Siempre que tenía que quedarme a comer en la facultad y andaba mal de dinero(más bien siempre) me acercaba a Market Belén y compraba un bocata de pollo relleno con queso y una lata de coca-cola. Era lo único que había en los alrededores del Rectorado que merecieran la pena(al menos que a mí me mereciera la pena). Hoy en díà la oferta es cierto que ha crecido pero por aquellos entonces no existía otra opción para comerte un bocata por dos euros. En general los productos que venden son caros(a excepción eso sí de los bocatas), la fruta, una botella de agua, los dulces… Podemos decir que están absolutamente dedicados a los miles de turistas que al día pasan por esta calle, y saben que ellos son los únicos que están dispuestos a pagar esos precios. Para mí esta tienda es lo que llamo«sitios de emergencia», ya que tienen de todo y un horario muy amplio(vamos que no cierra al medio día). Además de completo: lo mismo te pillas un bocata que un bote de lejía, una lechuga o un paquete de chicles. El trato es agradable. La dueña, que por su acento me da que es de uno de los países de Europa del este(información no corroborada), es muy simpática y no duda en preguntarte ¿qué tal?, y despedirse con un «que tengas un buen día», en fin algo que siempre se agradece. Tienda de socorro si te encuentras en la zona.