Queridos costaleros de Santa Genoveva me hablaban y no paraban de este bar del Tiro de Línea, famoso por la magnitud de sus platos. Fuimos varias veces con el coche y al llegar siempre lo encontrábamos cerrado. Un día, por fin, mis amigos lograron conocerlo, pero yo no iba. Repetimos la expedición algún tiempo después y, esta vez sí, pude almorzar en él. Es el típico bar de barrio con sus paredes llenas de fotografías de las grandes devociones vecinales: el Señor Cautivo y la Virgen de las Mercedes. Amplio, con mucho fondo y numerosas mesas de distintos tamaños. Pedí un churrasco que me decepcionó bastante en su sabor para las grandes expectativas que llevaba; era enorme, eso sí. Me gustó mucho más el sanjacobo que pedimos troceado para compartir. En definitiva, no está mal, pero tampoco es para tanto como me lo habían pintado. Debe de ser que voy para mayor y me estoy volviendo más selectivo.
Laura S.
Classificação do local: 4 Sevilla
No he mirado estadísticas, pero salta a la vista que en el ranking de la densidad bares por número de habitantes, Sevilla debe ocupar una posición destacada. No hablo del centro de la ciudad, donde hay un bar cada tres metros y lo fácil es encontrar algún buen sitio para tomar algo y lo difícil encontrar el dinero con el que costear la peregrinación de bar en bar. Me limito a echar un vistazo por mi barrio, para entender que lo de un bar cada tres metros, no es la excepción, sino la regla. La superpoblación de bares no es una cuestión exclusiva del centro de Sevilla, como suele pasar en otras ciudades, donde éstos se acumulan en las calles más céntricas de la ciudad. Aquí, basta con dar un vuelta por los barrios para ver que en una misma calle puedes tropezarte con un bar cada número impar o par. En mi barrio, pues pasa lo mismo que en todas partes, hay bares para elegir uno diferente cada día de la semana. Ayer estuvimos en el Parrita, por recomendación de Ismael. Ismael, siendo onubense de nacimiento y habitante del Cerro del Águila, conoce bastante bien parte del Tiro de Línea, en concreto los alrededores del centro deportivo, donde va a jugar la pachanga una vez en semana. Y aunque frecuenta el bar Cabeza, alguna semana recala en el bar Parrita, con el resto del equipo. El bar Parrita forma parte del triángulo de bares que forman la calle Almirante Topete, la calle Estepa y la calle Jesús Cautivo. Moverse por estas tres calles es tropezar, no ya con un bar cada tres metros, sino cada metro y medio. Deben tener su clientela, porque abrir siguen abriendo, y llenar, se siguen llenando. El bar Parrita, en pocas ocasiones me lo he encontrado abierto a la hora que he pasado por la calle donde se encuentra. Es un bar tempranero, de estos que madrugan al abrir, y madrugan al cerrar. El consejo es ir por la tarde o a al mediodía para tomarse una cerveza. Eso fue lo que nos dijo Ismael, y allí estuvimos. A una hora decente, sin nocturnidad, pero con alevosía. Fuimos exclusivamente para tomarnos una cerveza en las jarras que nos había comentado nuestro amigo. «Un par de cervezas, por favor». Y se nos presentaron con dos jarras recién salidas del frigorífico. Una gozada.