Entredós

1 estrella y no he entrado. Pensaba no escribir la reseña al no haber probado los servicios de este restaurante. Pero la verdad, que aunque no haya comido aquí, he tenido toda una experiencia, y me parece justo publicarla. Si no, no lo haría.
Llego un sábado en plena campaña navideña, a las 14:00. Pregunto si hay mesa para dos y me contestan que aun no está abierto, que la cocina aun no está. Vale, es temprano, pero ¿tanto? No sé. Bueno, «¿Y cuándo nos pasamos entonces?». «No sé, un momento». Llama al cocinero y le pregunta. «Pues no sé, a ver, es la 1…». «No, son las 2». «Pues no sé, la cocina estará cuando esté». «Pasaros a las 14:30», dice la señora. «Si es a las 3 mejor», responde el cocinero. «¿Me paso a las 5 y ya apuesto sobre seguro?», me dan ganas de responder.
Salimos y me preguntan si quiero reservar una mesa. Aunque digo que si me paso a las 2 y media es probable que no esté lleno el restaurante aun, me insisten porque por lo visto el local se peta rápido. Reservo una mesa. Me voy a tomar una cerveza y unas aceitunas a otro sitio para hacer tiempo.
A las 14:40 vuelvo. Nuestro sitio está cogido. «Vaya, parece que os han pillado vuestro sitio jijiji». Me piden que espere, que se van pronto. La señora entra. Le comento a mi pareja en voz baja «lo flipo». Un señor, que estaba también en la puerta y que no había reparado en él, nos comenta que es normal, que ese restaurante ni paga las nóminas, que a él no le habían pagado un mes y medio que tenía ahí trabajado. Sale la señora a decirle que se lo diga a nosequién que es el que le tiene que pagar y ya no está ahí. El extrabajador le dice que el responsable es la empresa. Sale otro señor a pedirle que no moleste a los clientes (si se refería a mí, no era cliente, no me dejaban serlo). Se escucha a la señora dentro. «Le abro la cabeza. Salgo y le abro la cabeza. Voy a salir y le voy a abrir la cabeza».
La vergüenza ajena de lo que estaba presenciando, en estos momentos superó a la vergüenza que me daba irme en toda su jeta, así que decidí irme.
No voy a venir jamás a este sitio ni aunque me inviten.
Espero que hayáis disfrutado el salseo

Llegamos a este local a través de Restaurant50 aunque tengo que decir que ya lo conocía ya que suelo frecuentar la Alfalfa y más de una vez había pasado por la puerta. Vamos, que tenía cierta curiosidad por comer en él.
Reservamos y al principio cogimos una mesa alta dentro del local, a los 10 minutos tuvimos que salir. Tenían el aire acondicionado estropeado y la temperatura era insoportable. Punto, para mí, nada positivo.
Pedimos tres raciones a compartir. Canelón de berenjena, bacalao confitado y solomillo de buey. Lo mejor el canelón de berenjenas sin duda alguna. El resto bueno, pero no al nivel que esperaba. La presentación de los platos era absolutamente igual fuera carne o pescado, es decir, original en el primero y aburrida en el último.
Para postre compartimos una tarta de chocolate que tampoco es la mejor tarta que he comido en mi vida. A todo esto aclaro que todo estaba bueno pero nada era como para hacer la ola. Posiblemente tenía mayores expectativas sobre el sitio. También he de decir que sin la promo de R50 me pareció excesivo en sus precios.

Iba yo con muchas ganas; quizá tantas, que no cumplió las expectativas.
De lo que había –porque ya me habían prevenido de la frecuente falta de algunas cosas de la carta-​, probamos una tapa directamente suspensa (presa), un par con aprobado justito (hamburguesa, canelón); y, como todo hay que reconocerlo, un plato de notable: el ceviche, que tiene un sabor sorprendente.
Habría que probarlo todo, pero el muestreo que hemos hecho nos enseña una carta algo «irregular», con la que puedes acertar o sufrir un estrepitoso fracaso.
Ya veremos cuando vuelva (sí, hombre, algún día volveré), si hay novedades que contar. Por ahora no da para más.

Tenía ganas de probar este gastrobar hace tiempo. Hoy fui a almorzar y de paso estrené las reservas por Unilocal.La decoración interior me gusta mucho, invita a entrar, pero con el día tan fantástico que hacía hoy (uno de esos días primaverales que tanto escasean en una ciudad que solo entiende de verano e invierno, sin términos medios) pues era pecado meterse dentro. Igualmente es un gustazo tener una terraza en plena Plaza de la Pescadería en la Alfalfa, una plaza que, además, se está llenando de sitios interesantes de un tiempo a esta parte.
Nos atendió un chico muy correcto que fue sacando los platos en orden y justo al terminar cada uno. Probamos la ensalada Volendan, el canelón de berenjena, la lasaña de calabacín y langostinos, el magret de pato y la tarta Lannister (tarta de queso con dulce de higos). Todo estaba riquísimo. Especialmente la ensalada Volendan, que ya se ha convertido en mi segunda ensalada favorita. Merece la pena comentar que yo no soy muy amigo de las ensaladas, así que cuando digo que lo que más me ha gustado de un local al que le doy cuatro estrellas es la ensalada es que tiene que ser la releche. Os lo digo desde ya, ir y no probarla sería pecado.
De precio es normal, precio medio de un bar de tapas, quizá un pelín por encima de la media, pero dentro de lo aceptable. Yo creo que si bajasen un 10% los precios sería más ajustado a la realidad, especialmente el de las ensaladas, que valen entre 8,50 y 9 euros.
Y termino con dos detalles, uno negativo y otro positivo:
–Negativo: Faltaban demasiadas cosas de la carta. No había 3 de los platos, el magret lo pusieron sin puré de patata violeta porque no les quedaba y lo peor fue en los postres, donde no tenían nada excepto la tarta de queso. Y esto último nos dio especial pena porque íbamos con ganas de probar el Vértigo Tropical y nuestra segunda opción era la Tarta Entredós.
–Positivo: Me llamó la atención que el ticket con la cuenta incluía ya la división por comensales, lo cual se agradece para no tener que ponerte a hacer las típicas matemáticas en la mesa. Creo que es algo que no cuesta nada ponerlo y que deberían incluirlo en todos los restaurantes y bares. Minipunto para el equipo Entredós en esto.

The place looks very nice, the food however is not that good.
We order 2 tapas of hamburgers and were informed that there was no more bread! This was after our 2 other friends had already received their food! Nevertheless the waitress has informed us the size of the burger is pretty decent so we decided to order it but what we received was the normal size of hamburger with no bread…
The grilled vegetables were actually eggplant and zucchini
And the salad was good (with tomato)

Ayer nos apetecía cenar en un sitio tranquilo y céntrico y entredós nos cautivó. Nos gustó mucho el interior tan bien decorado, con esos ventanales y con música de fondo tranquila. Las mesas tenían vinilos a modo mantel y nos atendieron enseguida. Nos recomendaron unas copas de vino blanco afrutado. Estaba muy rico y fresco. Para compartir nos pedimos la ensalada Heisenberg, que vino con salmón ahumado en vez de con pez espada (pienso que mejora bastante el cambio). Mientras veníà la comida nos pusieron unas aceitunas muy bien presentadas, que por cierto, la buena presentación es la tónica del gastrobar. Bravo! Pedimos una tapa de solomillo y otra de lasaña de calabacín y langostinos (sin lactosa por mí). De postre, vértigo tropical. Exquisito.

We are traveling since two weeks through Spain, visited Barcelona, Valencia and of course Sevilla. We eat nearly every day tapas, and you can trust me, the Tapas from Entredos were some of the best! We had about 9 tapas and drinks and paid less then 50 €! Quality of the tapas was really good, we had Gnocchis with meat and other delicious stuff. All tapas was in a good size and looked fabulous (they looked so good that we asked the waiter if that a really tapas and not a whole plate). We had absolutely nothing to mention. If you like modern Spanish cuisine, go for it!

Es cocina moderna pero de calidad, no es el típico sitio donde ponen tataki porque es lo que toca. Saben lo que hacen.

Tuve la oportunidad de probar este sitio que siempre llamó mi atención en la zona de la Alfalfa, pero no me atrevía a entrar pues por el aspecto tan bien cuidado de la infraestructura, da la impresión de ser un lugar un poco caro y resulta que me equivocaba. Los precios son adecuados para el lugar pero aprovechando la membresía de restaurant50 nos animamos a probarlo.
Hicimos una reserva para las 21 y nos esperaban allí, el restaurante para nosotros y qué atenciones, qué ricura de platos, nos costó decidir pues tenían bastante variedad y todo muy apetecible, al final elegimos los canelones de berenjena y el solomillo relleno de bacon glaseado. UFF! No quedó nada en el plato, ni la mermelada de arándanos. Completamos la velada con la Tarta entredós, de chocolate y una bola de helado de aguacate, que se me antojaba, pues lo había probado en Santo Domingo, pero no es común encontrarlo.
Al finalizar nos entregaron unas tarjetitas de clientes especiales con descuentos durante la semana al presentarla, una excelente forma de fidelizar a los nuevos comensales. Definitivamente volveré.

Volviendo al #lunesdereseña tras #domingodegordos. Aprovechando el Restaurant50 (si no sabéis lo que es, ya estáis tardando) fuimos a degustar raciones. Había estado en Entredos una vez, en un evento Unilocal meses ha, pero iba por primera vez a cenar y la verdad salí encantado. El trato excelente, la presentación de la comida genial, el gusto por la decoración y los detalles magnífico, pero cuando el paladar entra en escena, de verdad, LA BOCA AGUA.
Probé el canelón de berenjena relleno de ternera y queso gouda. Del mamaso. Espectacular. En la ración vienen 3 canelones y casi que me comería 3 más, pero por tener diversidad, también había que hacer hueco para el solomillo relleno de bacon glaseado. Qué queréis que os diga, estoy empezando a cambiar mi opinión de los gastrobares para bien, serán las raciones y el precio abaratado, pero estaba buenísimo.
Me gustó mucho un detalle, al ofrecernos postre, directamente nos dijo si queríamos agua. Es una tontería, pero de esas cosas que uno agradece de manera extra y que te habla de la calidad y la atención del servicio.
Postre exquisito, 4 euros, pero merecíà la pena para culminar. Tarta Entredós, dos chocolates, bizcocho y un helado de aguacate que compaginaba a la perfección.

Muy alternativo, me gusta
Buscando un sitio para poder tomar una merienda — café de mediatarde ibamos vagando por la zona de Puente y Pellón — Alfalfa y nos topamos entre la «mediocridad» del típico bareto de sillas de hierro y mesas cojas, este lugar a todas luces diferente y encantador, con una parte dedicada al servicio de cafetería, pero también con pastelería casera propia (cuñas de tarta de ½ chocolates, queso, coco…) y un ambiente bastante vanguardista y diferente.
Como habéis visto, los «posavasos» y sitios para dejar la comida o bebida son discos de vinilo de los de 33 RPM de toda la vida, algo muy conseguido, también es un lugar de copas en especial de vinos y consta de planta alta, bajo interior y una parte de velador fuera.
Recomendado si estás harto de «Casa Juanito» «Bar Pepe» y cosas así.

Vine aquí pensando que al ser un gastrobar tendría que esperarme precios caros, y me llevé una grata sorpresa cuando vi que no, que no lo fue tanto.
Entredos es un local a doble altura que de entrada ya parece elegante, con una ambiente agradable, íntimo y cómodo, que la planta baja es muy espaciosa y la alta, algo menos, pero también muy bien ambientada.
La comida, en especial las carnes de buey y la carrillada están muy buenas, y acompañadas con un riojita o dos… Sublimes.
El servicio es atento, rapido, eficaz y te informan al instante de todo lo que necesites. Aunque eso si, si pides la clave del WiFi, se les olvida. Pero es lo de menos, ¿quién quiere WiFi cenando para subir las fotos a Unilocal y dar envidia?
Lo dicho, es un sitio barato, elegante y que sin duda he disfrutado.

Local con una ubicación muy céntrica. Destaca sobre todo por su decoración original y agradable. La planta superior es perfecta para tomar un café con tranquilidad una tarde cualquiera, cuenta incluso con una pequeña estantería con un surtido de libros liberados.
La comida resultó original y bastante buena, dentro del estilo gastrobar que se espera nada más entrar en el local. Platos un tanto pequeños en cuanto a cantidad, pero lo cierto es que con un plato individual y otro para compartir dos personas comen pero que muy bien.
Los veladores de la terraza conforman un conjunto multicolor que llama la atención cuando paseas por la calle, y aunque ahora mismo no apetece demasiado en cuanto mejore el tiempo habrá que probarlos!

He esperado a escribir el comentario a la segunda visita porque la primera vez que fui, aunque me gustó mucho, tampoco me mató, y esperaba mucho de este bonito local.
Lo primero que llama la atención es la ubicación, en plena plaza del Pan, en un local precioso con grandes cristaleras que anteriormente han ocupado una tienda de decoración y otra de ropa. Me flipan las cristaleras y los sitios con mucha luz, así que, de entrada, con esto ya me han ganado. Otro punto a su favor es la decoración, colorida y original, con unos geniales bajoplatos de silicona que simulan discos de vinilo y que me encantan también, ojalá supiera dónde encontrarlos: P
En cuanto a la comida, la primera vez fuimos dos y esta segunda un grupo de 12 personas, y me ha gustado más la segunda que la primera: si un sitio es capaz de servir a grupos grandes y mantener el nivel para mí siempre es buena señal. Como éramos muchos y no nos poníamos de acuerdo, decidimos dejar que el camarero nos pusiera lo que considerara oportuno, y fue todo un acierto. Probamos la ensaladilla, espectacular; un dúo de tartar de atún y de salmón, que fue lo más flojito por culpa del atún que no sabía a nada; canelones de berenjenas y carne picada que estaban buenísimos y algo de carne que no sé muy bien si era presa o secreto y que también estaba buenísimo.
Con bebidas, postres para algunos y café para otros, la comida nos salió a menos de 15 euros por persona. Chapó ;)

Aprovechando el magnífico día que ha hecho hoy, me he acercado al centro con la intención de probar este sitio y comer algo bueno. De hecho, no me ha decepcionado en absoluto.
El local está totalmente reformado, ya que antes pertenecía a la tienda de decoración que hay justo al lado, y queda dividido en dos plantas con mesas y taburetes altos donde sentarte a comer. La decoración es bastante sencilla y con unas cristaleras magníficas que le da muuuucha claridad al local. La carta está bastante bien, tienen tres ensaladas, platos fríos y calientes y postres caseros.
Para comer nos dejamos aconsejar con Ana y tomamos el dúo de tartar de atún y salmón, el canelón de berenjena, la lasaña de calabacín y, por último, el curry de pollo. Todo nos ha encantado a excepción del curry; no es que estuviera malo ni nada por el estilo, pero resulta que me gusta muucho la cocina india y la hago en casa a menudo, y este curry lo he visto bastante sosito y creo que podría mejorarse.
No obstante, la comida ha sido muy buena, en buena compañía y me gusta mucho que locales de nueva apertura se mantengan con buena cocina (y no tanto montadito y botellines en cubos de metal).

Cuando abren un sitio nuevo siempre tengo muchas ganas de que me guste y de que les vaya bien, pero claro, no siempre es así. Entredos tiene las dos cosas: me ha gustado mucho y para lo poco que llevan parece que tienen bastante gente, así que… ¡larga vida para que podamos seguir disfrutándolo!
Es un espacio con dos alturas, decorado astante sencillo pero con unas cristaleras enormes que seguro que de día dan una luz estupenda, pero yo de momento sólo he estado por la noche.
Uno de sus atractivos es Ana, una sumiller estupenda que sigo en cada nuevo trabajo que emprende porque te descubre unos vinos estupendos. La suerte es que con este vino puedas regar una comida bien ica como la que tomamos: tartar de salmón y atún, una ensalada estupenda (Voledam) y una carne con pastel de yuca igualmente rica.
¡Vamos, que pasa a ser uno de los sitios a los que ir y repetir!