Esta es una placeta en la que siempre he jugado en mi infancia. Por ello, para mi, tiene un recuerdo especial, y me da mucha nostalgia al acordarme de ella. En si la placeta no es gran cosa, dispone de 3 piramides, ninguna de ellas completa, ya que estan cortadas por el mismo fin de la acera. En el lado mas pegado a la N-340, tenemos un pequeño vivero de plantas, que acaba hacia dentro en una pequeña estructura similar a la de las piramides en si, pero mas reducida. Como la N-340, al paso por aqui, va subiendo de altura para llegar al puente sobre el rio Palancia, pusieron dos grupos de escalones para poder bajar a la placeta, que ademas queda ligeramente inclinada hacia el lado contrario. Tiene varios arboles con sus correspondientes alcorques, y por lo menos cuando yo era pequeño tenia una fuente de agua potable redonda en su parte mas baja. El ladrillo de esta plaza es de un color rojizo, pero pulido, lo cual lo hace algo resbaladizo los dias de lluvia. Las piramides, en su parte mas baja, tienen un resalto, que hace las veces de asiento, ya que esta plaza no tiene bancos de ningun tipo. Las farolas solo estan al lado mas pegado a la N-340 de esta plaza, y recuerdo que algunas ‘daban corriente’, por lo que entre el riesgo de electrocucion, y los mosquitos veraniegos, no habia demasiados niños que jugasen cerca. En resumen, un lugar en el que, cuando era niño, pase muy buenos ratos.