Peyre

No resulta fácil explicar que es Peyre, aunque todos los sevillanos lo conocen. Este edificio está situado entre la singular calle Francos y la calle Álvarez Quintero, ambas parte del circuito turístico de la ciudad y repletas, sobre todo la primera, de negocios característicos y genuinos como cordonería Alba, una tienda de productos para iglesia o tiendas de tela bastante particulares. Peyre responde a un tipo de galería comercial, con acceso desde las dos calles entre las que se encuentra, y durante un tiempo funcionó como tal con una propuesta de un nivel medio alto, contando con tiendas como Adolfo Dominguez, Calvin Klein o Armani Jeans.
A lo largo de los años y en parte por el empuje de otras zonas comerciales cercanas, en parte por una dudosa gestión de la galería, Peyre fue decayendo hasta el cierre de todos los negocios que lo llenaban de actividad. Actualmente la empresa de hostelería Robles gestiona el espacio central del antiguo edificio, mientras las campañas de publicidad abandonadas en los escaparates dan una idea de cuanto tiempo llevan cerrados los locales.
Los viandantes de la calle Francos siguen parándose en la fachada de Peyre y preguntándose porque no se puede acceder al interior. Admiran las extraordinarias lamparas de pared que en la fachada se colocan entre los arcos de los escaparates y miran a través de los vidrios un espacio central que sigue transmitiendo, a pesar del paso de los años, una cierta idea de lujo. Este espacio central con un bar espectacular y escultura clásica incluida, se presenta como una especie de falso patio, y digo falso porque está techado con pavés, y por eso mismo permite el paso de luz natural.
Pero este edificio no es solo una galería comercial, desde los dos accesos, se llega además a unas escaleras, de unas medidas de las que ya no se proponen, por generosas. En la primera planta, antes parte del centro comercial, ahora encontramos algunas oficinas a las que se accede desde vestíbulos y pasillos enormes de mármol pulido, que transmiten una sensación de amplitud que se complementa con la aparición de patios y la enorme altura de planta. Entre estas oficinas podemos encontrar las de Faccendo Sevilla, o el estudio de Arquitectura Francos40. La segunda planta completa la mezcla de usos con viviendas. De este modo el edificio funciona de día y de noche y los trabajadores y habitantes conviven encontrándose en esos generosos espacios comunes.
El espacio central de la galería, cada mañana levanta sus persianas, cuando llega el conserje, José Manuel, y a través de la gestión de Robles, alberga todo tipo de celebraciones, congresos o actos de beneficiencia como viene siendo habitual con los de Factor Humano.
Sin duda, al pasar almacenes Peyre es reconocible, y su fachada demodé transmite esa sensación de estar contemplando la resistencia de un edificio que fue lujoso.