila con amigos.
Todo el mobiliario y la decoración está a la venta y realmente hay cosas muy muy originales.
Sus tartas son deliciosas. Os recomiendo la de cerveza negra. Sí, sí, cerveza negra.

Red House really feels distinctive and special. It’s a funky, hip café with cool music, free wifi, a laid back vibe, an ample selection of coffee, tea, pastries, and, yes, tostadas (though I think those are only in the morning!). For a moment, I was transported to Greenwich Village, and I loved it.
Please note: closed on Sundays and Mondays!

Desde que abrió conquistó mis ojos. Un espacio de arte, complementado con mobiliario vintage y comida y bebidas… Pintaba bastante bien. Normalmente, he llegado hasta aquí para el cafelito de por la tarde, a veces con tarta.
Tiene un ambiente muy hipster, para estar en Sevilla, con mucho público extranjero o estudiantes y trabajadores jóvenes con Mac, De hecho, parece que más de uno se ha montado su oficina allí.
La atención es pausada, pero considero que eficaz. Son gente amable y simpática. El cafelillo se me queda corto, pero tampoco se puede pedir más (tazones y tal: P).
Lo mejor fue descubrir sus desayunos, en una de las quedadas Unilocalers que hicimos. Es muy recomendable el pan de cereales, aunque mejor la media porque son enormes las tostadas. Los findes puedes pillarles despistados y no tienen todos los ingredientes, pero merece la pena.
Lo que más me gusta es la decoración, el mobiliario, las exposiciones temporales y la comodidad de poder echar un rato de trabajo o charla.
Todavía tengo que probar las comidas que tienen, aunque son recomendables las cervezas artesanas. No me canso de ir, aunque de vez en cuando les pillo cerrados por sorpresa :(

Se ha convertido, desde que se abrió, en mi punto de paso obligado cuando voy andando al centro. Es un sitio genial a cualquier hora, pues cuentan desde desayunos espectaculares hasta cervezas artesanas, pasando por cafés, tartas caseras o una carta de vinos de lo más variada.
Además, cuenta con una decoración realmente especial, diferente y atractiva, rompiendo con lo establecido con la Sevilla más tradicional, aunque luego se llene de marujas para hacer calceta o de gintoneros que no saben muy bien de qué va el asunto.
Sofás antiguos (algunos bastante incómodos), sillas o butacas sirven de decoración e invitan a cualquiera que pase a quedarse, más cuando hay WiFi gratuito, lo que provoca que muchos optemos por llevarnos allí el trabajo y aprovechar el buen ambiente y la música.
Lo peor: hace mucho calor en verano y los ventiladores no son suficiente. Habría que poner aire acondicionado. También hay escasez de enchufes, que para los que nos llevamos el ordenador es algo muy valioso.

Industrial, retro, vintage, artístico, amplio y de decoración exquisita. Simplemente me encanta. Un gran espacio-​cafetería en el que absolutamente todo el mobiliario y decoración está a la venta y que es lo suficientemente amplio como para contar con al menos 5 grupos de mesas y sillones en los que disfrutar de cafés, tartas o zumos de naranja recién hechos.
De sus paredes cuelgan obras adecuadas para todos los bolsillos: desde los más caros hasta los más asequibles. Verdaderas obras de arte bonitas y curiosas que le dan al espacio un empaque expositivo. Wifi gratuita y silencioso.
Me gusta, mucho, pero que mucho mucho.