Empezamos a desayunar en este bar porque nos decidimos a probar un día, resultó un sitio económico y agradable, todo bien para un lugar que acababa de abrir sus puertas. Un café y media con mantequilla salen por 1,50 euros, que eso por los alrededores es muy extraño. Desde hace un tiempo empezaron a regalar con el desayuno un vaso de zumo, siempre se agradece un detallito. Está muy orientado a copas, más que a ninguna otra cosa, pero también ofrecen tapas, una breve carta porque no tienen cocina y de vez en cuando alguna cambia, pero no puedo opinar de la calidad y el sabor porque nunca las he probado. No está mal para un desayuno económico y demás, pero es cierto que hemos venido varias veces y cada vez nos engancha menos y cabe la posibilidad que se termine abandonando este emplazamiento para el desayuno, al menos por nuestra parte(compañeros de trabajo).