La Escondida

El nombre ya genera curiosidad, y si miras la carta, querrías probar todas las tapas, porque ¡a cuál mejor pinta! El local es bastante amplio, tiene mesas bajas y altas a diferentes alturas, me encanta la disposición del salón. Porque aquí no sólo puedes venir a comer, también es un lugar idóneo en el barrio para salir de copas. Además, la luz baja hace que sea muy acogedor para un rato de copas.
Nosotros elegimos probar el tartar de salmón y estaba delicioso. También probamos los noodles con verduras, el wok de verduras y las brochetas teriyaki. Y aunque todo estaba delicioso, tengo que decir que las brochetas no me gustaron, estaba seca y dura, aunque el sabor estaba muy rico.
La atención es una de las mejores cosas. Son amables, se preocupan por ti y tienen ganas de recibirte, porque te atienden muy bien. El ambiente es tranquilo y el servicio rápido. No tuvimos que hacer larga espera. Y como hay bastantes mesas, cuando llegamos encontramos fácilmente un lugar donde acomodarnos.
Recomiendo que vengas a conocerlo, y si vienes en coche, encontrarás lugar por la zona. En las calles próximas siempre hay algún hueco libre. Además, si eres de los que fuma, en la entrada hay algunas mesitas dispuestas, para que puedas quedarte fuera.

Estaba deseando repetir en la Escondida para escribir su reseña y terminar mi debate interior sobre 3 o 4. Sí, finalmente se lleva 4. Os cuento.
Hoy he descubierto que el local es más de copas que de comida. Sinceramente, no tenía ni idea de eso. Así que lo valoro todavía más porque la carta que tienen para acompañar esas copas es, ahora más, especialmente buena.
Tengo que reconocer que le falta ese no se qué para que brille en mi lista de 5 estrellas, pero tiene cosas tan ricas como el solomillo con foie o la ensalada con burrata (habitual, pero fuera de carta).
Tu experiencia aquí puede depender mucho de lo que te pidas así que déjate aconsejar por el camarero o camarera, si parece apañado o simpática.
El cocinero actual es un puro nervio con muchas ganas, así que disfruta mientras tengan a Pablo de Top Chef.
¡Tendré que volver a probar las copas!

Me encanta este sitio. Bar de copas, restaurante, o una mezcla de ambos según la hora. Comida rica, original y desde luego muy bien hecha.
El local en sí, es amplio, bien decorado y perite varios ambientes, quizás las mesas están demasiado cerca y te enteras de las conversaciones de al lado.
El servicio correcto y muy profesional, como inicia critica, a este nivel de restaurantes se agradecería un cambio de cubierto entre los platos, pero el personal es muy atento y perfecto en los tiempos.
Nos aconsejaron la ensalada de burrata, y fue todo un acierto, quizás lo mejor de todo. Steak tartar clásico que no defrauda, el risotto, que tan de moda está en todos los gastrobares, muy normalizo pero rico, y el pollo tandori, sin más.
Pedimos postres, la tarta de queso espectacular.
Sin embargo, solo le doy tres estrellas, por un fallo que empieza a ser muy común en sevilla, y es que llegamos a las 14h para comer, y ya nos dijeron que tres de los platos de la carta, no los tenian, y no es que fuera comida de mercado. Fallos como este, no deberían sr tan comunes, sobre todo porque no es la primera vez que me pasa en este sitio.
Aun así, es mi favorito en la zona, y seguir volviendo

Buena relación calidad/​precio. Ambiente distendido agradable y buena música. Pide su ajoblanco al mango! Muy recomendable!!!

Encontrarla ha sido un gran descubrimiento.
Gracias a Sara P por organizar el primer evento de #MiBarrioMola en este sitio porque ha sido un verdadero acierto y ha puesto el listón muy alto para los próximos barrios.
Decoración y servicio estupendos, tuvimos un problemilla porque confundieron uno de los platos de la comanda pero lo supieron solucionar rápido y sin poner ningún tipo de problema. Punto extra para La Escondida.
La comida genial, las tapas están bastante bien y cuestan unos 4 € y con dos tapas y algo al centro se cena bien. Yo probé el provolone a la plancha con mermelada y el wok de verduras y estaban muy ricos, aunque hubo platos ajenos que tenían una pinta estupenda y que me quedé con ganas de probar, así que me los apunto para mi próxima visita.
¡Volveré!

El barrio de El Porvenir está lleno de pequeñas joyas, y La Escondida tiene todo el potencial para serlo, especialmente ahora que cuenta con un Chef de verdad en la cocina y que, según nos dijeron, pronto dará un giro de 180 grados a la comida del local.
Mientras eso ocurre, La Escondida es un bar muy bonito, amplio y con una carta interesante que adolece de tener unos precios algo elevados para las cantidades que ofrece o, dicho de otra manera, las raciones son pequeñas para lo que se paga por ellas. Quitando eso, todo lo demás es estupendo: sabor, variedad, textura y originalidad son algunas de sus principales virtudes.
Si a eso sumamos que tienen Estrella Galicia en sus diferentes variedades en los tiradores y que se llena siempre con un ambiente bueno y agradable, resulta que tenemos un sitio delante que, si cumplen con la promesa de revolucionar la carta, se podría convertir en uno de mis sitios de paso habitual :)

En el barrio del Porvenir se encuentra La Escondida, un nuevo establecimiento descubierto gracias a los amigos de Unilocal; en especial de Sara P. Pudimos acudir a uno de esos nuevos eventos como #MiBarrioMola (que espero se repita pronto).
En cuanto al local me sorprendió que un local tan grande estuviera tan bien acondicionado y frío (cosa que agradecí debido al calor de estas fechas). Tienen bastantes mesas divididas en espacios y cada una distinta a la anterior (me encanta!!) La zona de la barra ofrece sitio para tomar una copa o una cerveza fresquita y es bastante amplia.
Por otro lado, la comida. Si te dicen que el menú que vas a degustar te lo va a preparar un ex-​concursante de Top Chef, ¿qué dirías? Me pareció una maravilla todos los platos que pudimos disfrutar. La ensalada de Burrata fue de lo mejor, y aunque estaba fuera de carta, pedí la carrillada (para mí, una auténtica delicia. Se deshacía en la boca) Mi unica pega: la relación calidad-​precio, excelente; la relación cantidad-​precio me pareció algo pobre. Sé que la calidad se paga, pero se deben rellenar más los platos…
Nos volveremos a pasar por allí (porque tienen Estrella Galicia 0,0%, y porque Antonio de MasterChef y Pablo de TopChef son los más grandes!!)

Le doy el aprobado a La Escondida. Eso sí, tras pensarlo mucho, me he decidido por darle 3 estrellas, y no 4. Las razones por las que le he quitado puntos, junto con las razones por las que le he dado puntos, las expongo a continuación.
Cuando cruzas la puerta de La Escondida llama la atención el diseño decorativo. Iluminación muy tenue, bastante espacio para los clientes, atmósfera relajante… todo contribuía a un rollo muy chic del que yo personalmente paso bastante. Suele presagiar lo que yo llamo «postureo gastronómico»… y en este caso, se ha cumplido. Y habrá a quien le guste… pero yo el postureo lo dejo para las selfies. Cuando voy a comer, quiero comer bien, y si puede ser algo simple y baratito, mejor. ¿Quiero decir que es un punto negativo de La Escondida? Claro que no, quiero decir que me parece que yo no soy el «target» de este tipo de restaurante, simplemente.
La comida, una variedad de platos bastante buena, fue llegando, a su ritmo. Éramos bastantes personas, sumadas al resto de mesas ocupadas del local, así que es cierto que hay que admitir cierto retraso a la hora de que lleguen las tapas. Ok, pero, ¿y el Nestea? El primero me lo trajeron cuando iba a avisar de que se les había olvidado. Sin ser exageradamente lentos, tampoco puedo decir que los camareros se vayan a pillar la baja por estrés. También trajeron a la mesa una cerveza que nadie había pedido. Un error muy humano, «shit happens».
Al ser tantas personas, pude probar bastante variedad, y lo que sí puedo asegurar es que estaba todo riquísimo (mi enhorabuena al cocinero). Las papas bravas, estupendas en esa salsa (¡Ojo, pican!); Las alitas de pollo, también muy crujientitas y ricas (¡Ojo, pican!), la ensalada; el tartar de salmón con aguacate, muy brutal. Incluso los nachos estaban casi insuperables. Poca salsa y mucho nacho, pero incluso solos no tenían desperdicio.
Las tapas, aunque buenas, bastante escasas. Bueno, la que me tocó a mí. Vi mucha variedad en la mesa, en general puedo decir que las que llevan carne suelen ser más abundantes. O a lo mejor no. ¿Quién sabe lo que te puede tocar en La Escondida? Aquí hemos venido a jugar. Eso sí, por 4’50 € la tapa, creo que no debería estar comprando ningún boleto de lotería.
Al final me he centrado bastante en lo negativo, pero puedo decir que, estaba todo tan rico, que compensa todos esos puntos flacos y se lleva el aprobado.

¡Qué gran descubrimiento en el barrio del Porvenir! Tengo que reconocer que desconocía el establecimiento y al observar las fotos del lugar me creé una idea preconcebida que más tarde iban a desaparecer. Gracias a un evento de la comunidad, pudimos pasar una noche agradable, simpática y que seguramente vuelva en algún momento cercano.
La Escondida puedes comer de tapas, de raciones, a compartir, tomarte un café o té e irte o directamente disfrutar del sol o la noche en sus mesas altas que están fuera. Dentro hay varias mesas o incluso la barra. El color oscuro y rojo es una decoración que me gusta, y el estilo moderno me gusta además de tener un estilo propio que se ven en muchos sitios de Sevilla, hablo de las mesas y sillas de diferentes tipos, algo divertido y diferente.
Una carta no muy amplia pero a su vez tiene una gran variedad de platos que puede ser del gusto de todos los clientes. Hay platos que tienen fuera de carta y son muy recomendables, te puedes llevar más de una sorpresa. Si estás pensando en ir de tapas, en general, la cantidad es la correcta y el precio aunque parezca un poco alto, es directamente proporcional a la calidad que vas a encontrarte en cada plato.
De entrante pude comprobar los nachos con 3 salsa (normales y para picar), las patatas bravas son interesantes para un grupo o como entrante (me sorprendió lo bien que estaban hechas y que tenían muy poco aceite) y la Ensalada de burrata (¡increíble! si gusta el queso, es un plato muy interesante y sabroso).
Tengo que destacar sobre todas las cosas la brocheta de pollo con salsa teriyaki (parecido al plato wok que recomiendan otros Unilocalers) con una carne exquisita y acompañada por verduras a la plancha, la tapa está bastante bien y es contundente. Las croquetas me gustaron bastante, decidí probar las de calamares en su tinta aunque las 3 unidades puede parecer correcto, creo que 4 hubiera estado bien en tapa. Otro apunte aunque sea como entrante, las alitas fritas estaban increíbles ¡no dudéis en pediros este plato jamás. El rebozado es exquisito y sin nada de aceite, me encantaron y eso que soy muy crítico con este plato en cualquier local pero en éste me dejaron con una gran sonrisa.
Un último apunte, el servicio rápido y atento incluso teniendo el local lleno, los platos llegaban en un tiempo correcto. Si estáis pensando en ir en grupo, lo mejor es reservar o llegar pronto. La verdad, no me esperaba este nuevo descubrimiento pero a partir de hoy está en mi lista de locales a los que hay que ir «más de una vez».

Gran descubrimiento este local.
Vinimos aquí a un evento comunidad y me sorprendió nada más entrar. La decoración no pasa desapercibida para ningún visitante ya que tanto las mesas como las sillas que hay en el local son diferentes unas de otras. En una mesa para 8 o 10 personas cada silla era de un material, color y forma diferente y, no hablemos del sofá de piel que tienen pegado la pared (siempre me han gustado esos sofás). Hay una zona de barra que recorre todo el largo del bar (que también se llena) y en un rinconcito, hasta una tarima con más mesas. También tienen una pantalla con un proyector que estaba recogida.
En cuanto a la luz y la música eran bastante agradables. Las lámparas que coronaban las mesas hacían un efecto de intimidad en cada reunión que las separaba entre sí, pero era bastante la luz para comer y charlar de forma amable y otro detalle que me gustó fue la música que pusieron durante todo el tiempo que estuvimos allí, que ayuda a que ese ratito se haga mágico.
Las tapas y platos tardaron un poco en salir pero también hay que comprender que se llenó en un momento y todas las mesas pedimos casi a la vez. Me impresionó el sabor de las tapas. Es de esos platos que simplemente probar el primer bocado te llena la boca de sabores de tal manera que te engancha para volver pronto a probar más.
A la mañana siguiente, recordaba la velada y (aparte de por la buena compañía) deseaba volver cuanto antes mejor ¿por qué será?

He estado varias veces en la escondida y el local por lo general me gusta, su comida con toques creativos en alguno de sus platos hacen que situén a este restaurante en uno de los sitios de moda de la zona, pero el precio de alguno de sus platos me pareció excesivo para la calidad y presentacion del producto.
Le doy 3* porque la escondida es un sitio más de los muchos de este tipo que puedes encontrar por sevilla y además porque las ultimas veces la tardanza en servir alguno de sus platos y la poca amabilidad de algunos que no todos sus camareros hace que para mí pierda calidad el local.
Por lo general la comida está bien, el sitio se ajusta a las tendencias actuales y a la oferta gastronómica que encontramos en los sitios de moda en sevilla. Eso sí, algunos de sus platos dejan un poco que desear para el precio que tienen, como por ejemplo el tataki de atún.
Pero bueno vayamos a las recomendaciones…
Tienes que probar… el wok de verduras (para mi un obligatorio), las alcachofas (muy ricas también), el solomillo de buey con foi (la carne buenisima), el rissoto con virutas de foi (está bastante bueno aunque con escasez de foi jeje)

Decoracion modernilla-​rústica, servicio joven desenfadado, ambiente pijillo, comida notable, precio medio-​alto. Cocretas caseras sublimes.

100% recomendable.
Las tapas están en torno a los 3 – 4’5 euros, un poquito mas caras de lo que estamos acostumbrados en Sevilla pero son de calidad. Hamburguesas de buey, tataki, risoto,…
El ambiente es muy agradable, es muy frecuente que los fines de semana tras la comida y la cena la gente se apalanque tomando copas. Lo mismo ocurre los días entre semana en los que hay algún evento deportivo.

Todo un descubrimiento La Escondida, a este Restaurante del Barrio del Porvenir quiere volver mi chica a toda costa desde que un día lo conocimos a través de unos amigos. Nos comimos un pastel de tres veduras que a ella le supo a gloria bendita y desde entonces me está dando la tabarra con volver. Que conste que a mí también me gustó un montón, y no sólo dicho pastel de verduras, sino el restaurante en general.
Fuera ponen 4 ò 5 mesas altas de diseño y color blanco con 3 sillas altas cada una. Y también tienen buenas pantallas ideales para ver el fútbol.
La música, su mobiliario, su decoración, y sobretodo sus pinchos nos encantaron. En realidad es un restaurante y bar de copas, con mesas para comer y una zona con cómodos y modernos sofás negros de piel para sentarte comodamente a tomar tus copitas.
Está regentado por chicos jóvenes y tienen una grandísima variedad en Pinchos a cual más bueno y con una presentación estupenda de sus platos.
Nuestros amigos aquel día se pidieron una brocheta de atún con queso parmesano por 3 euros, lomo asado Marraquech por 3 euros también y para los 4 nos pedimos un plato de huevos estrellados con chorizo picante por 8 euros para chuparse los dedos de los pies.