Mesón Pino Montano

Si estás cerca, es la opción perfecta para comer con un menú económico y de una excelente calidad.
Muy agradable el ambiente e informal. Buen servicio.
También para desayunar, merendar, tapear o tomar una copa.

Un perfecto ejemplo de negocios duraderos gracias a su capacidad de renovación, y que se encuentra ubicado en la esquina de una de las principales calles del barrio. Conozco este lugar más o menos desde que tengo uso de razón, ya que lleva en funcionamiento más de 30 años. En estas 3 décadas ha pasado por varias reformas, las cuales le han conferido mejoría en todas y cada una de ellas a la funcionalidad y distribución interna del mismo.
Sus tapas son contundentes a pesar del bajo rango de precio y una amplia variedad de platos con un sabor que nadie debería perderse ya que son, no solo tradicionales y caseros, sino exquisitos gracias a su cuidado en la elaboración.
Cada visita a este lugar se convierte en una delicia en todos los sentidos, no solo por su comida sino por la atención de los camareros, que no cejan en aconsejarte y servirte con una simpatía desbordante.
El local tiene 3 zonas principales: la zona de barra, con algunas mesas alrededor y situada entre ambas entradas, lo cual es perfecto para un tapeo ligero o una tarde-​noche de cerveceo; una zona de salón con mesas de varios tamaños, que invitan tanto a una reunión más íntima como a una quedada con un grupo numeroso de amigos; por último una zona de velador que ocupa ambas partes de acera correspondiente a las 2 calles entre las que está situado, al que solo le faltaría un buen toldo para mejorarlo.
Entre sus servicios, está el de poder encargar platos para llevar, lo que lo hace aún más completo.

He ido a tapear tres veces y no está mal pero tampoco es nada del otro mundo. Las meriendas regulares y el desayuno si que me ha gustado. Muy buen café. Creo que está un poco desperdiciado el lugar porque tiene una magnífica ubicación. Tiene terraza, barra y restaurante. No es mi primera opción para tapear por el barrio pero se puede repetir.

Suelo desayunar allí muchas mañanas y, a pesar de que hay otras cafeterías más baratas en las inmediaciones, la calidad del servicio y por supuesto de la tostada (ojo al jamón serrano) es insuperable.

Conozco este mesón desde pequeña porque vivo al lado. Tengo que decir que tanto la comida como el servicio es de calidad.
La berenjena rellena y los solomillos, sea acompañado de la salsa que sea son una delicatessen.
Para mí tiene cinco estrellas.

Conozco este mesón desde niña, puesto que vivo al lado, pero no ha sido hasta hace un par de años que he comido más veces en él.
Empiezo hablando de los desayunos, porque me encantan las tostadas que hacen aquí. El pan es un mollete que está muy bueno y es del día.
Tienen mucha variedad para que elijas con qué te quieres comer la tostada, yo suelo tomarla con tomate, aceite y jamon york. Personalmente me gusta que me den la tostada lista para consumir. Me da coraje tener que montarme yo la tostada y que ésta se vaya enfriando mientras tanto. Aquí esto no sucede, la tostada te la dan lista para comer y calentita, con su tomate triturado y partida en dos.
También he probado la sobrasada y está muy buena.
Respecto a los almuerzos o cenas, creo que es uno de los sitios de Pino Montaño donde mejor se come, ya que tiene tapas que en otros sitios no encuentras.
Una de mis preferidas es el caballito del meson, unos rollitos de lomo rellenos de bacon con una salsa de almendras de chuparse los dedos con su guarnición de papas a lo pobre.
También está la torta serrana, un filete empanado relleno de jamón serrano y queso regado con salsa al whisky y sus papas a lo pobre.
Solomillo al pedro ximenez„ al whisky, montaditos, pollos, pescaíto frito, son algunas de las comidas que ofrecen.
Para rematar, de postre puedes comer una porción de tarta casera como la de queso o una que me encanta que es la de tocino de cielo, nata y nueces, que está exquisita.
Mencionar que últimamente está haciendo cenas especiales en fechas especiales tales como San Valentín, Día del Padre, etc.
Mis padres fueron el 14 de Febrero y me han comentado que el menú estuvo de lujo.
Si buscáis buena comida casera, tanto para comer allí como para llevar, os lo recomiendo.

Ayer después de mucho intentar con un amigo, por fin coincidimos y quedamos a tomarnos un café es este local. La verdad es que la tarde no invitaba con el tiempo que hacía, por lo que no había casi nadie en el bar. Tras ir a la barra nos atendieron con bastante rapidez. Esto es lo bueno de que no haya gente cuando vas a un sitio, pero también que en cuanto pasa media hora y no vuelves a pedir nada más, te sientas un poco «presionado» con la mirada de «vais a estar toda la tarde sin pedir nada más?»
Había estado allí antes un par de veces pero era fin de semana a mediodía, por lo que estaba de bote en bote y tenían abierto el comedor. No se come mal (desde los típicos serranitos, carnes o comidas caseras), y atienden en las mesas. El precio normalito, no es una ganga pero tampoco se te va de presupuesto.
Yo prefiero otro tipo de sitios, pero si vas con niños o sois mucha gente aquí no creo que tengáis problemas para comer allí.

Yo vinculo este sitio a los veranos. En concreto, a los almuerzos de muchos veranos en que me quedo en Sevilla trabajando y suelo ir a comer con algún amigo o algún familiar que vive cerca. Es un bar de currante. Te darás cuenta porque, si vas a la hora del almuerzo, es fácil que te encuentres con un montón de trabajadores que están haciendo su descanso enfrentándose a un menú.
El mesón se divide en dos partes: una primera dominada por una barra en que se pueden tomar tapas y refrescos o cervezas. Y luego, pasando una puerta, te encuentras con el salón, que ya está destinado para los que van a comer en condiciones y prefieren sentarse en sillas de madera.
Los precios no están mal y la comida es bastante buena. Hay algunas tapas que destacan, como el solomillo al whisky, y sobre todo el flamenquín, que está hecho con una salsa realmente adictiva y suele estar acompañado por unas verduritas muy recomendables. El menú, costando lo que suele costar en un bar medio, tiene su truco: te dan la opción de pedirte un plato combinado o un primero y un segundo. Si tienes hambre nunca pilles el plato combinado, que suele estar muy sabroso pero es ciertamente escaso porque no te lo sirven en la clásica bandeja ovalada, sino en su hermana pequeña. Por el contrario, los guisos suelen estar bien despachados. Ten cuidado también si eres amante de la cerveza y te gusta pedir jarras, que aquí son especialmente sustanciosas.
En resumen: no es un bar especial pero, dentro de lo que hay en Pino Montaño, puede ser una opción interesante.