El pan en Polvillo(cadena de panaderías que inunda Sevilla, uno en cada barrio) es excepcionalmente barato. Quizás sea porque ellos fabrican su propio pan y se ahorran intermediarios. Así que para ese día en que no tienes ni tiempo para comer en condiciones no está nada mal tener una de estas tiendas a mano, porque además del pan te vende el contenido de la cosa: su fiambre, su tortilla, su queso. Tienen incluso manteca colorá y zurrapa de lomo, que con eso de la dieta mediterránea ya no se encuentran fácilmente y da casi nostalgia verlos(para qué escribiré yo estas cosas a la hora de la merienda…). Puedes pedir que te corten el pan allí mismo, y casi te lo llevas hecho. Y si quieres postre, también tienen bollería. En Navidad sacan el Roscón de Reyes, en Semana Santa las torrijas… El punto es que además de panadería Polvillo funciona como tienda del desavío. Un poco de todo pero no mucha elección de marcas y con un precio algo más elevado de lo normal. Sé que en otros establecimientos de esta cadena se puede desayunar. En este, que yo sepa, no es el caso. Lo llevan dos chicas de trato muy familiar con los habituales y un tanto áspero con el resto del universo. Las típicas capaces de preguntar por cada uno de sus 8 hijos a la señora que compra y a ti despacharte con tres palabras más mal que bien dadas. Y, como digo, está bien tener uno cerca de casa, pero la economía no está como para ir todos los días. Aún no comprendo por qué, pero un producto normal y corriente allí te puede llegar a costar el doble. Ejemplo: ayer fui a por mantequilla y me cobraron 2’75 € por un bote de Pascual normal y corriente. Un misterio más de la cosa económica. Os juro que en las tostadas sabía igual.