Vides

Esto no lo vayáis contando por ahí pero una cosa que me encanta es pasar de la app y dejarte llevar hasta encontrar un sitio como este y decir: ¿aquí mismo? A veces aciertas, como es el caso, y otras pues no, pero me gusta arriesgarme ;)
A Vicente, su «famoso» dueño :), le gusta el vino y se le ve feliz detrás de la barra. Más feliz se pone cuando le pides que te ponga un vino que a él le guste y te lo sirve con una tapa de pan (riquérrimo) con aceite de su tierra (brutal) avisándote de que será tu pantalón el que terminará relamiéndose xD
Me gusta su decoración porque ha mezclado un poco el rollo taberna con algo más modernete. Tiene una barra muy amplia y varios barriles con taburetes. Siempre he querido tener un barril de esos en casa para poner los vinos a los amiguis :)
Nosotros fuimos un martes por la noche y se estaba fenomenal porque no había mucha gente, así que me parece una gran opción si andas por la zona y te apetece un vino.

Confieso que por la zona de chueca no conozco muchas vinotecas y esta me pareció chula.
El local es claramente nuevo (o así parecía) con una luz demasiado blanca, mucha madera y botellas de vino. Lo que podría ser un lugar normal se gana la cuarta estrella por dos cosas: un camarero majo que te recomienda vinos sin miedo y unas tostas (sobre todo la de aceite, ay mamá) que están muy buenas.
Si por la zona quieres un vino esta es una buena opción :)

He ido varias veces al Vides. Es un lugar que tiene su encanto. Nada más entrar, huele a queso. Particularmente, esto me provoca que mi boca se haga agua. No podría vivir sin el queso.
Te acercas a su barra y lo primero que te encuentras es a Vicente con una amplia sonrisa y dispuesto a hacer que tu estancia en el Vides sea lo más agradable posible. De hecho, la primera vez que fui al Vides, éramos 4 personas en todo el local, porque acababa de abrir. Ahora está abarrotado, por lo que debe conseguir que estemos la mar de a gustito, ya que muchas personas repetimos y todo.
Es bueno encontrar en pleno Chueca una vinacoteca que te ofrece una carta de caldos conocidos y desconocidos que te permiten ampliar el conocimiento del mundo del vino y activar tus papilas gustativas.
El tema del precio, ya lo han comentado otros y otras Unilocalers. Es adecuado y no tiene nada que ver con otros lugares de la zona que han inflado sus precios.
El éxito del Vides está garantizado: buen vino, buena comida, buen trato, buen precio y buena ubicación.

Un sitio para degustar vinos diferentes, nuevos, de siempre… Y maridar con una tapita de pan con queso, aceite, sobreasada… Cada semana tienen un par de vinos para degustar (crianza a precio económico). Si prefieres una cañeja el precio está también muy bien y va abundante que es un doble. El sitio es amplio luminoso y modernillo, vamos, que invita a entrar. El camarero es muy majete. Si necesitas consejo o que te sorprendan con una recomendación pregúntale. A mi me sonaba muchísimo su cara y resulta que es que es del programa Hombres Mujeres y Viceversa.
En definitiva una buena vinacoteca a precio muy competitivo.

No me explico cómo he tardado tanto en escribir sobre este bar, uno de mis favoritos para beber buenos vinos por copa a precios estupendos. El propietario, Vicente, te recibe siempre de buen humor y está dispuesto a recomendarte alguno de sus vinos favoritos, que son los únicos que sirve.
Como es oriundo de Albacete, suele tirar para los vinos de su tierra, auténticos desconocidos en el resto del país y muchos de ellos sorprendentes. Por ejemplo, Vides es el único sitio de Madrid en el que se puede beber una copa de ‘Viaril’, vino blanco con crianza de la D.O. Manchuela, elaborado por la cooperativa Nuestra Señora de la Cabeza con uvas de la variedad Macabeo. Un caldo que ha recibido numerosos premios por su calidad.
También esta vinoteca ofrece en exclusiva el delicioso ‘Remordimiento’, de la familia Cerrón. Se trata de un Chardonnay blanco con barrica con intenso aroma a frutas tropicales y tostados propios de la madera que en boca es fresco, glicérico y equilibrado.
Además, tiene una extensa carta de vinos por botella que satisface todos los gustos. Es una excelente alternativa para dejarse llevar y disfrutar del momento.

Yo suelo ir por los vinos con que Vicente (el dueño) siempre te sorprende, te los cuenta, te explica las uvas y si me apuras te cuenta la vida y milagros del que lo produce, y el ambiente, varió pintó y agradable. Yo os recomiendo que los probéis los vinos que el os recomiende y para trapear el queso que como el define «huele», y los lomos de bonito que le traen de Barbate. Espero que os resulte tan agradable como a mi.
Se me olvidaba, a algunos/​as os sonara de la tele

Descubrir este bar de vinos ha sido toda una sorpresa. En una zona plagada de sitios con pretensiones y precios inflados surge este sencillo local, llevado con un trato amable y cercano, con una extensísima variedad de vinos y unas tapas riquísimas. El muchacho que atiende el bar, además de tratar muy bien al cliente sabe mucho de vinos y te puedes dejar aconsejar si te pierdes entre los numerosos vinos que ofrece.
Tanto las tapas que ponen de aperitivo como las raciones para pedir están buenísimas, y hay algo que les da un toque extra de calidad, el pan… si, el pan. El pan que sirven en Vides es de una calidad extraordinaria, algo cada día más difícil de encontrar y que yo agradezco mucho. En la ración de queso que pedimos nos sirvió el pan, además, con un buen chorro de un aceite de oliva riquísimo.
Tanto el vino como la comida tienen unos precios de lo más competitivos, sobre todo si se tiene en cuenta la zona donde está el local.
Vides no será el sitio más chic de Chueca, pero probablemente sea la mejor (o al menos de las mejores) opciones para beber un buen vino, acompañarlo de unas buenas tapas, en un lugar donde encontrarse a gusto y no sentirse atracado.

Creo que lleva más o menos un año abierto y se está convirtiendo en uno de mis lugares favorito de Chueca. Con una carta interminable de vinos de todo el país, cada visita es una experiencia distinta. El local todo está muy cuidado y tiene personalidad: decoración práctica tirando a rústica, cómodo, un trato muy cercano y amable, y encima con cada vino, una tapita sencilla pero sabrosa, lo que yo agradezco siempre mucho (mejor calidad que cantidad).
El dueño se nota que sabe y disfruta hablando de vinos, así que lo mejor es dejarte aconsejar según lo que te apetezca en ese momento y de paso aprender sobre el mundo del vino. Y los precios muy competitivos, mucho si tenemos en cuenta la zona. Ah, y a parte de vinos, para picar raciones de ibéricos, quesos y conservas.