La primera vez me gustó, pero la segunda me pareció una mierda como una casa. Mi lasagna estaba seca seca, y mi novio pidió una cosa extraña con fideos chinos que estaba malísima. El precio del menú en fin de semana estaba disparado. Vamos no lo recomiendo, fatal.
Avelino C.
Classificação do local: 4 Madrid
Cena en el RESTAURANTEVEGETARIANO, situado en la calle Santiago, en pleno centro de Madrid, entre la calle Mayor y la Plaza de Opera. El sitio es un poco rollo clandestino porque no tiene letrero en la puerta, ni tiene nombre ni se le espera, pues lleva ya varios años abierto y todo el mundo lo llama el vegetariano de Santiago, o el «vegeta» para los amigos. Es un sitio pequeño, dos comedores muy rústicos con unas doce mesas(un poquito apretadas), lo regenta una pareja, ella en la cocina y él en la sala, ayudados por una camarera. Tienen platos vegetarianos, muchos de ellos con queso, algunos también estrictamente«veganos», para los que no quieran probar ni los huevos ni la leche. Todos con un toque oriental, pues la cocinera es japonesa. En este sitio hemos estado bastantes veces porque la comida es sana y natural, los sabores son familiares, los platos se cocinan al momento, en definitiva todo está muy rico. Tres personas, pedimos a compartir: Hummus, con tomate, piñones y pan de pita. Suave y cremoso, servido con pan de pita caliente. Gyozas con salsa de soja y cítricos. Las clásicas empanadillas japonesas fritas, rellenas de tofu, col china y cebollino. Francamente buenas. Albóndigas de soja, arroz negro y azuki(soja roja), en salsa de tomate, con patatas fritas. Consiguen una textura muy similar a la de la carne picada, muy sabrosas. Lasaña de verduras. La pasta tierna, con queso fundido tipo gouda. Estaba rica, pero es el plato que menos sorprende, no deja de ser una lasaña vegetal convencional. Carta de vino con pocas referencias, pero bien escogidas. Nosotros tomamos un Finca Antigua, un tinto de syrah de Cuenca con algo de crianza, muy agradable de beber. Acabamos bastante llenos y no pedimos postre. La cuenta ascendió a 62 euros. Buena relación calidad precio. Un sitio muy recomendable, pues se puede llevar a cualquier persona aunque no sea muy partidaria de la comida vegetariana, ya que la comida es casera, los sabores son reconocibles y se sale bastante saciado, sin sensación de haber estado sólo «comiendo hierbajos».
Fredrik S.
Classificação do local: 1 Madrid, Spain
This place is definitely not vegetarian, we didn’t even see any vegetarian options on the menu so we decided to leave!
Sonia T.
Classificação do local: 5 Madrid
Si queréis cocina internacional vegetariana con menú diario a 11 euros y en donde ¡TODO! está bueno, este es vuestro sitio. En el menú hay tres primeros y cuatro o cinco segundos, no dejéis de probar el hummus de berenjena, las pastas que sirven de segundo, las croquetas de espinacas con pasas, la lasaña, los pimientos rellenos de bechamel o la ensalada de lentejas con queso brie. Las raciones son abundantes(no ponen mucho pan) y los postres son la caña de España, tengo una especie de adicción a al torrija al horno y a la tarta de chocolate y galleta. El local no es muy grande, basa su decoración en la madera y es muy sencillo. Es un local tranquilo a dos pasos del Palacio Real.
Nabor R.
Classificação do local: 4 Madrid
No, no es el mismo que el de la calle Marqués de Santa Ana. Simplemente, no tiene nombre. Ni lo necesita. Cocina vegetariana internacional. Excelente opción de menú del día. Según entras, están las mesas, y la barra queda al final, bajando unas escaleras. Ambiente muy agradable y relajado, aunque si alguien alza la voz resuena en todo el local. Deliciosas las croquetas de espinacas con pasas, almendras y parmesano, excelente la lasaña de verduras asadas con dos pestos. Es de los pocos vegetas a los que me mola ir, siempre me sorprende y siempre encuentro algo que verdaderamente me gusta. Vinos muy acertados.
Francisco C.
Classificação do local: 4 Madrid
Mmmmmm!!! Qué bueno por dios! Esas albóndigas con azukis y arroz integral, esa pasta filo con puerros y queso, esa ensalada de berros con salsa de soja, cacahuetes y col… ufff. Este sitio realmente me ha encantado. Su ambiente tranquilo y su personal auténtico, se come muy tranquilo y las cantidades son generosas. ¡No tienen refrescos! De verdad, el sabor es una pasada, y la presentación, muy cuidada. El local es rústico, con una decoración sencilla, ladrillo visto, el menú escrito en una pizarra en la pared, silencioso, no mucha luz… Perfecto para charlar tranquilamente con un amigo disfrutando de una comida realmente sana. Las mesas están un poco cerca unas de otras, es el único pero que le veo.