Teatro Romano

El teatro romano de Sagunto es un ejemplo… de cómo no se debe restaurar un edificio antiguo. Soy un completo néófito en temas arquitectónicos, pero si sé diferenciar lo que me gusta de lo que no. Y creo que algo básico en la restauración de un edificio debe ser el mantener sus orígenes; en este caso de esto han pasado olímpicamente. ¡Sólo les faltó estrucar las paredes y poner baldosas de cerámica en el suelo!
Y para colmo han tenido el mal gusto elevado a su máxima potencia, porque ya puestos a cargarse un teatro romano histórico, que se lo carguen del todo y no a medias. A lo largo y ancho del teatro pueden encontrarse todavía restos de la preciosidad que fue y de como debería haber sido todo después de la «restauración»… entre una vorágine de elementos modernistas que en la época romana no deberían pasársele por la cabeza ni al más visionario de todos ellos.
Da una sensación pésima que jamás he sentido en otro edificio de estas características. Parece, literalmente, que en medio de la atrocidad cometida se hayan quedado sin presupuesto para seguir pisoteando los pocos recuerdos romanos que quedan en pie en nuestra tierra.
Si Julio César levantase la cabeza mandaba torturar y degollar a todos los que se hicieran cargo del proyecto de «restauración».

El teatro de Sagunto es de época romana. Hay polémicas con la demolición o no de dicho teatro.

Bella y antigua estructura que corona la ciudad de Sagunto, ciudad que reside junto al rio Palancia. Su teatro romano, que aunque restaurado, conserva todo su esplendor, es todo un espectaculo para la vista. Quizas justamente esa reforma desentona un poco con los restos de la muralla que sirvio de defensa durante tantas contiendas a los saguntinos.
En dicho castillo podemos encontrar un pequeño museo, y visitar gran parte de las ruinas.
Destaca el empedrado de la zona anexa al castillo, que abarca toda la zona antigua, casi hasta la Plaza de la Glorieta.
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