La Casa del Reloj

Extensa carta de arroces… Pero no se queda sólo ahí, también ensaladas, entrantes, pescados, carnes… Carta bastante amplia y variada.
En nuestra profunda investigación sobre los arroces, aquí nos decantamos por la paella de marisco. La sirven con gambas y gambones, pero además con muchos (y grandes) trozos de pescado (sin espinas) y calamar. Al que le gusten los «tropezones», se llevará una grata sorpresa en este sitio. El arroz en su punto, para mí, estupendo. El ali oli, buenísimo.
Pedimos además de entrante, unas anchoas con culi de tomate. Merece la pena probarlas porque están preparadas de forma que resultan muy suaves.
La cuenta, alrededor de 60 €, dos refrescos, dos botellas de agua, las anchoas y la paella para dos. La ración de paella de marisco, 15 €, un precio más que decente.
El servicio amable y correcto en todo momento.
El lugar, tiene mucho encanto, una casa antigua con varios comedores ubicados aprovechando las distintas estancias de la casa.
En resumen, un sitio muy recomendable al que tendré que volver a seguir probando arroces y el resto de la carta.

Amplios jardines, comida y servicio excelente; además esta edificación del siglo XIX fue declarada Bien de interés cultural
Tanto si vas en pareja como con amigos, no os defraudará.

Un restaurante muy recomendable, tanto para una comida familiar, como para una cena en pareja, ambiente muy confortable y los platos exquisitos.
Es uno de mis favoritos, debo volver pronto.

Espectacular la mejor cena de lugar perfecto para cenas de pareja

La entrada al restaurante es monumental! Pensé que me iban a meter un palo por la cena pero el precio no fue nada excesivo para lo que comimos. Merece la pena conocerlo: comes rodeado de cuadros y obras de arte. Recomiendo el menú degustación: muy completo y con buena relación calidad/​precio. Tiene parking propio!

Es un sitio precioso, a mi la primera vez me llevaron a la típica cena romántica y os lo recomiendo por que tiene mucho encanto. La atención es muy buena y la comida es buena sin extravagancias, pero de calidad estupenda.
Hacen celebraciones (tienen espacio para eso y más)
Si quieres quedar con alguien bien invitalo a cenar alli

Es una casa fascinante y llena de historia, en ella murió Don Emilio Castelar, último presidente de la I Republica, estuvo muchos años deshabitada y en mal estado, actualmente se puede visitar puesto que en ella se encuentra uno de los restaurantes mas prestigiosos de la zona.