No sé lo que es una caja china. Voy a innovar: y no pienso buscarlo en Google para ponerlo aquí y marcarme el pegote. Pero sí conozco a La Caja China, una galería de arte situada en la cultural zona de El Arenal. Me gusta. Me gusta La Caja China. No soy especialmente amante del arte contemporáneo pero sí he disfrutado las dos o tres veces que he ido a esta antigua casa palacio. ¿Por qué? Quizá sea, más que por la exposición que haya habido en el momento, por la distribución de la galería en sí misma. Al entrar, lo primero con lo que te encuentras es una especie de antesala que sirve a modo de recibidor donde ya puedes informarte de la exposición que está actualmente visible. Impresiona el blanco de las paredes y los techos altos. El paso a la siguiente sala está marcado por un arco. Ya estás en la zona de exposición, propiamente dicha. Finalmente, podrás acceder a la zona de oficinas. Ya arriba está el almacén, que no es visitable. Aquí predomina lo contemporáneo, lo arriesgado, lo novedoso, la aventura de la experimentación. Esto algunas veces es enriquecedor. En otras ocasiones me he encontrado con la bofetada de un tipo de arte que sería para discutir si realmente merece llevar ese apelativo. Recuerdo una vez una exposición que vi allí que los cuadros eran casi todos simplemente de un color. Con dos rayas o tres. Y se supone que debes quedarte mirando media hora, con la mano en la barbilla y pensar que ahí están todas las claves de la vida y de la muerte. En cualquier caso, fue solo una mala experiencia. Por lo general, es bonito venir aquí y ver qué nueva propuesta tienen hoy. Pan para el alma, chicos.
Paco P.
Classificação do local: 4 Sevilla
Situada en el barrio del Arenal, junto al Hospital de la Caridad, tras el Teatro de la Maestranza y cerca de las Atarazanas reales(Antiguo astillero de época de Alfonso X el Sabio, donde irá emplazado el Caixaforum de Sevilla no sabemos en que era de la humanidad). Esta curiosa sala, que parece mas alta que amplia en superficie, responde a un espacio uniforme y limpio. Rehabilitado, en lo que se suponía un antiguo almacén de suministros de esta que fue la zona portuaria de la ciudad. Posee un enorme arco apuntado en el centro, le otorga una especie de seña de identidad al local, aún así, plantea un leve condicionamiento a la hora de elaborar el discurso expositivo. Especializada o no, en la practica totalidad de las ocasiones en las que he visitado la caja china me he encontrado obras de pintura, en menos ocasiones, fotografía y dibujo. Con esto quiero decir que se especializan en formatos bidimensionales de expresión artística. Me gusta porque se ve muy rápido, en seguida puedes sacar conclusiones del total de la exposición o de una obra concreta, muy bien dispuesta para el espacio tan condicionante que tienen. Casi desde la puerta puedes decidir si te gustará o no. Si eres afortunado(en el sentido literal de la palabra) podrás optar a adquirir una pieza de las expuestas. Suelen tener cosas de muy buen gusto, no hay banalidades ni suelen exponer obras grandilocuentes, «kistch» o uno de esos intentos de modernear que terminan en estrepitosos fracasos estéticos, el auténtico«quiero y no puedo» que intenta emular a aquellos que manejan la vanguardia con soltura y conocimiento de causa.