Un pub/disco normal. La música normalita y las copas no son baratas. No es un sitio que vuelva con intención, sino que vaya con más gente y haya que ir, pero creo que hay muchos mejores sitios.
Juan José R.
Classificação do local: 3 Sevilla
He ido visitando este sitio y observando sus cambios con el paso de los años desde no recuerdo ya cuándo, al menos desde los 90. Tengo que decir que nunca he tenido problemas para entrar, como dicen en otras reseñas. Sí que se intuye qué tipo de «ambiente» quieren tener en el local o al menos eso creo porque suele ser siempre gente«pijilla» de entre 30 – 40 años. Pese a que el local no es grande, nunca he tenido sensación de agobio incluso los días en que está más lleno, aunque la zona de baile es más bien pequeña. Sus precios suelen ser los habituales en este tipo de locales, algo por encima de la media aunque yo no lo consideraría caro. Como curiosidad, desde mi perspectiva añeja, tengo que añadir que el sitio ha ganado bastantes enteros desde que no se puede fumar en el interior !
Rafa G.
Classificação do local: 1 Sevilla
Pues porque no puedo poner 0 estrellas a un establecimiento, pero si pudiera, se lo ponía. Hace tiempo, creo que bastante ya, el Groucho llegó a ser un buen club de electrónica en Sevilla, donde se podía escuchar hasta Techno de Detroit(algo inusual en esta ciudad). Durante años no lo he pisado, hasta hace poco que salí con unos amigos y fuimos por casualidad… No sé para qué entramos. Primero, el porterito de la entrada de turno: niñato que te mira con cara de perdonarte la vida si entras, y al que en realidad deberías de mirarle tú así porque eres el que te vas a dejar los cuartos allí dentro, cuartos con los que cobra un pastizal, seguramente(o no, vete a saber). Segundo, porque el ambiente no es nada del otro mundo: sobre todo tíos salidorros en busca de… de lo que sea, y grupitos de pijillos sin sustancia(o es que soy demasiado guay o me he convertido en alguien demasiado selecto, oiga). Y tercero por la música: una basura inconmensurable, repleta de éxitos del recopilatorio de «Gran Hermano» o «Latino Total 38»(asssssco total), algo de reggetón(¿pero todavía se lleva esto, en 2014?) y cosas por el estilo que llenan los mp3 de la generación del Whatsapp. Por cierto, penoso el DJ: el pobre es un quiero y no puedo, que se esmera en meter ecos y efectos rarunos a las canciones, creyéndose David Guetta(no me voy a poner a hablar aquí de DJs de verdad, nombraré a uno mainstream) pero que en realidad se queda en una triste copia de Paquirrín. Seguramente sea el primo de el de la puerta. En fin, tampoco me quiero alargar mucho más, porque no merece la pena. Si no queréis pasar un mal rato, evitad el Groucho. Si yo fuera Groucho Marx(no sé si el nombre se lo pusieron por el gran actor), me revolvería en mi tumba sabiendo que alguien usa mi nombre en un establecimiento de estas características.
Adolfo M.
Classificação do local: 4 Sevilla
Yo no tengo queja alguna de este local, buen ambiente, buena musica y desde luego entiendo que quieran mantener algo la estetica en general de las personas que acceden al sitio.
Ángel A.
Classificação do local: 1 Sevilla
No puedo decir mucho a favor de este local. He ido dos veces y en ambas he entrado sin problemas, no me pusieron pegas por la vestimenta o el aspecto. Iba muy arregladito, pero ya solo el desdén con el que te miran los porteros me repelía un poco. Una vez dentro lo primero que pensé fue: «¡pues tampoco es para tanto!». Groucho es básicamente un local cerrado(¡cerradísimo!) dividido en dos sectores unidos por un estrechísimo pasillo, con una música que tienes que chillar a la camarera para que se entere de lo que quieres y te sirva una carísima copa y poco más. Los aseos un poco guarrillos, que para el tipo de gente elitista que se supone hay dentro no sé cómo lo consienten(bueno sí, allí la gente está con una papa tremenda la mayoría y ni se enteran de ese detalle). A veces he pensado que es un poco como un cabaret de los años 30 trasladado al siglo XXI: mucha música, diversión, gente guapa y todos súper amiguetes. Bueno, entonces el ambiente está bien, ¿no? Psssssíii… No digo que no, pero es que el local no es para tanto. En cualquier otro puede haber ese ambiente sin necesidad de tanta parafernalia borreguera y con una sensación de mayor libertad en tu indumentaria y a unos precios mucho más razonables. Allá tú.
Macarena H.
Classificação do local: 3 Sevilla
«Jamás aceptaría pertenecer a un club que me quisiera como socio» dijo Groucho Marx. Pues eso mismo me pasa a mí con éste. Es verdad que es una constante en la noche sevillana y que nadie puede recriminarle que no haya un ambiente tranquilo. Es decir, no hay capullos hinchados con camisetas de la talla S que estén dispuestos a pegarle a cualquiera que le mire le escote a su novia, la cual, muy insensata, no ha disimiulado en absoluto las 120 de tetas que se ha puesto nuevas. Sin pelea ni malos rollos. Es cierto. Sin embargo, me fastidian sobremanera los locales que van de exclusivos. Y me jode mucho más cuando sus Relaciones Públicas intentan camelarme para que asista. Porque parece entonces que te están aceptando en una especie de círculo de privilegiados, cuyo único mérito es tardar más tiempo en arreglarse que los demás. Y, claro, piensas en qué ocurre malo en ti para que ellos pienses que tenéis cosas en común. Lo malo que tiene Sevilla en el ambiente de las discotecas más «sonadas» son las estrictas normas para acceder. La gilipollez de los botines y los pelos y los piercings. Muchos de mis amigos no se han arreglado en la vida y, sin embargo, jamás han formado una bronca. Sobre todo, en esto de «seleccionar», Groucho se lleva la palma. Por muy pacífico que sea el ambiente, hasta que el de las rastas no tenga los mismos derechos que yo para entrar, me niego en rotundo a recomendarlo.
Berta C.
Classificação do local: 1 Sevilla
Los locales como el Groucho a mí me dan risa, y no porque me acuerde de las grandes películas de su homónimo, y sus dos huevos duros, sino porque no soporto el tufillo selectivo con el que pretenden posicionarse. Mis amigas se han pasado un par de años abonadas, nunca supe qué había ahí dentro que las atrajera con tan fuerte pasión, hasta el día que me llevaron, sin yo saber nada, para celebrar un evento importante. ¡Sorpresaaaaa! Parece mentira que después de tantos años aún no conozcan mis gustos… Y después de ese día sigo sin entender qué les gustaba tanto de ahí. Yo no vi nada original: la música corrientita; el ambiente, el que puedes encontrar en mil sitios más; y los porteros, mejor no hablar de los porteros… Hace poco supe que habían dejado de ir. Por lo visto, en más de un par de ocasiones le habían negado la entrada. ¿Razones?, eso en ciertos locales como este no lo puedes preguntar, si insistes, el fuertecito de turno se te pone chulo y… se llega a liar lo que tú quieres que se líe. Porque la verdadera razón es que no hay razones, o no le gusta tu calzado, o no das la talla como mujer objeto de atracción para los tíos que más pagan, o simplemente se le ha metido en los…(dos huevos duros)… ;-)
CRISTINA G.
Classificação do local: 1 Sevilla
Entré a la tercera… esta vez íbamos 4 amigas bastante arregladas. Las 2 primeras veces no nos dejaron, ambas porque no les parecía que los hombres llevaran un calzado apropiado para el bar. La segunda vez incluso nos pidieron 40 €, en lugar de explicarnos la razón por la que nos echaban. Cuando en realidad este local no cobra entrada. A la tercera va la vencida, diversión dentro de un ambiente pijo. Llegamos a media tarde y estuvimos hasta las 23.30h, por lo que vimos en directo la transformación del bar. Por la tarde puedes sentarte a charlar en sofás mientras escuchas la música, y la gente baila a tu alrededor. Cuando el local empieza a llenarse pliegan los sofás y los asientos y toda la zona queda convertida en pista de baile. Ponen música de los 80 que invita a moverte, la media de edad está en torno a los 30 – 35 años. Me gusta el uniforme de las camareras, tipo Groucho Marx, les sienta estupendamente, y es original, no es frecuente ver este tipo de vestimenta en los empleados que están detrás de la barra en un bar de copas. Pero los cubatas que te sirven son caros, aunque de vez en cuando reparten en el exterior tickets descuento de algunas marcas en concreto.