Mi amigo Jose vive en la calle Alfarería, desde sus ventanas se ve el mantoncillo, una noche que estábamos viendo la tele después de cenar escuchábamos mucho ruido en la calle, le pregunte que pasaba y me dijo que era gente que entraba y salia del bar de abajo y como no teníamos muchas ganas de tele… allí nos plantamos. Estaba muy animado el bar, había una actuación flamenca, entre copas y flamenco nos dieron las tantas, cuando se acabo la actuación continuo la otra actuación que es cuando los noveles se «arrancan» y comienzan a cantar y bailar, entonces es cuando la actuación pierde calidad y gana en gracia. El sitio era como un museo del flamenco, muchas fotos de flamencos por las paredes colgadas hacen la decoración muy recurrida, creo que de las fotos encontraría 3 o 4 que continúen vivos. Allí Camarón es un Dios. Las copas baratitas, el sitio lleno de humo porque hablo de la época que se podía fumar dentro de los bares, era irrespirable. Aquella noche hable con mucha gente que no conocía, es lo que tiene las copas, que le sueltan la lengua a uno.
CARMEN M.
Classificação do local: 3 Sevilla
No, no has entrado a una plaza de toros. No, tampoco estás en un tablao flamenco. Pero el caso es que el mundo taurino y el flamenco está presente en todos sus rincones. Incluso si me apuras, a mí me recuerda al salón de mi casa, que mi madre se encarga de sembrar de fotos(sí, las odiosas de comunión también están). Un verdadero cultivo de rostros y sonrisas inmortalizadas, pero en este caso no son los de mi familia, sino de algunos grandes del tablao como Carmen Amaya, Lola Flores o el mismísimo Camarón. Ellos te miran desde el pasado para recordarte que te encuentras en un bar con solera que se ubica en Triana. Acudí a este lugar con un amigo y una parejita recién estrenada que se besaba en cada rincón. Nos pedimos un vinito dulce riquísimo, que le hacíà la competencia a los tortolitos enamorados. Pero ojo, que es vino del peligroso y se sube a la cabeza de una manera que te lleva a decir tonterías interminables en cascada. Después de ojear algunos retratos, comprobar la gracia del camarero y repetir con otra copita de Pedro Ximénez; me dí cuenta de que era ya el momento de retirarme. Y es que a cierta hora estaba tan a gusto y tan risueña que me daban ganas de ponerme el traje de luces que colgaba de una de sus paredes y situarme detrás del burladero que se levanta al fondo del bar. Si es que la imaginación juega a veces malas pasadas y más la mía que es sumamente dicharachera. Y en un bar como el Mantoncillo adquiere unas alas desinhibidas bastante amplias. Con deciros que salí de allí cantando aquello que decía Lola Flores de «Torbellino de colores…»
Jesus v.
Classificação do local: 3 Sevilla
Estábamos de cachondeo con mis amigos flamencos, tengo muchos y todos son iguales, muy cachondos y muy egocéntricos y al final acabamos donde siempre en el mantoncillo, el bar con mas arte por metro cuadrado del mundo. esta ubicado en la calle Alfarería, en el barrio de Triana. El bar esta regentado por José, familia de los Montoyas, luego arte garantizado, es un bar lleno de fotos de flamencos y toreros, hay una foto incluso de la boda de camarón con la chispa. La decoración clásica sevillana, pero es lo que pega en un bar de flamenco. Es un bar de copas nada caro, las copas a 5 euritos y se esta muy agusto dentro de el, al final con los artistas se lía y todo el mundo canta y baila. La Fabi, La negra, el Polvillo,… Todos menos yo, que soy un patoso, aunque tengo en la sangre el ritmo de la buleria, no me acompaña el cuerpo, soy demasiado pavo. Al final acabamos todos medio borrachos y de camino a casa no dejan de cantar y bailar.