Tengo un amigo al que le dio por jugar al fútbol siete los sábados por la mañana. Temprano, muy temprano. A horas para mí intempestivas(y por eso se molestó conmigo cuando dejé de ir). Además, la pista en la que juegan me pilla bastante lejos de casa. Tardé un tiempo en sumarme a las convocatorias, pero los partidos que jugué, merecieron la pena. Me costó mucho dar con el sitio, porque cerca hay otro centro deportivo y me fui a ese. Llamé y se rieron mucho de mi despiste. Llegué con la hora justa para ponerme las botas multitacos y los guantes(sí, soy tan sumamente vago que juego de portero para no tener que correr mucho) y pisé el terreno de juego sin calentar. Me resultó muy agradable pisar ese césped artificial. Es de largo el mejor en el que he jugado(y mira que he jugado partidos). No es el típico que te quema la piel cuando te pegas un resbalón y caes rodando. Ni tampoco de ese que las pelotitas negras de caucho saltan y se te meten en las botas. Es suave, casi parece césped natural. Incluso cuando empezó a chispear, no resbalaba demasiado. Además del campo de fútbol, tiene otro campo de fútbol siete de albero(que no tiene nada que ver con el de césped, bastante malo, no me gustó nada jugar en él), y pistas de pádel y fútbol sala(que también son muy buenos). Se echa en falta un ambigú, o un kioskito para tomar algo después del partido. Es un fastidio ponerse a buscar tiendas después de jugar un partido. Aquel primer partido lo ganamos. Luego la suerte fue dispar. Lo que sí que está claro es que para jugar al fútbol en césped artificial, el centro deportivo Los Mares, es de lo mejorcito que hay en Sevilla.