Freiduria El Trasmallo

sin duda unos de los mejores «pescaito fritos» que te puedes encontrar

No suelo comer mucho «pescao» frito por multiples razones: la primera por lo que engorda, que le vamos a hacer, la segunda porque cada vez quedan menos sitios en Sevilla para tomarlo allí mismo (nada de comprar para llevar) y la tercera porque casi hay que empeñar un riñón de lo caro que lo venden (y no necesariamente va asociado a una buena calidad).
Pues ayer recordé un sitio donde las dos últimas razones se salvan (por desgracia todavía no he encontrado un sitio en el que no engorde): un local donde tomar pescado frito de calidad y a buen precio.
Situado en José Saramago (antes General García de la Herranz) o como se conoce la zona, la Pirotecnia en referencia a la fábrica pirotécnica que existía en la zona. El local comenzó siendo una pequeña freiduría con un par de mesitas en la puerta donde te podías tomar el pescado con una cerveza o un refresco. Por casualidades de la crisis, los locales colindantes quedaron vacíos por lo que ampliaron con gran éxito.
Actualmente es un local muy amplio, revestido por completo de madera y con decoración típica marinera. El servicio es muy rápido y muy atento.
La comida está muy buena. Pedimos (para 4) calamares, boquerones, croquetas de jamón, mero al limón y lagrimitas de pollo además de una tapita de mojama que estaba cortada en su justa medida y con su poquito de aceite. El pescado estaba muy bueno y frito en su justa medida tanto de tiempo como de cantidad de harina (lo cual no es fácil de conseguir).
Y todo eso más las bebidas no llegó a 45 €!!!
Repetiré para poder darle la quinta estrella porque les faltaban algunos productos que me apetecía probar.

Como comenta Antonio V., este nombre agrupa dos negocios que conviven en el mismo local. Por un lado está la freiduría que atiende al público en un mostrador separado y en la que, además de poder comprar frituras al peso (clásicos: Adobo, calamares, rosada,…) encontramos bebidas u otras comidas para llevar (ensaladas, ensaladillas, patas fritas, picos,…), y por otro lado está el bar/​marisquería con un salón amplio decorado a medio camino del estilo «marinero» y la caseta de feria y en el que, además de los productos de la freiduría podemos encontrar mariscos y ensaladillas frías de todo tipo.
El servicio es rápido incluso en horas punta y, como curiosidad, en vez de ofrecer el ubicuo cubo de zinc con botellines, es posible pedir litros de cerveza en las mesas para compartir.
Un sitio agradable en el que acompañar una cerveza con una fritura de pescado o al que acudir a por un poco de pescado para llevar con una relación calidad/​precio adecuada.

Este local en realidad son dos. Por un lado tiene un bar bastante grande y, separado interiormente y con una entrada independiente desde la calle, la freiduría tradicional.
En ella vamos a encontrar el cuarto de kilo de las típicas frituras a precios de entre 5 y 6 euros la mayoría. Yo probé el adobo, el choco (5 € el cuarto de cada uno) y huevas y delicias de merluza (a 6 €). Todo estaba delicioso, especialmente el adobo y por ponerle algún pero, las huevas me resultaron un poco secas.
No tenían, como en otras freidurías, genero ya frito a la vista sino que te lo hacen para tí sobre la marcha. En menos de cinco minutos tenía mi kilo de pescaito frito, oloroso y estupendo.
Me gustó también que hubiera entre los típicos extras de este tipo de establecimientos, tomates para llevártelos y aliñarlos a tu gusto y también ensaladilla. Por supuesto no faltaban las litronas, picos, patatas, almendras fritas… vamos que el que quiera una cena tradicional y el «fast-​food» más típico andaluz que se pueda imaginar tiene aquí un más que buen referente.
El servicio joven, muy correcto y simpático y la presentación del producto la ponen en el típico cartucho de papel en una bolsa también de papel con asa, lo cual da una presentación muy chula que la diferencia de la típica bolsa de plástico blanca.
Yo fui a las 9 de un sábado y no había gente. Supongo que tuve suerte. En cualquier caso, me dio la impresión de que pueden aguantar bien más clientes sin una espera excesiva.
Otro punto a favor es que el aparcamiento es moderadamente fácil. Yo no tuve problemas y salvo horas punta (por las mañanas sobretodo en días laborables al haber un edificio administrativo al lado) creo que en fines de semana puedes dejar el coche al lado sin mas preocupaciones.