No suelo venir por estos lugares de Sevilla(una nunca conoce lo suficiente la ciudad, parece), pero callejeando pasamos por aquí unos amigos y yo. Era un día cualquiera, un día corriente y moliente, un día sin más. Mis amigos decidieron que allí mismo nos plantábamos a tomar la caña, y allí fue. Un bar desconocido para todos. ¿Dije que era un día normal? Bueno, sí y no. Había fútbol. Cuando entramos, los habituales miraban con afán la pantalla de la tv y comentaban los aciertos y desaciertos, lanzando algún que otro insulto al «colegiado»(siempre me ha hecho gracia esto, parece que se acabara de licenciar). A mí no me gusta el fútbol. A mis amigos tampoco. Así que tras una cerveza sumidos en el mutismo por nuestra poca participación en tal ritual, no tuvimos más remedio que irnos. Tengo pendiente volver un día en que no haya tortura con balón, ya veremos.
Paco P.
Classificação do local: 4 Sevilla
Mi último año como estudiante universitario, bueno, no se, porque si ni trabajo ni estoy en la universidad, ¿Que soy? El caso es que viví en la calle sin salida conocida o no, como Nardo, jocoso nombre que se presta a la jactancia, lo sé. Bajaba sobre todo a desayunar antes de ir a la facultad, también extraños fines de semana en los que no salía o había salido uno de los días a tanto nivel que en todo el finde no conseguía superar mi estado vegetativo. El caso es que lo utilizaba como lugar para realizar la primera comida del día. Me gustaba la tostada de carne mechá, las hay mejores, pero era bastante buena, me la descubrió un primo mio que vivió conmigo en Nardo. El cual si que era fan de las tostadas del Cortadero. También bajamos a ver algún que otro partido de fútbol, siempre y cuando no estuviese otro de mis compañeros al cual le encantaba ir a la vecina«Gruta», un sitio del infierno, feo, marronero, cutre y caro. Además, el cabrón, nos lo imponía, se bajaba antes con la excusa de coger sitio y nos terminaba haciendo ver el partido en donde no queríamos. En definitiva, bajar al Cortadero era un alivio en comparación con lo habitual.
Joaquin A.
Classificação do local: 3 Sevilla
Una noche de domingo de no hace mucho iba a casa de unos amigos a cenar, viven cerquita de este bar. El caso es que se me antojo ensaladilla para acompañar la cena que había preparado y como me pillaba de camino. Pues aquí mismo entre. El local no es muy grande. Tiene de cara a la avenida unas mesitas altas con taburetes. Y tiene otra entrada en la Plaza de los Curtidores que usan a modo de terraza. Una de las calles que desemboca en esta plaza es Calle Verde. Me encanta cruzarla tan estrecha y tan verde. Yo suelo desviarme siempre por ahí para ir a casa de estos amigos, un lujo de(mini)paseo. Lo recomiendo por si se pasan por la plaza o por este bar. El caso es que el hombre que me atendió, muy simpático, me dijo que no tenía envases de plástico, así que si no me importaba me la ponía en un plato. Le dije que sin problema, y allá que me la preparó con todo el cariño, poniendole banderillitas a las bolas para que el papel albal no las fuera a desfigurar. Me dijo que si me acordaba le devolviera el plato y que si no, tampoco pasaba nada. Como dijo, la mar de majo el muchacho. No puedo juzgar enteramente su cocina porque solo he probado su ensaladilla, muy rica, eso sí. Lo que si diré es que son muy agradables atendiendo. tengo ganas de volver a pasar por allí a la hora de una comida. A ver que tal… Posdata: Para los morbosillos, le devolví el plato, una semana después…