Gigante Bar

El café es de los más ricos que he probado… con su espumita, como debe ser. Los postres no están mal, pero los he probado mucho mejores, tanto en Ofelia Bakery, como en Red House o La Cacharrería. Lo que más me revienta de este sitio es que la música está tan alta que no te puedes relajar, todo lo contrario, sales con dolor de cabeza.

De las mejores cafeterías de la zona. Toda una gama de cafés y tés, así como de leches alternativas a la de vaca.
Los dulces y tartas están impresionantes.
Lo mejor es la ubicación y la decoración tan fantástica que tienen. Me encantan las cajas que usan de mesas y las sillas dispares y originales.
Las camareras son un encanto y te orientan sobre los productos si no estás muy segura de lo que quieres, o si te apetece probar algo distinto.

Me encanta este lugar! Tanto para tomar un café cn tarta o un vinito en la terraza. En invierno resulta muy acogedor ya que tiene zona de sofas y comodas.
Si un día no sabes donde tomarte la primera copa pásate aquí porque es estupendo el sitio. Buena gente y buen servicio es un combo que se agradece.

Bar de copas en la Alameda de Hércules sevillana, con una decoración muy atractiva de «las que se llevan ahora», moderna, hipster, irregular… Con iluminación acogedora y una atención al cliente muy muy buena y agradable. Los cócteles son preparados al momento y con productos naturales, nada de polvos y concentrados (al menos los que pedimos, mojito y piña colada). Para lo que ofrecen y el lugar en el que está, los precios son bastante buenos. Una apuesta segura si vas a salir por la Alameda.

Way porque es uno de los bares d la alameda que estan abiertos hasta más tarde. Además también te sirven desayuno. El servicio de camareros muy bueno aunque hay un chico que es super desagradable e intento evitar pedirle a toda costa porque nunca me sirve y siempre se le olvida. Puntuo de menos por culpa de él. Si está él paso de entrar al local. Es un borde!

Queríamos tomar algo después de cenar en algún sitio por la Alameda que no fuese el de siempre, un amigo nos lo recomendó y no entiendo como no lo he conocido antes.
Soy una fan de los cócteles y aquí te los preparan con fruta natural, si! Mojitos, daiquiris, y piña colada (depende de las frutas que tengan puedes pedirlos de un sabor u otro).Yo probé el daiquiri de fresa.
Además la música está moderada para que se pueda hablar. Le eché un vistazo a la carta y para tomar café también está bien. Los precios son buenos.
La estética del local es vintage, con mesas y sillas diferentes entre sí.

Personal muy amable, decoración para cinéfilos. Lo mejor: tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos, excelentes… y baratas!

Gigante Bar es un bar situado en la Alameda de Hércules. Es un lugar amplio y tranquilo. Tienen música, pero está a un volumen considerable para que puedas charlar o bien leer un libro o trabajar.
Yo he estado por la tarde, y como tienen tantas mesas, fue fácil encontrar un sitio donde ponerme. Además, yo me llevaba el portátil, porque tenía toda la intención de hacer cosas, y fue posible, ya que el ambiente era favorable.
Te encuentras parejas, grupos de amigos, o personas con muchos papeles sobre la mesa, que trabajan juntos en algún proyecto. Aquí puedes consumir desayunos o meriendas, o cualquier cóctel, ya que el horario de apertura es súper amplio.
La decoración que tienen me encanta, todas las mesas son diferentes unas de otras, al igual que las sillas, y en las paredes te encuentras cosas súper raras y atractivas. Me gustó la bici que tienen colgada, pero me gustó más la frase que adorna la pared al entrar: Si vi más lejos, fue porque subí a hombros de gigantes.
La atención es muy cordial y los chicos son simpáticos. Ah! También en la calle tienen mesitas donde te puedes sentar y contemplar el ambiente de la Alameda ;)
La wi-​fi funciona bien, y hay algunos enchufes por la pared donde puedes conectar tu portátil.

Bastante original en diseño (un asiento triple como de autobús debajo de un andamio, una rueda de polea haciendo la vez de mesa, carteles por todo un lado de la pared, maquinas registradoras antíguas, lámparas como de estudio de fotografía y «exóticas» y un montón de pequeños detalles que te mantendrán un rato disfrutando visualmente, es magnetísmo lo que proyecta), el café (quizás soy muy tiquismiquis en esto por mi condición de cafeinómana) no es de los mejores que he probado pero no entra dentro de la categoría de malo, el emplazamiento diez: la Alameda de Hércules (para mí es el corazón de Sevilla, es una zona con mucha vida y oferta variada) y la atención al público bastante adecuada.
Sólo fui a tomar café por eso no puedo opinar en cuanto a otras bebidas o las deliciosas tartas que me han chivado que hay, así que tendré que volver. Por cierto, otro detalle que me pareció también bastante original fue que las cartas estaban colgadas en perchas en el andamio que está a un lado de la entrada.

Soy un fijo de este local. Coincido con Txema que el negocio anterior para mí tenía algo que no sé explicar que hacía que me gustase un poquillo más. De todas maneras, me sigue apasionando. Me gusta todo, el ambiente, la música, la disposición y el tipo de mobiliario, el personal.
Pero lo que más me gusta son las tartas, y en concreto el soufflé de chocolate, tremendo. Recomendable a cualquiera que quiera pasar un buen y cómodo rato ante un café, con una buena conversación.
Buon Appetito.

¿Qué se puede decir del Gigante? Chico, pues que es gigante. He ido a desayunar varias veces y ya a las 8 de la mañana tiene un ambiente que te invita a quedarte el resto del día. La música, la decoración… A mí personalmente me cuadra todo todito. Me parece el sitio perfecto para llevarte tu portátil y trabajar durante horas o para charlar también sin prisas con un amigo al que hace tiempo que no ves.
Me sorprendió la variedad de opciones para el desayuno. Realmente no sabe uno por qué decidirse. Y nada pero nada mal de precio. Otro punto a su favor es la presentación de los desayunos, impecable así como el servicio. No es que sea condición indispensable para obtener las cinco estrellas pero debo decir que tienen una buena selección musical, suenan Los Beatles por supuesto.
Más cosas que me gustan de Gigante Bar: Me encantan los sitios en los que puedes pasar todo el día. A lo casino de Las Vegas, como decía al principio de mi reseña entras a las 8AM y tienes un ambiente dinámico, que se mantiene a las 8PM. Y por el camino has desayunado, picado algo, comido, merendado y hasta te has podido tomar una copa. Encima, con la pereza que me suele dar ir a la Alameda, como Gigante Bar está allí si decido ir a trabajar por ejemplo es salir y encontrarme de frente con el 1987, uno de mis buques insignia de la noche sevillana.
Un último detalle en el que acabo de caer: Podría pasarme el día entero entre el Gigante y el 1987 y parecería que no han llegado ni los años 90… Por decoración, ambiente, música… Más retro y vintage no se puede ser, miarma.

El otro día por la noche que estaba por la alameda, descubrí el Gigantebar por casualidad, estábamos buscando un sitio en el que tomarnos algo tranquilamente y este fue el que nos llamó la atención. Yo personalmente no lo conocía.
El sito esta bien, tiene una estética singular, una decoración llamativa y un ambiente tranquilo, pero no deja de ser otro local más de los cientos que ya hay en la alameda. Tiene una estética Vintage, las sillas y sillones los escogieron cuidadosamente del primer sitio que encontraron (no quiere decir que estén en mal estado, todo lo contrario), hay desde unos asientos de una furgoneta, con su fundita para los asientos y todo, a unas sillas de jardín.
El trato fue bueno, los camareros muy simpáticos y atendieron rápido. Tienen variedad de bebidas y también tartas. Yo personalmente no las he probado, pero tienen buena pinta.
Respecto a los precios. A mi parecer, es aceptable, ni caro ni barato. Yo me pedí un gin tonic (London N°1) el cual me costó 8 euros y lo sirvieron muy correctamente. En otros sitios me los han cobrado más baratos y también mas caros y peor servidos.
Si buscas un sitio donde tomarte algo tranquilamente y poder charlar sin molesta música a todo volumen, esta puede ser una opción.

A deux minutes de notre hôtel, on est tombé sur ce chouette bar. Premières impressions, chouette terrasse, serveuse sympa et boissons pas cher (3,80 € pour une bière et un vin blanc bon et généreusement servi). La pluie nous oblige à nous réfugier à l’intérieur et idem, super ambiance, une déco mi-​loft, mi-​salon cosy, un beau bar, des chouettes lampes et chaises dépareillés. Un peu du déjà-​vu mais moins que dans les établissements à Bruxelles…
Au final, chouette endroit, chouette service et surtout, chouettes prix!

Soy asidua al gigante. De los garitos de la alameda sin duda mi favorito para copas y café. Tienen tambien tartas y dulces. Y abren todo el día, el servicio en general es muy muy bueno y de precio muy bien tambien.

Lo mejor es ir de noche y probar la coctelería, en especial los daikiris hechos con frutas naturales y que incluyen sabores como el melón o la sandía

Hemos estado aquí alguna que otra vez, se está a gusto para tomar un trozo de tarta con un café, copas o refresco charlando con los amigos.
Tiene una decoración especial, usando muebles de todo tipo, o alguna extravagancia. Pero tiene asientos cómodos, lo que ayuda a que me guste sentarme a charlar, pero también puedo caer en el sueño por comodidad que me deja listo de papeles.
La última vez me tomé una tarta de chocolate con galletas que me recomendó un camarero muy amable y un descafeinado, todo bien y rico.
Un sitio más en la Alameda en el que disfrutar, porque en la Alameda se disfruta una jartá :)

Una cafetería en plena Alameda de Hércules tiene todas las papeletas para ser un lugar de éxito, y Gigantebar no iba a ser menos. Con una terraza donde pasar las horas en verano y un interior decorado con muebles vintage, cada uno de su padre y de su madre pero muy cómodos, se convierte en un lugar ideal para tomar algo y disfrutar de una tarde o noche con los amigos. Tanto si te gusta el dulce (cafés y tartas, muy buenas) como si prefieres una copa (hay gran variedad de combinados y gin tonics), el Gigante es una buena opción.
Algo que me parece fundamental a la hora de elegir un sitio u otro son los camareros: aquí tenemos a unos chicos simpatiquísimos, que te ayudan a elegir si no sabes qué pedir y tienen una paciencia infinita con los indecisos. El único problema es que esto hace que el servicio sea un poco lento, pero como se trata de un local en el que relajarse y pasar un buen rato, esto no debe ser un problema :)
En ocasiones hacen también exposiciones, de productos que normalmente después pueden comprarse… recuerdo una exposición de camisetas de la que aún me estoy arrepintiendo de no hacer comprado ninguna.

En plena Alameda de hércules se sitúa esta cafetería donde podemos tomar unas copas o un café con las vistas de las columnas y de toda la Alameda. Ofrecen una amplia carta de café, infusiones, cocktails y tartas algo elevados de precio, aunque la calidad lo merece.
La decoración es algo hipster. Tiene una terraza exterior como las de toda la vida, pero en el interior se esconde una decoración a base de sofás, sillas de diferentes tipos, cuadros vintage…
El servicio deja bastante que desear. El trato es agradable pero las comandas tardan mucho tiempo en salir. Me parece que el problema es la falta de personal.
En resumen podemos decir que es el típico bar al que te acercas tras una comida de amigos o familiar para cerrar el día.
No es la mejor a la que he ido, pero es recomendable.

Un sitio curioso para tomarse unas copas o postre en plena Alameda de Hércules. Tienen varios cócteles y sirven bastantes bebidas, así como cafés y desayunos, pero en mi opinión, y es por lo que voy (o me suelen llevar xD) es por sus tartas. De hecho, el ‘apellido’ del sitio es «tartascontracopazos». En tartas tienen variedad, a pesar de no ser demasiado extensa la carta, pero el chocolate y la tarta de queso, para mí, mandan. Como nota, la porción está en unos 3.5 euros.
El sitio tiene una terraza al aire libre con vistas a la vida de la Alameda y sus columnas, pero en mi opinión destaca el interior, donde no encontrarás ninguna silla (o sillón, o sofá) igual a otro, así como por el resto de la decoración, donde a mí me hace mucha gracia un lápiz alpino (de los de colorear de toda la vida, vaya) sacado de escala, que tienen por allí rulando. Hay prensa diaria, creo que el Diario y el As.
El servicio es bueno y los camareros son amables y atentos, aunque cierto es que en alguna ocasión (en singular) los he encontrado desbordados, aumentándose el tiempo de espera bastante.

Sin entrar a valorar que este local ocupa el espacio de otro negocio que había anteriormente y que me gustaba un poquito más, lo cierto es que el Gigantebar ha conseguido hacerse un huequito en el corazoncito de la Alameda, llenando quizá una demanda que había ahí, latente, y que nadie cubría.
Se trata de un café-​bar de copas con terraza al paseo de la Alameda que ofrece, según su propio eslogan: tartas contra copazos. Bajo esa premisa, además, ofrecen tés, cervezas, postres y algo de música estridente en un ambiente que la mayoría del tiempo es agradable y distendido pero que, en los fines de semana, se vuelve bullicioso y jaleoso.
Las copas están bien servidas y nada mal de precio pero ojo, que se las llevan cuando les da la gana, aunque te queden tres dedos todavía por beber. Por lo demás, es un sitio agradable donde reunirte con amigos o tomar algo por la noche si no buscas que haya un tipo hormonado en la puerta con cara de pocos amigos invitándote a no entrar, en lugar de todo lo contrario.

Había oído hablar a un par de amigos de este sitio, pero no había llegado a parar hasta ahora. Resulta que aquí se encontraba el café Alameda, pero hace unos meses abrió GiganteBar, un local joven, fresco, con un aire vintage y con una terraza bastante apañada.
Sin duda lo que más me gusta es la decoración interior. Aunque por una parte han respetado parte de la decoración, le han añadido un punto muy chulo, sobre todo con el mobiliario vintage.
Los chicos son muy amables y se mueve un ambiente bastante interesante en el sitio.
Los precios son asequibles, comparados con otros locales de la zona y tiene desde cafés y tartas a cócteles.
Estando allí, llegó una mujer para llevarse un trozo de «muerte por chocolate». Así que en la próxima, probaremos las tartas :)