El Bar Comadan se encuentra casi al principio de la calle Mina según se entra por Prim, y tiene un buen salón interior y mesas en la propia calle en las que disfrutar de almuerzo o cena. Se trata de un restaurante con buen pescado, según temporada, y donde además el frito sale como debe: dorado, crujiente y sin rezumar aceite. Acompañan también la carta con algunas carnes y unas soberbias brochetas, e incluyen incluso montaditos, serranitos y algunas tapas de la tierra que no están mal. Las tapas vienen bien servidas, y aunque las medias raciones y raciones quizás son algo escasas en comparación, los precios no están nada mal y puede comerse bien por en torno a los diez euros por persona. El servicio es amable y correcto, aunque quizás un poco lento, pero también es cierto que, sobre todo, las noches de verano suelen ser intensas y algo caóticas.