Panaderia Alfonso

¡¡¡El tortillón!!!
No es un delirio, no, es como le llaman en esta tienda a la tortilla de preciosas dimensiones que te puedes llevar por diez euros. Si prefieres algo más pequeño, las hay por seis euros, que no llegan al kilo. Y los filetes empanados de pollo, a quince euros el kilo. Hacía tiempo que no pasaba y me pareció que han subido los precios en los dos útlimos años, o yo lo recordaba un poco más barato. Entonces tenía que preparar algo de picoteo para una reunión de trabajo y elegimos tortilla y cerveza, y mandarinas!
Soy fan de la tortilla de patata, pero es que es tan trabajosa de hacerrr. Y eso que mi tía Lola me contó cómo hacer las patatas en el microondas y sale rica, pero… Cuando encuentro un sitio en la que la ponen buena, allí voy! Y los filetes empanados, qué puedo decir, de ese olor en la mochila cuando ibas de excursión o en las salidas familiares al campo. Como dice mi amiga la rubia «si note gustan los filetes empanaos, no eres buena persona».

Soy fans de la Panadería de Alfonso desde hace mucho tiempo.
La razón: el pollo asado.
Conocí este sitio a través de una amiga que pasaba por allí diariamente a recoger el pan para el bar en el que trabajaba.
Voy de vez en cuando a por este ave asada. Después de haber probado varios sitios finalmente me decliné por el que que hace Alfonso. Cuestan 7.50, los empieza a sacar a partir de las 14, y como novedad (hasta hace poco no era así) te regala o pimientos fritos o patatas fritas (a elegir).
Tienen además varios platos de comida para llevar como salmorejo, gazpacho, tortilla de patatas (siempre y de dos dimensiones diferentes) croquetas, caracoles y cabrillas (en temporada), empanadas, etc…
La oferta repostera óptima y el pan muy bueno (cuando cae el pollo cae también una barra de pan de cereales).
La última vez que estuve allí no pude resistirme a comprar un bob esponja pan (se lo regalé al hijo de una amiga y creedme que alucinó al verlo).

En mitad de la calle Feria y de camino al resto de compras, se encuentra esta panadería pastelería que también hace comida para llevar y que tengo fichada entre mis preferidas.
La principal razón por la que me gusta no es el pan, aunque tienen variedad, la misma más o menos que puedes encontrar en muchos establecimientos de la ciudad: bienas, bollos, pan gallego, panes de fibras y cereales, y no sigo, porque seguro que sabéis lo que resta. El pan no está mal, pero estoy segura de que lo hacen con las formulitas estas, L+número, que mágicamente (ay que ver qué puntera es la industria de la alimentación) dan a una masa vulgar el color, sabor y textura elegidos.
Los pasteles y bollería ya son otra cosa. Desde las lenguas de gato con almendras, mis preferidas, a brownies de varias clases, bizcochos con aspecto al menos de caseros, las típicas palmeras de chocolate o huevo,… la verdad es que todo está rico. Y también preparan mucha pastelería tradicional: pestiños, pastas secas (en mi pueblo se llaman perrunillas y están hechas con manteca de cerdo), huesos de santo cuando toca, cortadillos,… que venden al peso y que he probado en ocasiones (no se puede abusar de estas cosas), con buen resultado.
Por último, la comida para llevar: tortillas, empanadas, sandwiches con pan de croissant, … van variando de días o semanas a otros. Estas especialidades no las he probado, pero tienen buena pinta.
Las dependientas y el dueño son gente simpática, campechana, que suelen dar conversación y hacer gracias o decir disparates de vez en cuando para la concurrida clientela (casi siempre hay gente y a veces mucha).

Sin duda el mejor pan de toda Sevilla para mi. Es verdad que quizás es un poco más caro que en los comercios de la zona, pero sin duda merece la pena.
Especial mención requieren los pasteles, ¡dios de mi vida! Son una delicia, cualquiera que te pidas. Además en cada época del año hacen los dulces típicos de toda la vida: turrones caseros, pestiños, hojuelas de miel, roscos de reyes…
Además de tu ansia glotona, podrás comprar comida para llevar a casa recién hecha (tortillas, empanadillas, carne con tomate, pollos…)
Totalmente recomendables las empanadas de puerros y jamón o las de espinacas y queso de cabra.
El personal es un encanto y Alfonso, el dueño, siempre está allí para atenderte con una sonrisa.
Tienen otra tienda a unos minutos, en la calle Relator.

Se denomina panadería, pero vende todo tipo de tentaciones para aquellos que nos gusta los dulces.
Para mi los pestiños pequeños de miel son un placer para el paladar, siempre lo compro para navidad, también hace turrón casero.
Las empanadas recién hechas están riquísimas.
Alfonso es Muy agradable y si necesitas algo en especial el te ayuda e intenta siempre complacerte, una vez mi amiga Teresa y yo necesitamos gran cantidad de pestiños porque era para regalarlos en un evento, el nos lo hizo mas pequeños y menos pesado, de manera que nos cundió muchísimo y muy bien de precio.
Hay una gran variedad de pan me encanta la andaluza integral recién hecha.
La comida para llevar también esta muy bien, pero no es demasiado barata.

Para mí, la mejor panadería del barrio. No sólo tienen chorrocientosmil tipos de pan (integrales, 3 cereales, gallegos, molletes de todos los tamaños…), y todos buenos, sino que además hacen unos pasteles buenísimos. Los clásicos, claro, tipo palmera de chocolate, pero también muffins, brownies, cookies y demás americanadas. De esto que vas a comprar el pan y accidentalmente te acabas llevando también la merienda. He probado sus croissants recientemente, que estaba yo con un poco de nostalgia de croissants de mantequilla parisinos, y la verdad es que están muy bien. Una masa muy ligera aunque ya (los compré por la tarde-​noche) empezaba a ser algo chiclosa… Habrá que comprarlos de mañana.
También tienen comida para llevar, que siempre saca de un apuro. Soy fan de las tortillas de patata: la más alta (10 € la tortilla entera, y da para unos cuantos) parece de la abuela.
Ni que decir tiene que son súper simpáticos (¡y rápidos!) y siempre te reciben con una sonrisa. Nunca hay mucha cola, pero siempre hay gente.
Están también en la panadería Ana, en la calle Relator.