La Alpargata

Este bar parece que se ha puesto algo de moda últimamente ya que varios amigos de distintos círculos me lo han mencionado últimamente.
Tras mi visita, a mí no me pareció un bar diferente ni especial. Es cierto que la comida estaba buena pero no merece un desplazamiento. El bar cuenta con una terraza bastante amplia atendida por una camarera (lo cual retrasa un poco en servicio).
En mi caso, probé un montadito de carne y un surtido de croquetas que tampoco me entusiasmó demasiado pero tampoco me disgustó. Además de los platos mencionados, su carta cuenta con algunos montaditos más y algunas tapas clásicas. También ofrece bastantes postres: yo probé el crujiente de plátano y chocolate que estaba bueno. Respecto a los precios se puede decir que está en la media de este tipo de bares.
En definitiva, este bar te puede servir si estás por la zona y tienes hambre aunque tampoco esperes gran cosa.

El domingo de pre-​feria llevamos al niño a los cacharritos, y a la hora de comer decidimos echar mano de Unilocal,donde vimos las buenas reseñas de este sitio.
No se si se debía a que por la pre-​feria estaban desbordados, pero he de decir que el servicio lamentable, y de simpatía nula, incluso con algún comentario fuera de lugar cuando después de media hora esperando la comida les pedimos que por favor nos pusiera al menos la ensaladilla.
Puedo comprender que estén desbordados, pero en cualquier bar te ponen junto con la bebida los platos de frío para que puedas ir picando, pero al parecer aquí van por comandado, es decir, cuando te sirven una tapa te las ponen todas del tirón, que fue lo que nos pasó, por lo que o engulles o te comes la última tapa fría. O como te han puesto la ensaladilla junto con el resto la dejas para el final que no importa que se enfríe.
En cuanto a la comida es verdad que esta buena, aunque lo que te venden como choco no lo es, te ponen pota, cuyo sabor no tiene nada que ver con el del choco. La verdad conozco bastantes sitios por la zona con la misma calidad-​precio, y que además tienen mejor servicio.
No obstante, y dada las buenas reseñas que tiene este bar, no dudo en que volveré a ir para probar si todo fue fruto del desbordamiento.

Si tu idea principal a la hora de comer o cenar es ir a un sitio para tapear o compartir varios platos, tanto en pareja como en grupo, piensa en venir a «La Alpargata».
¡Sí! Soy un admirador. Y lo tengo más que claro cada vez que voy. Me encanta «La Alpargata» por el contenido de la carta, por cómo te tratan desde que entras hasta que sales y por supuesto, del ambiente que se forma y que se caracteriza en la zona. Además de tener un pequeño bar con 7 – 8 mesas, también disponen de una terraza bastante cómoda y que en los días de sol o de noche con calor intenso, es una de las mejores opciones para ir en grupo o en pareja.
CARTA: La carta es muy variada y hay platos para todos los gustos, desde el plato más sencillo y tradicional hasta el plato más elaborado y novedoso, pero siempre la calidad por delante o más concretamente, en el plato. Muchos de los platos se pueden elegir como tapa o si se quiere para compartir o para grupo más amplio de personas, tienen la opción del plato más completo. En la pizarra que se encuentra en el bar, podemos ver los vinos que tiene en ese momento o si tienen platos fuera de carta.
Los platos más interesantes en mi opinión son los redonditos (en concreto el de legendario), las berenjenas fritas a la miel (bien fritas y sin exceso de aceite), las croquetas, el pescaito frito también es buena opción (fresco y tapas más que correctas) y por supuesto, el flamenquín (muy muy rico). Tengo ganas de probar el plato de bacalao dorado y la berenjena rellena.
TRATO: Si ya la comida tiene una calidad estupenda, el trato del personal es incluso superior y no exagero para nada. Están pendiente de los clientes en todo momento, y es bastante raro que la «guasa» no salga en algún momento. Piensan por y para el cliente, y actualmente se agradece (o se debería de agradecer).
POSTRES: Podría comentar cómo son los postres en la misma parte que comento la tarta pero no sería justo con lo que ofrecen. Postres caseros y únicos, la verdad que soy fan de la tarta de galleta y chocolate (y hace poco su variante de chocolate blanco), no os podéis perder este postre, es una maravilla. Otro postre interesante es la tarta de queso aunque es recomendable preguntar si han elaborado otro postre casero que no se encuentra en la carta normalmente.
Y como ya he dicho más de una vez en mis reseñas de Unilocal,hay que apoyar los negocios locales y si encima te tratan de maravilla y tienen una calidad de 11 sobre 10, más todavía.

Pues allí estamos todos, un sábado después de pasear por el Parque de los Príncipes donde se celebraba un festival de Blues… Eran ya las 9 y… ¿adónde podíamos ir por aquella zona? Me sonaba de algo el nombre del sitio y, por el estilo y la amplia terraza, nos animamos a sentarnos.
Ya había algunas mesas reservadas cuando íbamos a sentarnos, pero una señora muy amable se acercó y nos miro con cara de «qué puedo hacer por vosotros». Sí, era una de las amables camareras (si no la dueña), que nos sentó a todos en una mesa doble.
En la carta había bastantes tapas sugerentes, pero después de ver lo que pusieron en la mesa de al lado, nos animamos con el súper flamenquín cordobés. También probamos unos montaditos que se llamaban redonditos (así como un mollete), concretamente el Legendario, que estaba para morir. El flamenquín era bastante grande y muy muy rico. Para terminar decidimos probar la minihamburguesita de buey, aunque no tenía nada especial.
Las personas que nos atendieron eran divertidas, cercanas y campechanas. Al ser un sábado por la noche, a la vuelta de las vacaciones, el sitio se llenó por completo a las 10 y había bastante gente esperando mesa. A mitad de la cena se volvió algo lenta la cocina, pero normal… No se daba a basto. De hecho, nos pidieron que no pagásemos tan pronto, que le diéramos tregua. ¡Ya te puedes imaginar! Y es que la gente se levantaba de su mesa y no tardaba ni 1 minuto en sentarse otra.
Para mí, un sitio agradable y quizá aún más interesante de visitar un día entresemana. Como dicen que las Alpargatas es el plato original del sitio, habrá que volver a probarlas.

Pasábamos por la zona un grupo de amigos cuando nos entró la gusa y no teníamos muy claro dónde tapear algo. La Alpargata tiene fama entre los vecinos de la zona, por lo que nos animamos a sentarnos en su velador exterior una calurosa noche de verano a ver qué nos encontrábamos. Sin ser un sitio inolvidable, la experiencia fue buena y probablemente vuelva cuando esté por allí.
Pese a que las críticas en Unilocal no eran buenas (muy antiguas), a mí las tapas que pedimos me gustaron mucho, estaban sabrosas y muy bien de precio. Se nota que es un negocio familiar cuando te atiende una señora mayor encantadora y, al rato, el que viene a recoger los platos es el hijo.
Pudimos probar el flamenquín cordobés, que estaba riquísimo, un montadito con reducción de Legendario bastante bueno y una mini-​hamburguesa de buey a la que yo le hubiera puesto algo más, como un poquito de cebolla o algo.
En cualquier caso, nos quedamos más que contentos con la cena, el trato y el precio que pagamos por todo, que salió bastante bien pese a que dicen que es caro, que era sábado y que el local estaba a reventar de gente.

De esto que vas andando por la calle y te encuentras a una señora en la puerta de un bar que te ofrece una mesa. Efectivamente, se trataba de una de las propietarias, una señora sencilla y muy amable que nos preparó una fantástica mesa y nos deleitó con un estupendo flamenquín, berenjenas a la miel, solomillo al mojo y unos pinchos de langostinos… comida sencilla, bien preparada y servida de forma fluida para ser sábado por la noche.

En una reunión Unilocaler semi improvisada, acabamos sentándonos en la terraza de este bar «por probar». La verdad es que resultó una muy grata sorpresa.
Poco después de sentarnos, vimos que la enorme terraza empezaba a llenarse, lo que nos preocupó, porque probablemente eso conllevaría retrasos a la hora de servirnos, y no nos equivocamos: los camareros no daban abasto, pero lo que nos sorprendió (y quizá no debería sorprendernos, pero es tan raro encontrar un trato así hoy en día…) es que cada vez que podían acercarse a nosotros, se disculpaban, siempre con alguna broma y hablándonos como si fuéramos de la familia. Pasamos un rato tan agradable que no nos importó esperar.
En cuanto a la comida, tienen una carta bastante extensa, con tapas muy baratas y también algunos platos. Yo probé las croquetas de jamón (caseras, muy buenas) y los huevos de codorniz con patatas y chistorra, un plato muy sencillo pero igualmente delicioso. Además, unos amigos pidieron el flamenquín, un plato enorme que pude probar y estaba realmente rico.
En conjunto, una gran experiencia.

En general no ha estado mal comer en este sitio, lo que no me ha gustado ha sido la poca profesionalidad de las camareras, que no creo que tengan mucha experiencia trabajando en este campo, ya que servían las bebidas con el bolígrafo en la misma mano. Pero lo que menos me ha gustado ha sido que habiendo pedido dos platos con queso cabembert, en ninguno de los dos ha aparecido. Creo que no es del todo legal sugerir un producto en carta y luego servir mozarella o queso de untar. Finalmente, cuando pedimos la cuenta no nos dieron si quiera el ticket, nos dijeron la cantidad y ya está, lo que creo que tampoco sea legal. Eso sí, se molestaron en traernos la vuelta en un bonito libreto de piel.