Avanti con... la Guaracha

Fantastico para tapear, soy un forofo del arroz y aquí me sorprendieron y me hicieron relamerme de gusto. Sensacional ensaladilla de pulpo también.
El personal camareros y cocinero muy simpaticos.
La decoración me encanta, un homenaje al mejor rock sevillano, Silvio y todo el clan.

Amazing Tapa bar in Hercules Plaza. For € 3 – 4 per Tapa, the quality was unreal. We loved the pork cheeks, the cod confit was the best cod I have ever tasted, and we also loved the daily stew — a homey potato and mushroom stew. The steak Tapa with pumpkin was cooked to a perfect medium rare. And € 2 for tinto verrano=heaven. Go here, you will thank me ;)

Nunca había ido a este lugar, y no sabéis lo que me arrepiento de no haberlo descubierto antes, y de no haber ido más veces… porque desgraciadamente no he vuelto a ir. Cosa que tendré que solucionar.
El caso es que un día de noviembre (hará cerca de 2 años) fuimos unas amigas y unos amigos a pasar el día por la Alameda, y allí cerquita, en una de sus bocacalles está este bar.
El sitio es agradable, aunque sí que es cierto que es algo pequeño. La atención inmejorable pues te muestran mucha amabilidad y simpatía. Los precios son más o menos razonables para el lugar en el que está, y acorde con la cantidad y calidad de sus productos.
Pan con secreto ibérico y queso del Casar fue lo que yo me pedí para mí particularmente, y estaba exquisito. Además, tengo cierta predilección por la torta del casar, y así derretidita como la ponían en esta tosta… más aún.
Para compartir pedimos otras dos tostas que estaban riquísimas: Pan con lagartito, tomate plancheado y jamón ibérico, y la otra, pan con manzana caramelizada y foie.
La que me daba más mala espina era la de manzana, pues no es una fruta que me guste mucho, pero al estar caramelizada… me llevé una sorpresa. No tiene nada que ver a cuando la manzana es simplemente manzana, es una auténtica delicia y me la comí con gusto. Una grata sorpresa sin lugar a dudas.
He señalado que es bueno para grupos, pero hay que matizar que siempre y cuando no sea un grupo demasiado numeroso, ya que como he dicho antes, el local no es para nada grande.
Así que en resumidas cuentas, un lugar apetecible y digno de ser visitado.

A la exacta distancia de «un tiro de piedra» de La Alameda se encuentra este pintoresco bar, cuyo nombre seguro que resulta familiar a los sevillanos (aún así no he encontrado más referencia a Silvio en el bar).
El interior da para poco más de cuatro mesas, pues además de ser pequeño recuerdo que estuviera repleto de diferentes elementos decorativos. Como contrapeso «Avanti con la Guaracha» cuenta con una apacible terraza en la acera de la calle, la cual es perfecta para las tardes de primavera y noches de verano. El servicio es eficiente y «simpaticón» a la par, me explico: en el servicio de este bar se mezcla este toque característico y tan propio de La Alameda con el típico camarero sevillano «echao’ palante» y caradura, lo cual garantiza algunas risas generalizadas durante la velada.
En la carta, compuesta por una sola hoja sobre una tablita, podemos encontrar platos tanto de corte clásico como de gastrobar modernete (que es más o menos de lo que va este sitio). Así pues no pueden faltar las obligadas hamburguesitas, lomo de atún con mango,… y otros platos clásicos y simples cual botijo como tomates aliñaos, quesos, ibéricos… ¡y bravas! Efectivamente, bravas. Estas son un rato originales, pues lejos de seguir la penosa tendencia imperante aquí en Sevilla de hacer pasar salsa rosa por salsa brava, en este bar aderezan los gajos de bravas (tipo patatas deluxe, muy ricos) con una salsa roja picantona y mostaza. La mezcla en cuanto a picante mola: te llevas el picor inicial de la salsa roja y el remanente suave de la mostaza. Peeeero sabor no hay por ninguna parte. Una lástima. En cuanto al resto de platos, todos tienen precios razonables tirando a lo «bajini» con buen sabor.
En resumidas cuentas, me alegro de haberme pasado por este bar. No es caro, tiene un servicio bueno, y tapas interesantes a buen precio, que si trabajan sobre ellas se terminarán convirtiendo en la referencia de la zona.

Tenía este sitio entre mis lugares por visitar desde hace tiempo. El resto de reseñas así lo atestiguaban y, además, el nombre del local, referencia a una mítica frase del mítico Silvio Fernández, parecía hacerlo más imprescindible.
El lugar está casi en la Alameda, en su extremo norte. Tiene una aceptable y agradable terraza fuera, que me impidió entrar al local y ver si por sus paredes tenía recuerdos del mítico rockero.
En cualquier caso, un motivo más para volver.
Pedimos una cerveza mientra esperábamos asiento, que muy cordialmente nos prepararon los simpáticos camareros. A la hora de pedir, tomamos unas bravas y un atún a la plancha con salsa de guacamole y mango. Las bravas no eran exactamente lo que se dice unas bravas, pero para mí estaban bastante buenas, aunque lejos de las top de la ciudad: unas patatas gajo con una salsa basada en el tomate acompañada de mostaza y que, al final de saborearla, daba un poco de piqué. Respecto al atún, sorprendido. Servido en una tabla de piedra de pizarra, varias piezas de atún bien hecho… pero lo que me fascinó es lo bien que queda, sobre todo, el mango con este pescado. Fabuloso.
El resto de comensales también quedó bastante satisfecho con sus tapas, que oscilan entre los 2’50 y 3’50 euros cada una.

Desde que descubrí este lugar gracias a mi Alicia O. y su pasión por el lagartito, no he dejado de venir!
El Avanti con la Guaracha es un pequeño bar de la Alameda donde se come (o cena) fantásticamente. Con cualquiera de sus carnes, el tataki, la ensaladilla de pulpo… Seguro que aciertas. Además la cerveza la ponen muy fría en una pequeña jarrita.
Especialmente recomendable es sentarse en la terraza, ya que el interior del local es más bien pequeño y la cocina está muy cerca. Eso si, decorado con muy buen gusto y recordando al gran Silvio, leyenda del rock sevillano

No sabía dónde cenar y acabé aquí pensando en que si le gustaba a mi querida Alicia O. No podía estar mal. El local es bastante pequeño por dentro y aunque dispone de terraza, disfrutable cuando el tiempo lo permite.
A favor, el trato de los camareros, las aceitunas con la bebida y el sabor de las tapas, aunque mi lasaña estuviera un poco fría. En contra el tamaño, ya que me resultaron muy pequeñas para su precio y para cualquier precio me parecerían minúsculas.
En definitiva, me he quitado la espinita de probarlo pero no me ha conquistado por lo comentado anteriormente.

Yo la primera vez que vine aquí fue por el nombre. Recordar al gran Silvio de esta forma ya merece la visita. La guaracha…
Al margen de romanticismos tienen una cantidad de vinos dulces muy respetada y que si haces una buena cata del primero al último puedes salir de allí como Silvio después de un concierto.
No se come nada mal, en la Alameda hay sitios mejores para tapear pero si entras puedes cenar señorialmente mientras disfrutas de los vinitos.

Las dos veces que he estado me ha gustado mucho, una vez en el interior y otra en la terraza.
Las tapas que he probado están muy ricas. La última que tomé fue la Hamburguesita andalusí y me encantó. Los lagartitos y los chicharrones también están bien ricos.
La cerveza la ponen fresquita, y también hay unos cuántos vinos donde elegir… como un Fragata bien fresquito.
Por último, la decoración interior y la música son geniales, si os ponéis en la terraza, al menos entrad a echar un ojo. Los camareros muy simpáticos en las dos ocasiones, y ahora tienen agua de esa vaporizada en el exterior, un plus para aguantar el calor del verano.
Muy recomendado. De precio está bastante bien.

Solo el nombre es ya razón suficiente para visitarlo (que viva siempre el rockero Silvio). Una terracita junto a la Alameda donde te ponen fresquísimas jarras de cerveza y buenas tapas: mi preferida es la tosta de lagartito.

He estado sólo un par de ocasiones en este local y ambas ha sido en la terraza. La verdad es que me sorprende saber a través de los comentarios de Unilocal que la decoración es de temática rockera porque no entré en el bar ni para ir al baño. La terraza es bastante agradable, situada entre la Alameda de Hércules y la calle Peris Mencheta, una zona con bastante trasiego peatonal pero muy tranquila de coches.
Como soy de piñón fijo las dos veces que he estado he pedido lo mismo: una caña y una tapa de ensaladilla de pulpo y langostinos, que ha resultado ser de notable alto, todo un descubrimiento. Porque esta ensaladilla además de sus langostinos, su pulpo, sus patatas y su mayonesa, la aderezan con un buen chorreón de aceite de oliva con pimentón, de manera que es una suerte de ensaladilla «pulpogalleguizada». Muy rica y original.
Con esta ensaladilla la verdad es que he prestado atención al resto de la carta. Sé por el camarero –muy simpático y dicharachero– que en breve la ampliarán, toda vez resuelvan un pequeño problema con los humos de la cocina.
Sin duda volveré a ver si me animo a ir más allá de la ensaladilla, que no es fácil…

Avanti con la Guaracha… Celebre frase del rockero sevillano por excelencia, Silvio Fernandez Mergalejo, frase con la que respondió en televisión a la pregunta de un periodista; ¿Cual sería el mensaje que mandarías a los jóvenes de este país?
La elección de la frase me parece genial, sobre todo por el emplazamiento alamedero del local, con una estética de bar de los que abren ahora, royo modernito pero haciendo homenaje al rock de la ciudad que no vive su mejor momento, ni en Sevilla ni en ningún lao.
Paso por allí con frecuencia a tomar una carnecita ibérica que está muy buena, y lo digo yo que soy extremeño y carnívoro.
A mi lo que mas me gusta es; sin contar el emplazamiento, es el que se hayan atrevido a abrir en estos tiempos, que lleven el bar con tan buen royo y dando lo mejor que pueden, tiene mucha afluencia de público y es un claro ejemplo del éxito en tiempos duros.
Por esto y por el secreto se merecen que lo visitemos antes o después de tomar algo por la alameda, si vives cerca como yo, estas tardando mucho en conocerlo.
¡Ojo! ¡Advierto que puede resultar adictivo!

Es un bar de reciente creación, por lo menos con este nombre, situado en una esquina muy transitada.
Este verano ha sido un punto de encuentro habitual para nuestro refrigerio al atardecer, cuando después de todo el día encerrado en la casa y en la oficina preso del aire acondicionado, te lanzas a la calle en busca de aire… ¿Fresco? Pues si, tienen el invento éste del agua pulverizada que catetos como yo conocíamos de cuando en la Expo nos quedamos patidifusos con tecnología tan punta.
Si a esto le sumas el descubrimiento del «Arranque roteño», que lo ponen delicioso, ya tienes la causa de nuestro reciente hábito.

El rock es el espíritu de este local en el que comerás unas tapas realmente exquisitas. Sus paredes te muestran a Sivio por cada uno de sus rincones y la música que escuchas mientras saboreas un buen vino no tiene desperdicio.
Hay una camarera muy simpática, Gara Libertad, que es de lo más dicharachera. Una noche cenando con un amigo alérgico a casi cualquier alimento, ella pacientemente, dio mil paseos a cocina para preguntar ingredientes de distintas tapas y como estaban cocinadas, al final de la cena amigos, cómo no… yo que como de todo sin problemas, tampoco tuve problema para relacionarme, todos amigos hasta la próxima.
Ah! una cosilla, si es verano y eres una chica cuqui de las que se plancha el pelo… tienen ese sistema para refrescarte que pulveriza agua, así que ese día opta por espuma rizos perfectos o te sentará mal la comida…