Bestiario

No me puedo quejar, excepto por el precio de las copas (algo elevado). Las cachimbas con una presentación increíble con su bombilla led y acompaňada de chuches y frutos secos, la música para mi gusto es genial y muy variada, (mayormente hits actuales y actuaciones increíbles de flamenquito y sevillanas).
Bestiario es como «mhyv», así que, queridos amigos cuervos desesperados, ya sabéis dónde ir.

La verdad es q este Bestiario no tiene nada q ver con el del centro. El interior está bien, pero el exterior está muy descuidado. La moqueta imitación césped está muy raída y descuidada, igual q los sofás y mesas. La atención de las chicas en la barra raya es descortés rayando lo antipático. Están más pendientes de su móvil y sus uñas q de sus clientes. Lo siento, pero hay mejores sitios para irse a tomar una copa por la zona.

Qué buenos ratitos pasamos, sobre todo por las tardes, en «El Bestiario de Viapol», como le llamamos nosotros.
En los sofás de fuera es donde nos tomamos nuestros dos o tres, algún día hasta cuatro, cubatitas fresquitos. Los sofás no es que sean especialmente cómodos, pero como la mayoría de las veces vamos cargaditos de «niños chicos», no nos queda otra que quedarnos aquí (en la parte de dentro no dejan entrar a menores de edad).
Nos gusta especialmente estar sentados fuera, en esta terraza, porque aunque está techado, (toda esta parte del centro comercial es como si fuera un enorme porche en altura desde el que puedes ver toda la calle) es casi como si estuvieras en la calle, pero con la ventaja de que no te mojas si llueve. En invierno con abrigarse un poquillo también se está bien.
Si vamos sin niños, nos gusta sentarnos dentro, en la parte alta de la barra, que es un montón de original. Es muy curioso el punto de vista que se tiene desde aquí sentado, aunque los pobres camareros creo que no piensan igual. Si algún día vas, lo comprenderás.

He ido pocas veces a este bar. Para mi gusto, es bastante tranquilo.
Por la tarde es cuando lo conozco y, a parte de nosotros, estaba el camarero.
Está decorado en plan pub, bar de copas, si embargo las veces que he estado allí no he oído música. No sé, un bar de copas suele tenerla, anima a tomárselas.
No creo que este tipo de locales sean sólo para que tenga gente de noche, si abren por la tarde, estaría bien que hicieran porque sus clientes repitieran.
Las mesas están lejos de la barra, en una posición un poco incómoda para llevar la consumición.
La verdad, no tiene nada por lo que merezca la pena volver.

Una amiga mía celebró un sábado su cumpleaños en el Bestiario de Viapol y llegamos sobre las 18h para darle una sorpresa decorando un rincón del bar con bandas decorativas, guirnaldas, y un rótulo en la ventana con letras de papel de colores que ponía ¡FELICIDADES! Cuando Luisa llegó a las 20h se emocionó muchísimo. Además de la decoración, nos dejaron comernos la tarta allí mismo.
Espacio suficiente para bailar durante horas con música del momento. Les pedimos algunas canciones que sabíamos adoraba la cumpleañera y nos las pusieron al instante.
Entre semana, es más tranquilo, acuden trabajadores a tomarse el café después de comer, o unas cervezas a la salida del trabajo.