Rafael Shang

En casa la carne se compra en el puesto de Rafael, en el Mercado de la Encarnación, actualmente bajo las «monumentales» Setas. Cuando en agosto cierra y toca recurrir a otro lugar, aún siendo bueno el género, se nota a leguas que la carne no es la misma. Tal fe le tengo a este hombre, que he llegado a ir a comer a un sitio al saber que son clientes suyos.
La carnicería de Rafael se sitúa cercana a la puerta del Mercado que da a la zona de la escalera delantera de la plaza. Es un puesto amplio, bien surtido y con una extensa variedad de todos los tipos: ternera, cerdo, cordero (que no es lo mío), venado, toro en época de lidia… No faltan los avíos para los guisos; una pringá con carne de Rafael está para que se te caigan dos lagrimones. También tiene manteca blanca, «colorá», de tropezones… pero estas ya resultan prohibitivas para aquellos a los que nos engorda hasta el viento.
Las excelencias de lo que aquí se vende hace que se trate de uno de los puestos más concurridos de todo el Mercado, por lo que yo os recomiendo que lo llaméis a primera hora de la mañana para hacerle el pedido; su mujer os atenderá y él lo preparará todo para que solo tengáis que recogerlo a la hora que mejor os venga. La relación calidad-​precio es estupenda. Si lo probáis, ya tenéis carnicero para toda la vida.