Iscariote es otro de esos lugares que tiene un gran potencial, pero que no lo aprovecha bien, tiene una ubicación maravillosa, en la plaza del Museo, cerca de todo el núcleo de la ciudad Está bien para tomar una caña o una copa, con amigos después de visitar el museo, pero no es un lugar al que iría con frecuencia. La decoración, semitradicional con ciertos toques vanguardistas es muy elegante, y el ambiente no es malo. De hecho, nunca falta clientela, así que en general, no está mal. En cuanto al personal… Deja bastante que desear camareros lacios y lentos en el servicio. Una visita agradable en pleno centro.
Dolores
Bilbao, ES
los empleados impresentables!
Txema M.
Classificação do local: 3 Sevilla
Apenas he estado aquí un par de veces y con ambas visitas ya he podido hacerme una idea general del ambiente que se respira. A primera vista ves que se trata de un interesante bar de copas en plena Plaza del Museo que siempre tiene gente en las sillas de fuera tomándose o un copazo o algo similar, por lo que intuyes que lo que sirven aquí debe estar bien. Lo cierto es que lo está, aunque tampoco es nada del otro mundo, pero donde falla es en otras cosas. Cuando entras, te das cuenta de que su interior está desangelado, con algunas mesas ahí desperdigadas sin mucho orden aparente y una barra donde sirven cervezas y combinados, siendo estos las estrellas del lugar, aunque también ponen café. Lamentablemente, tienen una camarera rubia que la pobre no se defiende bien ni en español, así que imagina en inglés. Una vez tuve que«atender» yo a un cliente suyo porque la muchacha no sabía decirle al extranjero, en inglés, que su copa costaba 5,50 €. Luego, el ambiente del lugar es raro, como sacado de contexto, pues si estuviera más en la zona del Arenal, donde predominan los pubs cofrade-taurinos pues estaría en su salsa, pero ahí perdido entre el Museo y demás no termino de verlo.
Sara P.
Classificação do local: 2 Sevilla
He pasado miles de veces con el coche por la puerta y el ambiente siempre es similar: la terraza llena con gente tomando copas. Incluso a veces he paseado cerca los domingos, cuando en la plaza del Museo hay mercadillo de arte. Hasta que una noche, nos decidimos a entrar… La idea era tomar un GinTonic y ese día me propuse probar la Seagram, ya que en el sitio parecía haber una tónica especial de la misma marca. El resultado fue regulero, pero no tiene por qué ser culpa de ellos, aunque sí le echaron poco hielo. Quizá un toque más a limón o un no sé qué que llamase la atención… Me da la impresión de que es un pub de copas sin más, pero enfocado a un público clásico y de edad madura. La música era la típica de los 40 Principales, hace unos años… Vamos, seguramente no vuelva.
Ignacio L.
Classificação do local: 3 Dos Hermanas, Sevilla
Es un bar muy sevillano, no tanto en su decoración –ya que no es muy clásica del todo-, sino en su clientela. Habré ido en mi vida como en tres de ocasiones y siempre me he encontrado el mismo tipo de gente. El típico sevillano de patilla larga, y en ocasiones desfasando un poco, o lo que para ciertas edades puede ser desfasar, que no va más allá de ponerse la corbata en la cabeza o como banda de miss. Siempre que el tiempo lo acompañe es bueno salirte fuera y tomarte algo en alguna de sus mesas de terraza, y así ver el movimiento sobre los adoquines de la Plaza del Museo. No soy yo muy forofo de los sitios como éste ya que normalmente el ambiente suele ser muy clasista y pedante. Ésa era la imagen que tenía antes de entrar por primera vez por lo que veía en su puerta cuando pasaba por delante. Una vez dentro y con el ojo como testigo, había muchas cosas en las que no me equivocaba, pero es de justicia también admitir que en otras estaba muy equivocado. Como resultado, volví a hacerle una visita. No es mala señal.
Enrique H.
Classificação do local: 5 Sevilla
Este es uno de mis bares de copas favoritos. No es grande, pero sí muy agradable. Se nota a leguas que no es un negocio al uso, sino el fruto de la unión de varios amigos, asociados con la finalidad de tener un lugar –abierto al público, eso sí– donde reunirse los fines de semana. Donde hoy está Iscariote, existió hace años un restaurante cuyas mesas reproducían campos de fútbol; sí, como lo leéis. Su propietario era Isidro Sánchez, histórico futbolista verdiblanco y padre del también ex futbolista y actual entrenador Quique Sánchez Flores. Después hubo un bar de copas: El Museíto, claro antecesor del actual, ya que mantienen una misma línea ambiental. No es un bar cofradiero, ya que no hay un solo cuadro que así lo atestigue, pero sí que es cofrade la mayor parte de su clientela. No es extraño de este modo que en Cuaresma, la época fuerte del negocio, llegada cierta hora, baje el pantallón en el que habitualmente pueden verse los partidos de Betis y Sevilla y se proyecten vídeos de Semana Santa. Iscariote es uno de esos lugares donde no me hace falta ir con mucho ambiente porque sé que allí voy a encontrarlo. Los chicos que atienden tras la barra suelen ser simpáticos, e incluso te abren cuenta para que no tengas que ir pagando si vas a tomarte varias copas. El precio de estas no es nada exagerado, máxime cuando sabes que no te van a dar gato por liebre, como en tantas otras partes.
Felipe r.
Classificação do local: 3 Sevilla
He estado varias veces en este bar, todas las veces fue la Semana Santa del 2009, estaba lleno de gente y era un sitio ideal para tomar copas, porque nos quitamos del agobio de la gente y las buyas, descansamos un rato y nos tomamos unas copas y nos olvidamos por un buen rato que era Semana Santa. Toda la clientela parecia que se conocia, como si fuera un club social, todos los clientes que iban entrando saludaban a los que ya estaban dentro en plan de conocerse mucho y eso que no paraban de entrar. Pese a ser Semana Santa las copas eran baratas, tenian el precio fijado y no hicieron los abusos que muchos bares hacen de subir los precios exageradamente. Nos senatamos en la barra y pudimos estar comodos, en verdad fueron como dos horas de risas yo me hubiera quedado otras dos horas mas. Tenian casi todas las marcas de bebidas y el camarero simpatico y atento. La luz me encanto, luz indirecta y tenue, el color ocre de las paredes colavoraba en que el ambiente fuera intimo. Un punto negativo, que llego un momento que con tanto niño y carrito de bebe parecia aquello Puerto Perico.