La Amalia es toda una institución en el barrio. En la época pre-ley-anti-botellón, la Plaza de San Pedro y la aledaña Pila del Pato eran lugares de reunión para los jóvenes mas rockeros y descarriados de la ciudad. Sus bancos estaban llenos de grupos vestidos de extrañas formas arremolinados entre botellas de alcohol que se compraban en la Amalia hasta la madrugada, cuando algunos tiraban al desaparecido Brujas o a algún concierto en las casas okupadas que se repartían por la ciudad. Ir a la Amalia durante toda la noche en busca de provisiones era parte esencial del ritual. A mi esta mujer siempre me ha recordado a una especie de Celestina, vieja, feota y un tanto desagradable, pero siempre dispuesta a cumplir su función. Es por todo esto que siempre que tengo que comprar algún desavío por la zona, me acerco a comprarle unas patatas, una cerveza o una pieza de pan, pues aunque como dicen ya hay multitud de tiendas que cumplen su antaño exclusivo cometido, no tienen una historia tan carismática como la que ofrece esta entrañable señora
Jesus v.
Classificação do local: 4 Sevilla
El local también se llama panadería Santa Catalina, pero todo el mundo lo conoce como la Amalia. Amalia es un personaje Sevillano, era la tienda que siempre estaba abierta cuando yo era mas joven, ahora están los chinos o el opencor, pero en aquella época solo estaba ella y algunas tiendas de barrio, fuera el día de fiesta o no, siempre estaba abierta. La gente tenia una broma con el tema de que siempre estaba abierta, y era que el día que la hija hizo la comunión también abrió por la tarde, pero me imagino que eso es un poco de la exageración sevillana. Ahora atiende su hija, que la chica es muy agradable, vende todo lo típico de una panadería, desde pan hasta cervezas de litro, y todo lo que es desavió, el precio es mas caro pero hay que pagar por los horarios. También venden dulces de batalla que es lo que mas compro allí.
Felipe r.
Classificação do local: 3 Sevilla
Cuando paro en el Tremendo a tomarme alguna cerveza y veo a Amelía aun trabajando en su tienda alucino, no se que edad puede tener esa mujer pero cuando yo era niño ella ya era vieja. En ella trabajaba su marido con ella y ahora esta su hija, el marido lo recuerdo ya muy mayor sentado en la puerta dormido al sol. Tienen de todo, es una tienda típica de desavió y de ello se aprovechan, es mas bien cara. Últimamente veo que tienen menos marcas que antes, es porque como hay chinos cerca van a ellos porque son mas económicos pero Amelía durante muchos años era la china del barrio, toda la gente que pasaba caminando del centro a Santa Catalina a coger el autobús paraba aquí a comprar el pan y las cosas que suelen faltar. Ahora lo que mas vende son bolsas de patata y botellines aprovechado que al lado hay un bar que siempre esta lleno ella quiere sacar su tajada sin necesidad de hacer publicidad. A decir verdad Amelía nunca me cayó simpática pero ahora que la veo mayor me enternece, su hija si, ella es agradable y sabe mantener la clientela.