Al Solito Posto

Buen sitio para cenar y tomar copas. La pizza de la casa está genial. El trato y el servicio, buenos.

En la Alameda hay muchos sitios con buena solera y presencia, y el Solito Posto es uno de ellos. A más de uno habrá salvado una de sus pizzas, que aunque no son baratas sí que son de lo más socorridas.
Yo he venido un par de veces recientemente y siempre he salido contento. Curiosamente, lo que más me ha llamado la atención siempre ha sido la burrata que sirven de diferentes maneras. La primera vez venía integrada en una ensalada de kumato y rúcula muy rica. La otra vez el otro día: burrata, a secas. Venía una enorme burrata atada y aliñada con tomate seco y tomate a la parrilla… Espectacular.
Por lo demás, el trato de los camareros y el encargado es estupendo y la comida está bastante rica. Cabe destacar su enorme bodega de vinos en el centro del local, con un apartado especial para los vinos andaluces, aunque éstos no se sirvan por copas. También sirven desayunos y copazos.
Una de las mejores alternativas por la Alameda.

Un lugar agradable en la alameda con terraza y opciones sin gluten para celiacos pero como siempre más caras y mas escasas que los menús normales que nunca entenderé por qué… Incluso el pan que aquí te lo ponen especial para celiacos pero también más caro que el pan normal… Leo
Personal agradable y comida italiana sin mas…

Había oído mucho de este lugar y además siempre con buenas referencias, así que estaba muerta de ganas por tener la oportunidad de poder acercarme.
Elegimos un día de la semana (no fin de semana) y fuimos a almorzar. Cuando llegas, ellos se encargan de acomodarte, y lo sorprendente es que al fondo del salón hay un espejo taaan grande que parece que el salón fuera inmenso, pero no es tan exageradamente grande.
Esa mañana había bastantes extranjeros, y es que por la localización que tiene, es idóneo para que los turistas hagan una parada, recarguen energías y continúen su jornada.
Nosotros decidimos empezar por una ensalada con burrata. ¡Extremadamente espectacular! Y tengo que confesar que este sería el único motivo por el que volvería a este lugar. ¡Me encanto! Muy exquisita.
Después para comer yo elegí Risotto y él pasta. De mi plato tengo que decir que estaba muy salado y un poquito duro. Lo compensaba que la cantidad era mucha, así que es un plato ideal para que lo puedas compartir.
Una de las cosas que no me gustó es que cada cosa que pedías te la traía una persona diferente, por lo que si se olvidaban algo, aquello que habías pedido caía en el olvido. Por otro lado, para los amantes de los vinos, tienen una amplia bodega, en la que seguro que puedes probar deliciosos caldos.
La decoración del lugar es muy original, cuidada y bonita. Si quieres probar algo nuevo y diferente, ¡atrévete!

I had the Messicana pizza and even the kid liked it. Offcourse had to scrape the hot parts off and it was delicious, no turist ~ no taste crap. So plainly really good food!

A charming Italian restaurant in the heart of Alameda. The staff were pleasant, the décor is nice without being fancy, the atmosphere was quite relaxed. I think it’s a good choice for a date or a meal with friends. English is spoken by the staff & menus are available in English (great for Guiris who don’t speak Spanish).
The food was tasty, the presentation was fairly basic, the specials sounded impressive (trompeta de muerte pasta!) In the end I went for a calzone, which was good. My mum & her partner both enjoyed their pasta dishes & wine. It came to just over € 40 for 3 with wine & service, which is pretty reasonable. If you’re looking for a generous bowl of pasta or a pizza, then I’d recommend trying Al Solito Posto.

La comida no es muy buena para el elevado precio que tiene. El servicio sí es muy bueno, y el viente aún mejor. Muy buenos los ravioli de pera, aunque un plato muy escaso.

En relación con los «martes de pizzas infinitas» es el cutrerío en su máximo exponente. Para hacer una promoción así mejor no hacerla.
Te ofrecen por 5 € las pizzas que quieras, eso sí, entre 5 o 6 tipos, pero lo increible son las normas del tipo:
–para pedir la siguiente tienes que comerte los bordes de la anterior (esto último en negrita)
–no se pueden compartir las pizzas
–el agua del grifo no va incluida
Poco más que añadir. Ni que decir tiene que al leer las «reglas del juego» ni se nos ocurrió quedarnos…

I had the «bufalina» pizza and it was nice (very Italian.) The decoration is not too bad. The cook is italian and the service is good. I would give it a 3 and a half, but because it was nice i give it 4.

La verdad es que siempre he sido reacia a ir a comer a alguno de los restaurantes de esta «cadena» porque siempre me han dado la sensación de que tienen pizzas congeladas y pastas no muy allá. Finalmente, casualidades de la vida, el otro día comí en el restaurante de la Alameda. ´
Éramos 3 personas y decidimos sentarnos en las mesas de fuera aprovechando el buen día que hacía; habría ocupadas otras 3 mesas y tras unos 7 – 8 minutos esperando el camarero, pro fin, nos trajo la carta. La variedad está correcta: pizzas, pastas, entrantes, segundos platos (carne, pescado) y platos del día en pizarrita.
Optamos por un menú (entrante, plato principal y postre, SIN bebida) y un par de pastas para compartir. La verdad es que me sorprendió porque tenían pastas frescas y las salsas estaban muy buenas (salchicha italiana con salsa de tomate y boletus, y queso de cabra con salmón y rúcula) y la pizza de masa fina y hecha en horno de leña. Sorprendentemente comimos muy bien pero ahora viene el motivo de las 3 estrellas nada más, y no le pongo 2 porque la comida me gustó bastante.
Tardaron 2 horas en servirnos los que pedimos!!! Para el primer plato del menú, que era una ensalada, tardaron 50 minutos, el tiempo para los segundos fue algo menor, unos 25 minutos y ya para el postre el camarero no nos dijo nada, simplemente recogió la mesa y se fue. Tras 10 minutos esperando a que viniera nos dice si queremos la cuenta, a lo que le respondemos que el menú llevaba incluido el postre y que si nos lo podía poner ¬¬. Pedimos también un tiramisú, bastante bueno.
Conclusión: el menú la verdad es que merece la pena, son 9 € incluyendo 1º, 2º y postre, pero NO bebida. Los platos de carta no son excesivamente caros, unos 9 – 12 € y la comida está bastante buena. Lo malo, y para mi lo pero, es la atención que deja mucho que desear y que es bastante lenta. Si quieres venir a comer aquí, recuerda que debes hacerlo sin prisas y sin ningún compromiso después.
Accesibilidad: el local es amplio y sin escalones pero el acceso al baño tiene una rampa demasiado empinada a mi parecer y que creo que costaría subir un poco.

La reseña que voy a escribir a continuación es el producto de la indignación que sentimos unos amigos y yo tras una cena en este restaurante.
No voy a hablar de la comida, que se deja comer, (no tuve pegas, aunque sus pizzas no son nada del otro mundo) ni del precio de los platos (nada baratos, pero tampoco me parecen prohibitivos) sino del trato que como clientes recibimos.
Fuimos un martes a comer dentro de la promoción «Pizzas sin límites por 5 €», a priori pintaba muy bien. Éramos un grupo de cinco personas: tres de los cuáles pedimos pizzas (sin límites por 5 euros) y los otros dos prefirieron platos sueltos. Hasta ahí perfecto.
El problema es cuando (imagino que debido a picaresca que los bufés libres despiertan), al conocer nuestros platos, el camarero nos indica con el dedo en el menú de pizzas que podíamos pedir, las «cláusulas» de nuestro «contrato», (ver foto adjunta) entre las que destaco (y transcribo literalmente):
— «Para pedir la siguiente debes haber terminado la anterior (incluidos los bordes de la pizza)». Esto último entre paréntesis y negrita.
— «Bebidas no incluida (incluyendo el agua del grifo)». Esto último, una vez más, entre paréntesis y negrita.
-«Los comensales que se acojan a la promoción no pueden compartir las pizzas con comensales (sentados en la misma mesa o diferente) que coman a la carta».
-«Si el personal del restaurante sorprende a un comensal no sujeto a la promoción consumiendo pizza de otro comensal sujeto a esta, automáticamente podrá exigirle el cobro como si estuviera sujeto a la misma más lo consumido fuera de la promoción».
A ver, por puntos:
–Uno tiene que comerse los bordes de masa de las pizzas para tener derecho a consumir la siguiente pizza, ¿acaso uno sale a cenar solo para llenar la panza por gula más que a disfrutar de la comida en sí? Allá cada uno con cómo se coma las pizzas o lo que quiera, pero me parece muy heavy que sea el restaurante el que considere qué puedes dejarte de un plato y qué no. A mí personalmente no me gusta comer masa de pizza sin ingredientes ni tomate ni nada… Especialmente si está dura como un leño como era el caso. No pienso aceptar que tenga que comer por saciarme sin más. Me parece de muy mal gusto que te obliguen a ello.
–Bebida no incluida, vale, pero te dejan claro que no te van a dar ni agua del grifo. Qué menos que un vasito de agua de cortesía. Entiendo que se refieran a caraduras pero, realmente, este tipo de apunte solo sirve para dejar el negocio a la altura del betún. Un vasito de agua no cuesta nada, este comentario los convierte en ridículos.
–Encima, lo que me faltaba por saber es que no podía darle a probar mis pizzas a mis amigos que pidieron un plato de pasta, por miedo a que el camarero (que más que regentar un local parecía ser la maestra de primero de EGB en el colegio) nos hicieran pagar más de la cuenta, cosa que no pensábamos hacer y nos hubiera llevado a una situación muy violenta. Nada, cada uno a su plato y sin levantar mucho la cabeza, que no pareciera que tramábamos algo.
Quiero pensar que estas normas las han puesto después de muchos caraduras que habrá intentado ponerse hasta arriba con un menú para cuatro, vale. Pero esos casos son descarados, se nota a leguas y el responsable deberá tomar las medidas oportunas. Pero si eso les ha llevado a, por defecto, tratar a tus clientes como posibles delincuentes y, en lugar de tratar de atenderles como se merecen (como cualquiera quiere ser tratado en un restaurante cuando va a comer, vamos) van a estar mirándoles inquisitoriamente para ver cómo actúan o dejan de actuar y si comparten comida (lo más normal del mundo, digo yo, cuando uno va a comer con más gente, que muchos, como poco, demos a probar de nuestros platos) o hacen algo que ellos no aprueben… Pues, mira, que se dediquen a otra cosa porque la hostelería no es lo suyo, creo que el cliente se merece un respeto que ellos, con estas premisas y esa actitud, no están dando en absoluto.

Única pizzería certificada como apta para Celiacos. Buenísima. Preguntar siempre por los productos elaborados en el día. Cuando estuve con mi hija, el maitre tuvo el detalle de enseñarle las 2 cocinas independientes que tenían así como de presentarle al cocinero que iba hacer para ella unos Fetuccini excelentes.

Supper Pizza, auch wenns nicht ganz so günstig ist!

Hace unos días probé por vez primera este italiano, en un intento de tener controlada toda la cocina italiana –real o supuesta– que se oferta en Sevilla. A su favor tengo que decir que la cocina de aquí es italiana de verdad. La pasta me resultó especialmente notable –sobresalientes los ravioli de la casa-.
Como puntos en contra, diré que ésta –la pasta– era casi tan escasa en el plato como buena; y que las pizzas son, sencillamente, del montón.
Además, si os sentáis en la terraza, procurad que sea lejos de la puerta de garaje vecina, porque es un auténtico incordio (mi nene, que estaba dormido en su cochecito, la sufrió más que yo).
Si algún día vuelvo, seguiré contando, pero no me ha dejado unas ganas locas de repetir.

Al Solito Posto llama la atención nada más verlo: un restaurante con un toque moderno, un nombre llamativo y con un espacio muy amplio. Y pizza artesana, ¿qué mejor reclamo?
Decidí celebrar allí un cumpleaños… y me di cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Para empezar, los precios no hacían justicia ni a la cantidad ni a la calidad de la comida. Que, todo sea dicho, no es que fuera mala… pero no tenías la sensación de estar probando algo distinto. Algo por lo que mereciera la pena pagar más, en lugar de ahorrar yendo a la franquicia de turno.
Tardaron bastante en atendernos, otro punto negativo que le doy. En fin, aunque no fue una experiencia terrible y pesadillesca, tampoco he vuelto a repetir. Os lo recomiendo sólo si os gusta mucho la comida italiana y queréis hacer un repaso por toda la oferta de la ciudad.

Yo conocía el restaurante que Al solito posto tiene en la Alfalfa, en la Cuesta del Rosario y ya disfruté varias veces allí de sus especialidades en pasta, que me parecen lo mejor de la casa, junto al carpaccio de ternera y frente a las pizzas (buenas, pero en otros lugares cercanos puedes comerlas tan ricas o mejores y quizás más económicas).
El establecimiento de la Alameda añade la ventaja insuperable de tener terraza lo que, para una fumadora como yo, es importante porque ningún cigarrillo sabe mejor (¡que Sanidad no me oiga!) que el de la sobremesa.
Los camareros y cocineros son especialmente simpáticos, sobre todo si hablas italiano como los niños de mi pareja, que siempre entablan cháchara con alguno de ellos.
Mis favoritos: los spaghetti allo scoglio (con marisco), los ravioli de la casa (con gorgonzola y pera) y, para días especiales (con el estómago bien vacío), los gnocchi al pesto.

La primera vez que fui Al Solito Posto, al poco tiempo de abrir por primera vez, me encantó, pero la segunda vez, noté muchísimo la diferencia entre una vez y otra. Las raciones eran más pequeñas y los precios no habñian cambiado, por lo que no nos quedamos tan satisfechos como la primera vez que fuimos.
Probablemente el problema será que yo soy de mucho comer, pero es que las pizzas son muy finitas y yo disfruto con cosas más jugositas, pero eso no quita que el sabor sea bastante auténtico y nada comparable con las pizzas fast food.
Al estar en la Alameda invita a tomarte una copa en cuanto termines de comer, pero antes de eso, pide un chupito de limoncelo, que te lo ponene gratis, seguro…

«Al solito posto» significa «en el lugar de siempre». Siempre a mano, en plena Alameda, siempre algún sitio libre en la terraza o en el amplio salón. Un carpaccio bien bueno (aunque igual me lo parece a mí, que soy un poco adicta) y unas pizzas finísimas que pueden dar para dos personas si no andáis con mucha hambre. Quizás no sea tan conocido como otros restaurantes italianos, pero para mí es de los mejores.
Fijaos en el único camarero que no es italiano. Si le daïs un poco de carrete, puede acabar contándoos su vida o incluso enseñaros la foto de su hijo.
Pues eso, que quedamos «en el lugar de siempre».

A este lugar lo he bautizado como el del camarero con labia.
Era bastante pronto, mi amigo Jose se había venido a primera hora de Córdoba para ir a un par de anticuarios, no eran ni las dos del mediodía, cuando ya con más hambre que los pavos del tio Floro, andábamos dando vueltas por la Alameda,
— Hoy que toca Jose? pizza, chino, …, mira que yo paso de fritos…
— Por qué no vamos a un italiano? Conoces alguno por aquí?
El camarero que estaba montando la terraza para las comidas, nos debió oír la conversación y se vino a nosotros con carta en mano dispuesto a que nos quedásemos en su local. Lo hizo con tanta gracia, y era tan majo, que al final nos sentamos en su terraza.
Yo lo tenía catalogado este sitio como para forasteros, así que asumí mi rollo guiri, y me dejé guiar. Carpaccio para compartir como entrante, taglierini y pizza mi colega, y una panacota para compartir de postre.
Oye que me gustó todo, no salimos mal de precio y comimos bien. Al local solo pasé para ir al baño (que estaba muy limpio y olía bien) pero me pareció amplio y agradable.

Pîzzeria de esas que se empiezan a estilar ahora, más caras de lo habitual pero con mejor calidad. El punto a su favor es que esta en el centro y que el trato es realmente bueno

Restaurante situado en el corazón de Sevilla.
Lugar muy acogedor y alegre donde comer buena comida italiana. Su decoración es de madera y con cuadros que van cambiando cada cierto tiempo.
En su carta podemos encontrar pizzas, pastas frescas, ensaladas recomiendo la laseña de verdura.
El servicio fue de lo más amable, rápido y educado. Estuvimos muy bien, en buen ambiente y comiendo buena comida.
Ideal para ir con amigos o familiares.

a mi parecer es una pizzeria demasiado cara, pero de situación, atención y decoración esta muy bien

Restaurante Italino en pleno centro de Sevilla, junto a la Plaza de la Alfalfa. Dispone de mesas en el interios de restaurante y veladores en la plaza.
Amplia carta en pasta fresca y pizzas, además de poseer también productos típicos de la tierra.
También posee una buena carta de vinos italianos.