Yambala

Buen ambiente, música del mundo excelente, los cócteles muy buenos, es un lugar acogedor, etc…
Lo único es que es un poco pequeño el local pero por lo demás recomendado

Este sitio me tiene conquistada. Es pequeño y acogedor, pintoresco, raro, diferente, original, cálido, sugerente y sobre todo… ¡desconocido!
Está tan escondido en una callejuela que nunca había reparado en él, pero ha ido escalando puestos muy rápidamente en mi lista. Hay que tener algo de suerte porque como haya entrado un grupo grande ya no cabes (aunque como ya os digo no es excesivamente conocido, así que puede que no le afecte tanto el rollo es-​sábado-​no-​encontramos-​sitio-​ni-​de-​palo). A mí los sitios de «sentarse normal» no me entusiasman, ¡una de las mejores cosas del Yambala es que te puedes tumbar! Tienen también una cama (no en el suelo, sino suspendida como una litera) a la que puedes acceder por una escalera, pero para consumir ahí no puedes tomar ni cachimbas ni bebidas calientes… Es una pena, porque sus cachimbas que duran eternamente y sus extraños tés calientes son mis dos cosas favoritas del Yambala; aún así, puede ser una opción interesante.
Es un sitio muy único que hay que probar, aunque sea para decir que has estado y comentar lo raro que era todo. Traed aquí a alguien a quien queráis impresionar, no fallaréis.

Creo que me estoy perdiendo muchos sitios por el centro de Madrid por aquello de que siempre pienso que son muy de turisteo… Eso pensé el sábado al terminar de comer y encontrarme con este sitio de golpe y les dijes a mis compis: ¿entramos? Tiene buena pinta.
Hay de todo: mojitos bien ricos como el de fresa que tomé, tés de mil trillones de tipos, incluso roiboos, cócteles, cafés, batidos, zumos y cachimbas.
Está dividido en dos zonas: la entrada con mesitas y la barra pero, si introduces tu cuerpo un poco más es cuando, para mí, mola del todo, porque hay puffs, mesitas bajas e incluso cojines y demás para que te tires y disfrutes de la música y del ambientillo que han creado con las luces y la decoración rollo árabe. Este sitio debería tener mínimo 4.000 metros cuadrados para que entrase más gente: P
Tiene unos carteles muy graciosos tipo el que aparece en una de mis fotos, porque resulta, y es que se lo preguntamos a uno de sus simpáticos camareros, que la gente alguna vez se ha dejado llevar jajajajaja o el de prohibido dormir la siesta.
Me parece un sitio perfecto para ir con alguien especial ;) o para ir con tus colegas a charlotear. Para tomarte una copa o un té cualquier día por la tarde.
Menamorao :P

Mi amiga Nadia que tiene raíces árabes me descubrió esta tetería. Según ella, es ideal para esas primeras citas con gente que de verdad vale la pena. Aunque el local no es muy grande, tiene ese encanto especial, ese «nosequé que qué se yo» que hace que la tengamos en cuenta en Unilocal,ya sabes a lo que me refiero.
Nos pedimos un té moruno y aunque mi experiencia en este brebaje no es de nivel experto, he de decir que me encantó y que se prepara tal cual la tradición arábica porque mi amiga dijo: «¡es como el que me preparan en mi casa!». Sin duda lo que más me gustó es que en pleno centro de la ciudad hubiese un lugar tan mágico como este, como un oasis, un lugar para relajarse y huir de las cafeterías industriales que abundan por la zona.

Drinks are yummy!
Good service & staff.
Access to the place isn’t easy.
Shisha (purpose of visit) needs improvement as I didn’t enjoy it! Burned within minutes; charcoal is artificial (instant), which seems to be commonly used among similar places in the area unfortunately.

Buen rollo por los cuatro costados. Música relajante, tés, batidos deliciosos y lo mejor de todo, sus mojitos.
Es un lugar para estar tranquilo, incluso medio tumbado en la zona que tienen acondicionada con cojines y puffs. Hay alguno que parece que incluso se va a dormir de lo a gusto que te puedes llegar a encontrar. Un sitio muy agradable y acogedor que me recordó a cietas teterías de Estambul.
He estado en dos ocasiones, siempre que he podido, ya que el resto de las veces que he pasado por allí estaba lleno. Es lo malo de que sea un sitio tan pequeño. Es la única pega que se le puede poner, su tamaño, porque el ambiente es espectacular, los camareros todo simpatía y el mojito de mango… ¡Insuperable!

Me encaaaaaaaaanta este bar! El rollito morisco, el tomarte algo sentado en unos cojines con la luz tenue de las velas y la música que ponen de fondo… todo ello acompañado de uno de sus batidos (el de chocolate y plátano riquísimo, pero hay que tomárselo con calma porque empalaga un poquito), los precios no son precisamente bajos pero si tenemos en cuenta el ambiente y que son batidos y zumos hechos con productos naturales, creo que merece la pena.

Este bar charmant te traslada directamente a una Jaima tunecina. De dueños árabes, su exquisita decoración musulmana y antigua posibilidad de fumar shishas en sus cómodos puffs hacen del Yambala uno de los mejores sitios orientales para hacer un break en el centro de Madrid, pues la puerta de Sol se encuentra a 3 minutos a pie.
Sus camareros son de lo más pintorescos y su carta te seducirá desde el primer vistazo, gracias a su completa oferta de zumos, batidos y cocktails naturakes hechos con frutas.
Lo mejor de aquí, los puffs con sus cojines, tantos que puedes hasta tumbarte. Lo peor, que es un sitio pequeño, aunque como dije al principio, encantador.